Una cápsula del tiempo guardará 150 años la visión de los barceloneses sobre la ciudad del futuro
Los ciudadanos pueden enviar sus contribuciones vía internet, por correo o en fotomatones
¿Cómo será la Barcelona dentro de 150 años?, ¿seguirán circulando los coches por las calles o volarán por las alturas como muchas películas de cine han imaginado?, ¿vivirán los barceloneses del futuro en grandes rascacielos o bajo tierra? Si ha imaginado la ciudad del futuro y quiere dejar su testimonio para que perdure en el tiempo este es el momento. El proyecto Barcelona 2159 está ultimando la creación de una cápsula del tiempo en la que todos los ciudadanos pueden dejar, hasta el 10 de junio, sus mensajes sobre cómo imaginan que será Barcelona en ese año. Ya lo han hecho unas 1.600 personas vía Internet, correo postal ordinario (al apartado 2159, 08080 de Barcelona) o creando un video en un videomatón que ha recorrido diversos espacios de la ciudad y que desde hoy está a la entrada del Salon del Tinell de la Plaça del Rei.
La iniciativa se engloba dentro de los actos del Any Cerdà. Por eso, en la capsula también se colocará la información generada durante la celebración de los 150 años del plan de este urbanista para el Ensanche, y de la documentación utilizada por Cerdà hace siglo y medio, cuando él imaginó como sería la ciudad del futuro.
Según ha explicado Javier Peña, científico y coordinador del proyecto, la cápsula, de dos metros de altura y uno de diámetro, tendrá dos partes (una base y un contenedor) realizadas en acero que se cerrarán con un engranaje mecánico. La apertura será progresiva. Cada año un ciudadano girará una de las partes 362,4 grados. Sólo tras realizar esa acción 150 veces se podrá abrir la capsula y dejar al descubierto la información de su interior: una caja de plomo que contiene, a su vez, una urna de cristal cerrada herméticamente con nitrógeno en su interior para evitar la oxidación y conservar los componentes electrónicos, en la que estará depositada toda la información guardada en formato óptico con su correspondiente lector.
En la creación de este dispositivo de la memoria han colaborado un equipo multidisciplinar de diseñadores, antropólogos y científicos, tras el acuerdo entre la oficina del Any Cerdà y la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC).
La cápsula, explicó Peña no estará enterrada ni en el interior, "será visible y podrá visitable, aunque todavía no se ha decidido cuál será la ubicación definitiva". Según él, se han interesado varias instituciones para albergarla, "no descartamos un museo o una catedral, porque los dos edificios perdurarán en el tiempo". El lugar donde ha de permanecer siglo y medio se conocerá el 11 de junio, el día que termina oficialmente el Any Cerdà.
Babelia
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