Las grandes figuras internacionales de la música homenajean al saliente director de la opera de Viena
Ioan Holender ostenta el récord de ser el director que más tiempo ha estado al frente de la institución, 19 años
El tenor español Plácido Domingo, el mexicano Ramón Vargas, el director de orquesta indio Zubin Metha y el francés Bertrand de Billy, la soprano rusa Anna Netrebko y la alemana Waltraud Maier, fueron algunas de las grandes personalidades de la música que en la noche del sábado rindieron homenaje y despidieron en la Wiener Staatsoper (Opera de Viena) a Ioan Holender, para quien esta es su última temporada después de ser su director durante 19 años seguidos, todo un récord en la historia del teatro operístico pues ningún otro ha ejercido durante tanto tiempo esa función.
Holender, quien este año cumplirá 75 años, condujo en solitario sobre el escenario una velada en la que, con su característico humor seco y sus comentarios retóricos, hizo un repaso y contó detalles de su gestión, con más de mil recitales, y en la que presentó de 40 de los 93 estrenos operísticos, 63 estrenos de ballet y 21 estrenos en la Wiener Volksoper (Opera Popular vienesa) -cuando ambas estaban bajo su gestión-, algunos de cuyos montajes se proyectaron. Los artistas se despidieron así del que ha sido su jefe en ese prestigioso teatro.
Domingo acudió directamente desde el aeropuerto escoltado por policías para garantizar su llegada al homenaje/auto-homenaje de Holender a su propia labor.
Se presentó vestido con un elegante traje negro de americana tres cuartos para cantar Tormentas Invernales de La Walkyria del alemán Richard Wagner, que interpretó en 1992 en la Opera de Viena por primera vez en su vida y con gran éxito, como el del sábado, en que fue vitoreado largamente por el público, tras lo cual se abrazó a Holender y al director del Covent Garden londinense, el italiano Antonio Pappano, quien le había dirigido.
Domingo, al que aludió Holender ante el micrófono en varias ocasiones, ha dirigido un total de 9 óperas en 34 veladas en el famoso teatro y lo volvió a hacer el sábado cuando cogió la batuta en el aria que cantó Vargas de Romeo et Juliette de Charles Gounod.
Precisamente, Domingo y el barítono estadounidense Thomas Hampson cantarán juntos el próximo 30 de junio en la última función bajo el mandato de Holender, en Parsifal, algo que no es casual dado que fue la primera ópera que se interpretó y en la que participó Domingo, cuando el director de origen rumano accedió a su cargo, el primero de septiembre de 1991. Así ha querido el director cerrar el ciclo de su era.
Netrebko, quien interpretó el papel de Manon de Jules Massenet en la gala, ha cantado en 43 ocasiones en la Opera de Viena encarnando 8 personajes diferentes.
Holender, quien en 1992 reemplazó en su actual función al vienés Eberhard Waechter -fallecido de un fallo cardiaco durante un paseo el bosque tras menos de un año en el cargo- y cuyo contrato fue prolongado tres veces consecutivas, organizó y dirigió su propio homenaje hasta el último detalle, al igual que ha hecho en la Wiener Staatsoper en las últimas dos décadas.
Para corroborarlo indicó recientemente, "en estos 19 años me he ocupado realmente de todo, desde los botones de los acomodadores hasta de apagar las luces", extremo que era evidente no sólo para el último empleado del teatro hasta para la más importante diva del momento, así como para el gran público.
El recital maratoniano de más de cuatro horas de duración, en el que se pasó revista de los principales estrenos y representaciones que han marcado la era Holender, fue un acto de beneficencia en el que se recaudaron con la venta de entradas y porque no se sufragó más que la estancia en hoteles y los vuelos de los participantes sobre el escenario un total de 100.000 euros, que se destinarán a niños huérfanos de Moldavia, en el proyecto social Concordia.
Holender quiso que se pudiera seguir en directo gracias a una enorme pantalla situada en un lateral del edificio operístico ante el que se había varias filas de sillas, insuficientes para todas las personas que querían seguirlo, gran parte de las cuales se sentaron directamente en el suelo para no perderse el acontecimiento, que transmitió en diferido, algo recortado, la radiotelevisión estatal austriaca ORF.
Duró más de cuatro horas, "pero Díos mío, quien ha podido soportar un largo período de dirección, podrá también aguantar igualmente esta larga noche", había avanzado Holender ante la prensa.
Fue el broche final que ha querido poner el director tras protagonizar recientemente una matineé con un conocido periodista austriaco sobre el escenario de ese gran teatro y publicar hace unos días un libro Ich bin noch nicht fertig (Aun no estoy listo), en el que opina sobre todos y todo relacionado o no con la ópera.
En la velada también participó Hampson, quizá el barítono más importante en la actualidad y quien ha contribuido significativamente al período Holender. Cantó un aria de Guillermo Tell de Joaquino Rossini, con el italiano Fabio Luisi, director de la Opera estatal sajona de Dresden (Alemania), Sächsischen Staatsoper, al frente.
En el evento, en el que los cantantes interpretaron piezas operísticas de manera concertante y con la orquesta, la habitual Filarmónica de Viena, en lugar de en el foso, esta vez, sobre el escenario y con tres grandes pantallas, a los lados y al fondo, para que el público no perdiera detalle.
Las sopranos italianas Barbara Fritolli y Stefania Bonfadelli, la francesa Nathalie Dessay, el barítono alemán Thomas Quasthoff, el israelí Boaz Daniel, el tenor canadiense de origen alemán Michael Schade y el director musical de la Opera de Viena a partir del próximo septiembre, el austriaco Franz Welser-Möst, fueron algunas de las personalidades internacionalmente reconocidas que actuaron en gala, que presenciaron, junto al culto público vienés, parte de la élite austriaca de todos los estamentos de la vida del país centroeuropeo.
El tenor argentino José Cura, el barítono italiano Ildebrando D'Arcangelo y la mezzo soprano letona Elina Garanca excusaron su participación por diversas razones, y Holender dijo sarcástico en el caso de la cantante "me alegró de que pudiera cantar en Eisenstadt -Austria- y confío en que pueda interpretar dentro de tres días Carmen de Georges Bizet en Valencia".
A su sucesor, el francés Dominique Meyer, Holender deja con 11,8 millones de euros en caja un teatro saneado que puede cubrir el 45% de sus gastos con sus ingresos - el resto lo subvenciona el Estado - y con una ocupación media de público de más del 96%.
Babelia
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