Plauto 'desmediterraneizado'
El Festival de Teatro de Mérida estrena 'Los gemelos' con dirección de Tanzim Towsend
Año tras año el Festival de Mérida, en cuyos imaginarios estatutos fundacionales está el mantener algo más que el espíritu de la literatura y cultura grecolatinas, siempre incluye una comedia en su programación, por lo que Plauto, considerado como el mayor comediógrafo de la antigüedad, ha sido un autor que ha visitado repetidamente este festival, aunque nunca lo había hecho con Los gemelos, obra claramente precursora de las comedias de enredos impregnadas de equívocos y picardías.
En esta 55ª edición se ha programado y para la puesta en escena se ha llamado a la británica Tamzin Towsend, afincada hace dos décadas en España y a la que tantas veces se le añade el calificativo de directora de teatro comercial, por aquello de que transita con frecuencia por un tipo de teatro al que así se califica y donde se supone que ha triunfado con montajes de incuestionable éxito.
Ello no deja de sorprender. No el que haya tenido éxito, sino el curioso encasillamiento, ya que una profesional de estas características no es director en función de los objetivos de la producción o del espacio donde se vaya a representar, sino en relación a su buen o mal hacer en el oficio o en todo caso a su posible talento. Y oficio, esta mujer, lo tiene dentro de unos parámetros concretos, pero en un festival donde la programación se pone en manos de grandes de la escena como Miguel Narros, Georges Lavaudant, Jorge Lavelli, Mario Gas, Tomaz Pandur, José Carlos Plaza y Terzopoulos, entre otros, a lo mejor no tiene mucho sentido trufar entre ellos a Tawzin Towsend y encima como responsable de una comedia, género tan difícil de sacar a flote entre las piedras del milenario Teatro Romano que tantas veces han sido como una losa para montajes que se han precipitado sobre ellas.
Ello no quita, como ocurrió la noche del estreno el pasado miércoles, que parte del público acogiera el espectáculo (como ocurre siempre aquí con las comedias, incluso en trabajos claramente inferiores) con algarabía y regocijo y nada más finalizar la representación los espectadores aplaudieran calurosamente y se pusieran en pie, aunque muchos lo hicieran para aliviarse las doloridas nalgas y espalda por la lógica incomodidad de los primitivos asientos de este espacio. Además el reparto es muy bueno, con un puñado de excelentes profesionales, entre los que destacan Marcial Álvarez y Jesús Noguero en el papel de Los gemelos, así como Secun de la Rosa y Cecilia Solaguren, todos ellos grandes actores claramente desaprovechados, aunque no lo está tanto un brillante Pedro Miguel Martínez que ha logrado crear un delicioso personaje de suegro-padre con el que hace revivir, y en algún caso resucitar, al público.
Todos ellos luchan para levantar un montaje con problemas de ritmo y una versión plana, cosa rara habiendo trabajado en ella Miguel Murillo, gran dramaturgo y buen conocedor del teatro grecolatino, aunque la responsabilidad es compartida ya que firma conjuntamente ese trabajo con la directora, y ambos han tenido el buen gusto de no cargarla de escatologismos populistas (caca, pedo, pis, culo) que se han visto en otras comedias representadas dentro del festival. Towsend reconoce que para su trabajo con Murillo ha recurrido a versiones inglesas de esta obra, lo que quizá la ha desmediterraneizado en exceso.
Lo que sí se mantiene es el corpus de la misma en la que todos los equívocos surgen de las disparatadas historias que provoca la coincidencia en una ciudad griega, jaranera y hedonista, de dos hermanos gemelos, separados en la infancia. Un argumento al que tantas veces ha recurrido el teatro y el cine y una obra en la que Shakespeare se inspiró para escribir La comedia de los errores.
A esa base y a esa obra sin pretensiones Towsend, después de someterla a un aggiornamento vodevilesco, le ha añadido acrobacias, música en directo (con sones populares griegos), números circenses, bailes arrevistados, estéticas cinematográficas, como si no creyera en la obra y necesitara llenarla de cosas a pesar de lo cual el efecto conseguido es que la vacía de contenido. En cualquier caso directora y actores estaban encantados la noche del estreno porque ellos vivieron el acontecimiento como algo muy positivo. El montaje, que permanecerá en el Teatro Romano hasta el 9 de agosto, cuenta también con escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda, vestuario de Chari Esteban, iluminación de José Manuel Guerra y danzas y acrobacias de la compañía Karlik Danza-Teatro.
Babelia
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