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"Hemos estado ciegos durante años"

Esplá, Ponce y El Juli reflexionan sobre los designios de la tauromaquia

Una terna de postín ha hecho acto de presencia a mediodía de hoy en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla vestida de paisano. Luis Francisco Esplá, Enrique Ponce y Julián López, El Juli, no venían a lidiar, sino a reflexionar y debatir sobre el convulso presente y el incierto futuro de la tauromaquia. Esplá ha sido el encargado de oficiar como moderador y maestro de ceremonias en el Salón de los Carteles, donde tras reconocer "el lujo de estar en esta catedral circular del toreo" el matador alicantino hoy retirado ha abierto el fuego de la conversación admitiendo: "Hemos mantenido cierta ceguera durante años. Nos creíamos, como Juncal, que el toreo era el ombligo del mundo".

Así ha arrancado la última mesa redonda de las Jornadas Taurinas organizadas por la Asociación Taurina Parlamentaria y la Consejería andaluza de Gobernación y Justicia que se han celebrado entre ayer y hoy en la plaza de la Maestranza. Al debate a tres, titulado La perspectiva de los toreros sobre la situación actual de la Fiesta, también estaba invitado el diestro sevillano Morante de la Puebla, quien finalmente no ha hecho acto de presencia. Las intervenciones de los matadores han servido de cierre a las ponencias que estos dos días han pronunciado políticos en activo, embajadores, ganaderos y demás profesionales vinculados al toro bravo.

Con unas perspectivas nada halagüeñas ante la caída en el número de festejos, las consecuencias de la prohibición taurina en Cataluña y cierto distanciamiento social ante la tauromaquia, Esplá ha reflexionado en un discurso de introducción: "La sociedad española ha cambiado. Y tenemos que incorporarnos a ella". Entre las dificultades para lograrlo, según Esplá, se encuentra lo que él denomina "Dictadura de la Imagen" predominante, ante la cual el toreo encuentra muchos problemas para someterse: "Los datos de la lidia no son objetivos. Todo está sometido a la lectura subjetiva del ser humano".

Incidiendo en el asunto de la imagen de los toreros y antes de dar paso a sus compañeros de cartel, Esplá ha arremetido contra el papel de los medios de comunicación. "Ahora hemos sido captados por los medios, manipulados y avasallados por ellos. Somos el único colectivo desposeído de los derechos de imagen. Cuando los cedemos para la retransmisión de una corrida, los perdemos con independencia de que las televisiones se sigan lucrando con esas imágenes". Como ejemplo ha puesto a Televisión Española, que por otra parte ha dejado de retransmitir corridas de toros.

A pesar de manifestar su desacuerdo con "los nuevos clichés morales que mantienen una postura caritativa respecto a la naturaleza y un desarraigo del esfuerzo y de la muerte", Esplá también ha querido entonar un mea culpa: "En el toreo tenemos, es cierto, un pequeño Reino de Taifas. Y lo que debemos hacer es involucrarnos en los nuevos planteamientos sociales". Para ello Esplá no dudaría en crear un ministerio de Sanidad Ética, "donde el toro sería un ejemplo de vida incuestionable".

En el capítulo de culpas, Enrique Ponce (Chiva, Valencia, 1971), con dos decenios de alternativa a sus espaldas, ha admitido: "Lo de Cataluña lo veíamos venir, pero no lo queríamos ver". De este modo ha explicado que la polémica prohibición taurina aprobada en el parlamento de Cataluña el verano pasado, recurrida ante el Tribunal Constitucional por el Partido Popular, fue el detonante para que las figuras del toreo hayan salido en defensa de su oficio. Desde el grupo al que pertenecen tanto Ponce como El Juli junto a otros máximos exponentes del escalafón, denominado G-10, han promovido actuaciones como la solicitud del traspaso de competencias en materia taurina desde el ministerio del Interior al de Cultura. Sobre dicho trasvase, El Juli (Madrid, 1982) ha explicado que sigue "en proceso de negociación y encaminado hacia la implicación del sector político y empresarial, la reducción del IVA para actividades taurinas y la promoción y difusión de la Fiesta".

Preguntado por Esplá sobre cómo confeccionaría hoy estos espectáculos si pudiera hacerlo, El Juli abogó por la eliminación de corsés: "El torero debe de ser más libre en la plaza, no estar tan sometido al reglamento. Es como si a Paco de Lucía le quisieras marcar los tiempos en los que debe tocar por bulerías o pasar a otro palo". En su espectáculo soñado, El Juli tampoco concedería tanto peso en la toma de decisiones a la hora de conceder trofeos al presidente del festejo. "El público debe ser el soberano", sentenció.

Entre los cambios que Esplá también introduciría en la lidia está "la eliminación en los ruedos de las básculas", a las que achaca la supeditación del trapío del ganado bravo al siempre reduccionista argumento del peso. A este respecto, El Juli ha denunciado: "Hay plazas en las que ni miran al toro. A muchos veterinarios que no son aficionados les vale con el peso para determinar el trapío".

Sobre el cuestionado toro bravo de hoy, Enrique Ponce ha asegurado sin embargo que "es el más serio que nunca, lo que pasa es que todos tenemos un animal en la cabeza que se está saliendo de los límites y al que se critica nada más salir a la plaza". A renglón seguido, Ponce ha reivindicado la figura del toro de lidia: "Te da la gloria y la muerte. Permite el milagro de la embestida. Es el animal más impresionante y fiero del mundo. Y es nuestro. Hay que defenderlo".

Para ello El Juli reconoció que a los responsables de la lidia aún les falta conquistar a los jóvenes de hoy, mientras que el maestro Esplá incidió en la necesidad del fomento de la tauromaquia en los últimos lances verbales del encuentro: "Hay que romper clichés. Entre todos tenemos que reinterpretar la imagen del torero. Y del toreo. Todos tenemos la capacidad de sentir, pero si nos enseñan tendremos más facilidad. La educación y la insistencia son fundamentales".

Luis Francisco Esplá, en una fotografía tomada en 2008.
Luis Francisco Esplá, en una fotografía tomada en 2008.BERNARDO PÉREZ

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