Exiliados del Heavy Metal iraquí
El grupo de rock duro Acrassicauda publica en Estados Unidos su primer EP después de sufrir la prohibición islámica, el bombardeo de su local de ensayo en Bagdad y el exilio en Siria
Si ser heavy es difícil, ser heavy en Bagdad es aún peor. O si no que se lo digan a los componentes del grupo Acrassicauda . Un grupo de amigos amantes de Metallica y de Iron Maiden que se juntaron en 2001 convirtiéndose en la primera banda de heavy metal iraquí. Eso a pesar de sufrir la prohibición del gobierno de Saddam Husein, la invasión de las tropas aliadas en 2003, la guerra civil y el exilio en Siria, primero, de dos de sus componentes y, después, de todo el grupo. Pero cuando parecía que el Dios del Metal les había abandonado, una discográfica de Brooklyn consiguió lo que nueve años de devoción por los guitarrazos no lograron: un visado a Estados Unidos y la publicación de su primer EP.
El inicio del periplo de Marwan (26 años, batería), Firas (29 años, bajo), Tony (30 años, guitarra) y Faisal (27 años, voz y guitarra) lo retrató en 2006 el documental Heavy Metal in Bagdad . Una producción de la revista norteamericana Vice en la que se seguía al grupo desde la invasión aliada a Irak hasta su exilio junto a otros millones de iraquíes en Siria. En la película, disponible en streaming en la web VBS.TV , sus protagonistas explican como la práctica del headbanging (mover la cabeza al son de la música) estaba prohibida por Saddam Husein al considerarlo parecido al movimiento de los rabinos al rezar, cómo después del derrocamiento de Saddam intentaron organizar un concierto en un hotel cercano a la Green Zone (la zona de más seguridad en Bagdad) a pesar del control policial y de los continuos cortes de luz, o cómo mientras dos de sus miembros huyeron a Siria en busca de una vida mejor, los dos restantes sobrevivían como podían en un ambiente de violencia extrema. El documental termina con los miembros del grupo exiliados y reunidos exilio mientras ven en un video los escombros de lo que fuera su local de ensayo.
Desde entonces, según relata Jamie Farkas, la responsable de su discográfica norteamericana, "intentamos conseguir un visado por todos los medios ". Mediante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, lograron después de tres años traer a los miembros de grupo a Nueva Jersey y así empezar los ensayos y la grabación de lo que sería su primer EP Only The Dead See The End Of The War (Sólo los muertos ven el fin de la guerra). Un EP publicado la semana pasada que suena a sus grandes ídolos, Metallica, pero también a grandes referentes del género como Sepultura o Slayer. Eso sí, con letras inspiradas en sus vivencias durante los años que siguieron al fin del régimen de Saddam Husein. "Se adaptan bien a su nueva vida", cuenta vía telefónica Farkas, "pero lo más duro está todavía por venir. Ahora tienen que demostrar que pueden vivir de la música."
Después de tratar de hablar en varias ocasiones con algún miembro del grupo, es su bajista, Firas, quién accede a contestar a algunas preguntas por teléfono. "Creo que al final ha merecido la pena tanto sufrimiento", relata este músico que en las fotos promocionales luce la tupida melena que en Irak tanto deseaba dejar crecer, "ahora podemos trabajar por nuestros sueños". ¿Otra historia más del mito del sueño americano? "Ni lo sé ni me importa. Lo único que espero es que se nos escuche y que la gente sepa lo que pase en nuestra casa, en Bagdad" concluye no si antes interesarse por la escena heavy en España.
Babelia
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