El patrimonio del museo
El Guggenheim inicia el ciclo de presentación conjunta de las obras de su colección.- Piezas de los años 50 a los 70 abren la serie
Un lienzo de gran formato de Mark Rothko, con las franjas características de su pintura en luminosos amarillo y naranja, marca el inicio de la cronología de la colección del Museo Guggenheim Bilbao. Pintado entre los años 1952 y 1953, fue también una de las primeras piezas que compró el pinacoteca, un año antes de su inauguración en octubre de 1997. El rothko, sin título, vuelve ahora a las salas del museo en la primera exposición que muestra de forma conjunta las adquisiciones del Guggenheim.
El museo abrirá hoy al público dos salas con 19 obras que siguen en orden cronológico las tres primeras décadas de la colección. Es la primera muestra de un ciclo que completará en tres años la presentación de las 103 obras de la colección. Los artistas del expresionismo abstracto protagonizan el arranque. Junto a Rothko, se presentan obras de Willem de Kooning, Clyfford Still y Robert Motherwell. Los cuatro artistas, como recuerda la comisaria de la exposición, la directora de Actividades Museísticas del Guggenheim, Petra Joos, simbolizan el momento en el que Nueva York se convirtió en la capital mundial del arte.
La compra de fondos ha contado con más de 90 millones de presupuesto
El expresionismo abstracto marca el arranque de seis décadas de arte
Fuera del foco neoyorquino, los artistas europeos seguían el camino del informalismo. En la exposición de los fondos del Guggenheim queda representado por el lienzo de Antonio Saura Crucifixión (1959-1963). Es el punto del recorrido por Europa en el que figura una obra de Yves Klein y esculturas de Jorge Oteiza, junto a una pieza de acero de Eduardo Chillida, pese a que fue realizada en 1993. El contrapunto americano lo pone la serie de Cy Twombly Nueve discursos sobre Cómodo, realizada en 1963 en Roma.
La pintura gestual del expresionismo queda atrás con la llegada del arte inspirada por los medios de comunicación. Una pintura serigrafiada de Robert Rauschenberg ?Barcaza, (1962-1963)? ejemplifica la utilización de imágenes de los medios de comunicación por el pop art. Andy Warhol, con Ciento cincuenta Marilyns multicolores (1979), y James Rosenquist, con Cápsula flamenco (1970), muestran en la colección Guggenheim los derroteros que siguió el movimiento.
Las adquisiciones del Guggenheim han contado con más de 90 millones de euros de presupuesto, aportados por el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya.
La compra de la colección, primero por la falta de información sobre los precios de las obras y después por la pérdida de más de ocho millones en las operaciones de cambio de divisas, han sido la parte más oscura de la corta historia del Guggenheim. Pero también han dotado de contenido a un joven museo y constituyen, según titula el catedrático y crítico de arte Francisco Calvo Serraller su introducción al catálogo de la colección, "el alma del museo".
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