El día de la trompeta
El festival de cine digiere la apabullante cinta de Alex de la Iglesia y Paz Vega promociona su 'Vallanzasca'
No han izado la enseña porque aquí no se estilan esas cosas, pero podrían haberlo hecho y a nadie le hubiera extrañado. Y es que la casualidad ha querido que el día que la actriz Paz Vega empezaba su ronda de entrevistas por la película italiana Vallanzasca aparecieran por el Lido los protagonistas de Balada triste de trompeta (Carlos Areces, Antonio de la Torre y Carolina Bang), la película de Alex de la Iglesia que ayer se pasó por primera vez en la Mostra y que hoy celebra su día grande con los parabienes (y las tortas, que de todo hay) de la prensa española y las espadas en alto, listas para lidiar con la fauna especializada, que ayer parecía bastante atónita, a medio camino entre la incredulidad y el apabullamiento. Es lo que tiene Balada..., que no deja indiferente.
Son los efectos secundarios de una película que va dar mucho que hablar y que va a crear bandos y dividir familias, un proyecto que se ríe con el espectador más canalla y se enfada con el resto. Además Balada triste de trompeta se pasa en Venecia en un día especialmente gris (en todos los sentidos) de nubes y frío, y con el equivalente fílmico de la meteorología representado en Noi credevamo, el gigantesco mamotreto italiano de Mario Martone. Una cosa con mucha épica y pocas nueces, que esta mañana ha tratado de mantener despierta a la audiencia (la hora, las ocho y cuarto, tampoco ayudaba en demasía) y que -para que vamos a engañarnos- no lo ha conseguido. Sus tres horas y veinte minutos de duración tampoco ayudaban, que conste.
Para los valientes que hayan conseguido encajar el golpe mañanero sin tambalearse la Mostra ataca esta tarde con una segunda ronda, esta vez de la mano del realizador francés Abdetallif Kechiche y con el París de 1817 y la medicina de aquel entonces como telón de fondo. También hoy, sin tiempo para prestarle más atención por culpa de la planificación festivalera (que hace complicadísimo acercarse a ver algo fuera de competición sin perderse alguna proyección de la sección oficial) se presentaba Sorelle mai, el último filme de Marco Bellocchio, director italiano que goza en el país de cierta aura de autor. Así que hoy Balada triste de trompeta es el anacoluto del certamen, la inconsistencia del día, la irracionalidad que se agradece: entre tanto aspirante a Shakespeare y tanta obra maestra frustrada lo de la trompeta huele que alimenta, para que nos vamos a engañar.
Y si hoy podíamos hablar de Veñecia, por Alex, Paz, Antonio y compañía, mañana le tocará a Ben Affleck enseñar pechuga: su esperadísima película, The town, se estrena mañana en el certamen y sus protagonistas, el propio Affleck, Rebecca Hall (protagonista de Vicky, Cristina, Barcelona) ya han aparecido por la ciudad de los canales, mientras que Jon Hamm (el Don Draper de Mad men) lo hará en las próximas horas para después volverse a Londres, donde se encuentra en pleno rodaje. Así pues, de momento, nos agarramos a la trompeta.
Babelia
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