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Justin Halpern: "Puede que haya hecho un flaco favor a la literatura"

Su primer y único libro -'Las chorradas de su padre'- se encuentra entre los 10 más vendidos en su debut en las listas del 'The New York Times' - La CBS lo ha convertido en una serie de televisión

Revolucionario o banal. Entre esos márgenes se mueve Justin Halpern. Sus logros y fama son indiscutibles además de meteóricos. Un guionista sin éxito como tantos en Hollywood al que abandona la novia y acaba durmiendo en casa de sus padres en San Diego (EE UU) para ahorrarse la manutención es ahora el autor de moda, con 1,3 millones de personas subscritos a su página de Twitter, su primer y único libro entre los 10 más vendidos en su debut en las listas del The New York Times y una serie de televisión, de la que es productor, basada en su creación ya en antena. Todo en menos de un año. Nada mal para alguien que podría ser considerado un plagiador. Él mismo se lo llama. "Mi libro no son más que las historias de mi padre. Lo único que hice fue encontrar la mejor forma de contarlas y mi esperanza es haber logrado algo pasable", comenta este californiano con desparpajo y cierto humor en su falsa modestia. Lo comenta vía Internet porque al fin y al cabo este es su medio. Las redes sociales y en concreto Twitter hicieron de él un autor cuando se animó a contar a golpes de 140 caracteres Las chorradas de su padre -RBA edita el libro en España-, título que ahora traduce al castellano la adaptación en forma de libro de las perlas de sabiduría paterna que colgó en @shitmydadsays. Y como Halpern, 29 años, reconoce, la Internet siempre fue su amante. "No es que pasáramos tanto tiempo juntos pero disfruté de cada segundo", admite.

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Volviendo a ese momento que cambió su vida y reafirmó la idea de muchos de que el futuro está en la Internet, Halpern asegura que si se dedicó a anotar fielmente los abruptos comentarios de su padre (Sam Halpern, 74 años y sumando) en la red fue para llevar un a modo de diario, un archivo electrónico del que poder echar mano en un futuro y utilizarlos en futuros proyectos. Frases como "Tienes cuatro años. Tienes que cagar en el inodoro. Y no se trata de una de esas negociaciones en las que hay un tira y afloja y llegamos a un término medio. En esta tú acabas cagando en el inodoro" o un menos escatológico "escucha y no ignores lo que oyes" le acompañaron toda su vida, en ocasiones con temor y otras con candor o simplemente con humor. Pero nunca pensó que le interesarían a nadie. "Fueron historias que siempre contaba a mis amigos", apunta sin lograr una audiencia hasta llegar a la red. Y allí, nada en un principio, luego un link a la página de un amigo que se hace pasar por Michael Bay, luego el twitter del humorista estadounidense Rob Corddry, del Daily Show, y de ahí una avalancha viral hasta llegar a los 1,3 millones de seguidores en Twitter, su versión en libro y la serie de televisión.

El libro, asegura, es algo más que una recopilación de improperios. Es su vida con su padre agrupando las perlas de sabiduría entorno a esos momentos clave, desde su primer orinal hasta su primer corazón partio. Una recopilación en la que se sentó con su familia para ser fiel a lo que había escuchado durante toda su vida y de la que también participó Halpern senior, al que dio la última palabra. "Sigue diciendo lo que quiere y cuando quiere. La única diferencia es que a veces me dice eso de no lo pongas en tu paginita", indica de su relación paterno filial tras la fama. ¿Escritor o guionista? Halpern no es más que un niño con zapatos nuevos que hace poco más de un año no imaginaba su éxito. Más allá de eso no se decide a ponerse etiquetas. "Los dos medios tienen elementos de gran disfrute -escribe con alguna ocasional falta de ortografía normal en alguien más preocupado en teclear rápido que en las formas-. Escribir libros es fantástico porque tienes todo el control. No hay actores, ni directores ni anotaciones de los productores que responder. Pero trabajar como guionista es igualmente fantástico porque sientes cómo las palabras cobran vida de un modo que ni habías imaginado". Lo asombroso en su caso es que para ser un autor salido de la Internet, y más aún de Twitter, en su libro no utiliza ni una sola vez las abreviaturas propias del medio. ¿La razón? Habla de su experiencia como guionista, aunque antes de ahora nunca había vendido un guión con éxito, pero cuando se sincera vía Internet le vuelve a dar todo el crédito a su padre. "Los símbolos o las abreviaturas no tienen nada que ver con él. Odia toda esa mierda así que si quería ser fiel a su forma de expresarse no podía utilizar abreviaturas. ¡Me aplastaría la cabeza contra el ordenador!", admite como una buena razón a la hora de escoger su estilo literario.

Halpern no se engaña. Frente a los que sólo ven el futuro en la Internet y a la proliferación de autores que utilizan las redes sociales como la mejor forma de dar a conocer su obra, este autor fruto de las nuevas tendencias tiene sus dudas respecto a su impacto en lo que se llama literatura con mayúsculas. "Siendo honesto, puede que haya hecho un flaco favor a la literatura con mi libro", pondera en ese mismo medio que le vio nacer. "La Internet está acabando con nuestra atención y cambiando la forma en la que consumimos la información", admite quien ya es un verdadero adicto a esa red donde a estas alturas se pasa, dice, demasiado tiempo. "Me tienes en esp.com como 40 veces al día", se ubica. Cambios que por malos que sean para el mundo en general a él sólo le han traído beneficios: "el síndrome de atención deficitaria que sufrimos es el mismo del que se alimenta el formato de mi libro".

El público ha encontrado algo más en la obra. Una lectura fácil, sí. Y divertida. Pero también ese toque humano que les ha hecho reconectar con sus padres y admitirlo públicamente, cómo no, en la red. "Me encontré con mensajes de todo tipo de gente asegurándome lo mucho que le recordaba a su padre", admite el autor de un detalle que no se les escapó a los ejecutivos de la cadena de televisión estadounidense CBS cuando le propusieron adaptar su obra a esa sitcom que bajo el mismo título protagoniza William Shatner. "Esa fue mi mejor recompensa, sentir que la gente realmente ama a sus padres", admite con un toque de sensiblería un escritor por el momento volcado únicamente en escribir los guiones de la serie, sin otros planes literarios en el horizonte. Eso sí, su novia volvió con él y gracias a esa otra recompensa más tangible que le ha proporcionado el éxito ya no vive en casa de sus padres. Fue por allí en Navidades para compartir con el autor de su éxito su libro preferido, la autobiografía de Mark Twain. ¿Y la frase paterna que más le ha tocado? "El éxito de un padre es equiparable al más tonto de sus hijos. De nada sirve que ganes el premio Nobel, si a tu hijo le roba una puta, eres un fracaso".

<b>"La mejor recompensa que se me ocurre es comprarle entradas para ver a los San Diego Padres, su equipo de béisbol favorito". Justin Halpern (con gorra, en primer plano) paga así a su padre, Sam (en medio de la foto, mirando a cámara), por su exitazo en Twitter.</b>
"La mejor recompensa que se me ocurre es comprarle entradas para ver a los San Diego Padres, su equipo de béisbol favorito". Justin Halpern (con gorra, en primer plano) paga así a su padre, Sam (en medio de la foto, mirando a cámara), por su exitazo en Twitter.
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