Un siglo de "ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario"
Este mes se celebra con homenajes el centenario del nacimiento de Cantinflas, el actor mexicano que llevó la comedia callejera al cine
Hablar sin decir nada pero dejando mucho qué pensar era la especialidad de Mario Moreno, Cantinflas, el cómico mexicano que hoy cumpliría 100 años. Su legado lo componen 51 películas, en las que un hombre humilde pero ocurrente, vestido con pantalones a la cadera, camiseta blanca, sombrero campesino y un chaleco al hombro trata de explicar el mundo con un lenguaje enredado.
El Paseo de la Refoma de la ciudad de México, una de sus avenidas más importantes, exhibe este mes retratos y fotogramas de sus películas. Mientras que en Madrid la Embajada de México exhibirá dos de sus filmes: El padrecito y El analfabeto, como homenaje al cómico de los años cuarenta que llevó la comedia urbana en español al cine.
"Es el primer actor de comedia de habla hispana, llegó en el momento del desarrollo del cine en español y es un personaje urbano que a través del lenguaje es cínico. Cantinflas es el gusto y abuso del español", explica José Antonio Valdés, investigador fílmico de la Cineteca Nacional de México. Una parte del acervo cinematográfico de Cantinflas que conserva la filmoteca mexicana también será exhibido al público y siete filmes se proyectan esta semana en sus salas. Desde sus inicios en blanco y negro hasta su transición hacia la crítica social.
Charles Chaplin lo llegó a considerar un gran humorista cuando en 1936 Moreno apenas iniciaba su carrera en el cine después de recorrer carpas y circos en la capital mexicana, donde las personas de clase media y baja acostumbraban ir los fines de semana. Un pelado analfabeto llamado Cantinflas que contesta las preguntas dando vueltas a una idea, sin llegar a un punto. "Todo lo que yo he hecho ha sido observación y ha sido extraído del pueblo mismo, porque yo en cualquier condición que esté, soy del pueblo", explicaba el mismo Mario Moreno en una entrevista en la década de los 70.
Nació el 12 de agosto de 1911 y creció en un barrio pobre de la capital mexicana, al lado de sus siete hermanos. Aunque su padre, un trabajador de Correos de México, lo impulsó para entrar a la universidad, Moreno decidió trabajar en las famosas carpas que lo volvieron popular y le dieron proyección ante los productores de cine. "Nunca hubo artistas en mi familia, fue un impulso personal y un poquito de necesidad. Cuando empecé a hacerlo me gustó y sentí que era lo que yo quería hacer".
A partir de su primera película, en 1936, No te engañes corazón, Moreno comenzó una carrera cinematográfica que no terminó hasta 1982. Cada año presentaba un filme pero logró plasmar la esencia de Cantinflas en 1940 con Ahí está el detalle, donde el peladito hace muestra de su labia cuando es encarcelado y debe defenderse ante un juez. "Ahí está el detalle, señor juez, no es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario", dice el personaje para argumentar su inocencia.
En un recorrido por su filmografía, Cantinflas es camaleónico y cambió en paralelo al ambiente social en México. En los primeros filmes, todavía en blanco y negro, es un hombre marginado de la sociedad acusado de crímenes y visto con desprecio por el resto. "El personaje cambia de marginal a integrado, esto es porque inicia en el México posrevolucionario y llega hasta el México de las instituciones", señala el investigador fílmico encargado de seleccionar el homenaje en México.
Tras la transición al cine en color, sus películas cambiaron el perfil de Cantinflas, asignándole oficios tradicionales como limpiabotas, barrendero, policía, profesor y sacerdote. Su fama se había diversificado de tal forma que su creador aceptó una actuación en Hollywood con La vuelta al mundo en 80 días, donde con un inglés fragmentado Cantinflas interpreta al acompañante de viaje del aventurero Phileas Fogg, papel con el que obtuvo un Globo de Oro. A pesar de la premiación, Moreno no volvió más al cine estadounidense ante la incapacidad de adaptar el humor hispanoamericano al público anglosajón.
Se retiró del cine 10 años antes de su muerte con el filme El Barrendero, criticado por llevar a Cantinflas a una actitud más reservada que al inicio de su carrera. "Hay críticas porque era moralista y regañón, pero en parte él estaba desilusionado, ya no se sentía muy a gusto", refiere Valdés. Tras su muerte el 20 de abril de 1993, Mario Moreno dejó una serie animada doblada por él mismo y una franquicia de películas que hasta la fecha se encuentran en disputa legal por el pago de derechos de exhibición entre sus familiares.
Expresiones como "ahí está el detalle", "primeramente y ultimadamente" y "como quien dice" son parte del habla popular mexicana. Hablar con rodeos incluso se ha vuelto parte de la cultura que se justifica en un verbo: cantinflear. En 1992, la Real Academia de la Lengua Española añadió a su diccionario este verbo bajo la definición: "Hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada".
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