Figuritas funerarias, momias de animales y un pozo prometedor
El equipo español que excava en la necrópolis egipcia de Dra Abu el Naga (Luxor) presenta los hallazgos de su décima campaña
Ha sido una campaña a medias, interrumpida por la revuelta popular egipcia y que ha supuesto varios sustos, como el paso de peligrosos merodeadores al amparo de de los disturbios, pero no ha dejado de arrojar, como acostumbra el Proyecto Djehuty, un buen puñado de maravillas. El equipo que dirige el egiptólogo madrileño del Consejo Superior de Investigaciones Científicas José Manuel Galán y que excava desde hace diez años la zona de las tumbas de los nobles Djehuty y Hery en la necrópolis egipcia de Dra Abu el Naga, en Luxor, muy cerquita del Valle de los Reyes, ha presentado hoy sus hallazgos. Lo más notable, el depósito de 80 ushebtis,figuritas funerarias de barro pintadas que acompañaban al difunto en la tumba, y que formaban parte del ajuar funerario de un sacerdote.
Las figurillas, de más de 3.000 años, tenían la misión mágica de ayudar al muerto en su vida en el Más Allá
Las figurillas, de más de 3.000 años, tenían la misión mágica de ayudar al muerto en su vida en el Más Allá, estas concretamente estaban destinadas al trabajo agrícola. Unas sujetan azadillas para sembrar y llevan a la espalda un saco de semillas y otras parecen ser capataces o rais pues portan un flagelo para dirigir a los trabajadores. Una inscripción escrita en vertical sobre las piernas de los pequeños hombrecitos de aspecto momiforme identifica al propietario como Su-en-amon, que vivió durante la dinastía XXI, hacia el año 1.000 antes de Cristo.
El hallazgo significa, según ha destacado Galán, que la zona donde ha aparecido, al suroeste del patio de entrada de la tumba de Djehuty, está muy poco alterada y ni los ladrones ni los egiptólogos que recorrieron el lugar a finales del siglo XIX e inicios del XX llegaron a excavar. "A medida que profundicemos encontraremos estratos más antiguos en relativo buen estado", avanzó Galán.
El pozo de Hery
Durante la campaña se ha alcanzado el pozo funerario de Hery, cuya tumba es vecina a la de Djehuty (ya completamente excavada). Como la de su colega -aunque cincuenta años anterior- la tumba de Hery presentaba la dificultad de que su cámara interior estaba llena hasta arriba de escombros que se introducían desde un agujero en el techo. Los egiptólogos esperan poder profundizar en ese pozo la próxima campaña con el objetivo de encontrar el enterramiento y el ajuar del propietario.
Otro hallazgo de la campaña ha sido el de un gran santuario con cementerio de animales de época grecorromana. Ha aparecido en la falda de la colina sobre las tumbas, unos metros más arriba de la de Hery. Consiste en una gran galería subterránea con media docena de habitaciones, algunas con techos altos y pilares en el centro, que contienen numerosas momias de ibis, halcones y otros animales sagrados. Además, los egiptólogos han hallado restos de vasijas de cerámica y dos grafitis en tinta roja con caracteres demóticos, uno fechado en el año 43, de Ptolomeo VIII (128-127 a. C.), el Barrigón.
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