Esguinces y costillas rotas contra Mägo de Oz
Antes de subir al escenario Sunset de Rock in Rio, la banda explica algunas de las anécdotas de sus directos
En el backstage del escenario Sunset, Mägo de Oz se ríen a carcajadas. Ya les va quedando menos para subir a tocar. La organización del festival Rock in Rio les llamó "hace dos días", así que esta vez no habrá esos grandes montajes que suelen llevar en sus giras. "De todas maneras, en la presentación de Gaia III llevamos menos cosas, buscamos un espectáculo más interactivo y sencillo...", explica Jose, el cantante. "¡Estamos en crisis!", suelta Txus Di Fellatio, el batería y alma de la banda que consiguió que su estilo, mezcla de rock y heavy metal con música folk, llegara a las radios comerciales de todo el país.
"Hoy haremos un repertorio festivo", aseguran. Temas como fiesta pagana, que cierra su actuación, son de sobra conocidas. No les molesta que las orquestas toquen sus temas en las ferias. "Nos gusta, de hecho hemos subido alguna vez cuando eso ha pasado", comenta Mohamed, el violinista. "Claro, si saben que estamos entre el público, nos invitan y nosotros encantados" dice Jose, antes de que Carlitos le interrumpa: "otra cosa es que se arrepientan porque a esas horas ya se ha bebido bastante, ¡ellos sabrán!".
Más de 20 años de conciertos dan para bastantes anécdotas y curiosidades.
El montaje más grande: la gira de Gaia II incorporaba un enorme decorado que convertía el escenario en una catedral gótica. "Eso ha sido lo más grande que hemos llevado". Un ambiente medieval en el que los músicos tenían que andarse con ojo. "En Valencia, ¿a quién casi le da un trozo que se cayó?", pregunta Txus.
Costillas rotas: sucedió en México. Carlitos perdió el equilibrio y acabó en el foso. "Fue complicado moverlo de allí", señala Jose. "Los médicos me querían llevar al hospital. Pero me dejaron tocar de nuevo... hicimos Hasta que el cuerpo aguante", rememora con un guiño el guitarrista. No sabía aún qué le había pasado: tres costillas rotas. Jose también ha vivido experiencias parecidas. Sufrió un esguince a mitad de concierto, pero lo arregló sentándose de forma que el pie no apoyara. No es lo más estético del mundo, pero él se lo tomó con buen humor. "Quiero verme en YouTube", bromeó con el público.
El barco que engañó a la Warner: Mohamed se ríe con ganas cuando recuerda que un parque de atracciones se interesó por un barco que usaron por un tiempo. "Creo que eran del parque temático de la Warner. Nos dijeron que lo querían comprar, a nosotros nos pareció bien... pero cuando llegaron, se echaron atrás. ¡Ellos se esperaban una embarcación entera, pero aquello sólo era la mitad, la que quedaba de cara al público! Le explicamos que pensábamos que lo sabían... si es atrezzo y sólo se va a ver de perfil, ¿para qué hacerlo entero?", pregunta el músico mientras el resto se carcajea.
Babelia
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