U2 apabulla en un 'show' descomunal
La banda irlandesa inicia en Barcelona su gira mundial
Ande o no ande, el caballo era muy grande. Comenzó a trotar a las 10 de la noche de este martes entre un indescriptible fulgor de flashes disparados por la mayoría de las 90.000 personas que vieron arrancar la nueva gira mundial de los U2 en el Camp Nou de Barcelona. La batería marcó el inicio del show y Breathe supuso el primer punto álgido de la noche. Bono, cabello corto, vestido de oscuro, gafas panorámicas, brincó y comenzó a desgañitarse empujando un sonido ensordecedor que parecía mentira provocasen sólo cuatro músicos. Tirando del nuevo disco -que se notó que estaba pensado para estadios- cayeron, en medio de la euforia del público, No line on the horizon, Get on your boots y ese himno que, recordando los ochenta de la banda irlandesa, responde por Magnificent. Todas canciones nuevas. Innombrable el griterío.
De entrada ya era bastante asombroso el tamaño del escenario, que pese a que U2 manifiestan que está inspirado en Gaudí, puede evocar, aunque sólo sea por su aspecto de alienígena zancudo, al famoso exprimidor que Philippe Starck diseñó para Alessi. Por mucho que se vean fotos, este escenario no cabe ni en un iPod ni en una pantalla enorme de plasma, que de eso se trata. Bajo su panza, un círculo proporcionaba una superficie giratoria para que Bono y los suyos ni se tuviesen que girar para ser vistos en el rincón más alejado del recinto. Una pantalla, también circular y poco menos que ciclópea, ayudaba a acercar a las diminutas figuras de los músicos, que tenían previsto un repertorio capaz de derruir el estadio y que, al menos en los primeros momentos, se correspondía con lo que habían estado ensayando las últimas dos semanas en el mismo estadio.
La lista es una combinación de viejos y nuevos temas que incluye I still haven't found what I'm looking for, Angel Of Harlem, Mysterious ways y más tarde The unforgettable fire, City of blinding lights, Vertigo, Sunday bloody sunday y Where the streets have no name, entre otras. También se esperaba un discurso de Desmond Tutu, el líder religioso surafricano, Walk On, durante la cual se había pedido a los fans por Internet que se pusieran una careta con la cara de la Nobel birmana Aung San Suu Kyi, y unos bises que incluían With or without you. Una locura, un repertorio para llenar / conquistar estadios y para que el próximo concierto, el día 2, ya no tenga a nadie vendiendo entradas sobrantes en los accesos.
Porque ésa fue una de las notas destacadas en las horas previas al concierto, de las que se pudo desprender un dato: si algo puede acabar con los reventas, esto es la venta anticipada. El público, enardecido, presuroso y temeroso de quedarse sin la entrada correspondiente, hace la compra meses antes, e incluso tirando al alza sus necesidades cuenta con acompañantes que al final no vienen. O bien porque nunca lo pensaron o bien porque una indisposición o problema abortan el plan. La plasmación de estas circunstancias era ayer en los entornos del Camp Nou una infinidad de personas intentando colocar entradas sobrantes al precio de taquilla, no deseando tanto ganar dinero como no perder unos centenares de euros. En medio de estas personas, los tradicionales reventas, reconocibles por no tener ningún aspecto que evoque pasión por los U2, eran también distinguibles ayer por tener una cara de fúnebres circunstancias, ya que no colocaban ni una mísera localidad pese a sus anuncios.
Los más presurosos hacía ya horas que estaban en el interior del recinto, en donde el grupo Snow Patrol habían actuado de teloneros. Se trataba de personas que habían pasado dos días haciendo cola para asegurarse un lugar en primera fila, quizás no creyendo que la grandiosidad del espectáculo prometido por la banda acentuaba el intimismo y la proximidad. Por si acaso ellos ya estaban allí, por si se fundía la pantalla. Las puertas se habían abierto pasados veinte minutos de las cinco de la tarde y estos seguidores, algunos llegados desde el extranjero, no perdieron el tiempo y entraron a la carrera, como disputándole el espacio al mismísimo aire. Nada como ser un buen fan para aceptarlo todo con esperanza.
Dos años en ruta
Las 90.000 entradas para el concierto de U2 que anoche abrió su gira mundial se agotaron en menos de una hora. Eso obligó a programar un nuevo concierto en el Camp Nou, el día 2, del que de momento se han vendido casi 70.000 entradas. Hay que decir, sin embargo, que la pasada semana la organización anunció que aún quedaban algunos "restos" para el concierto de anoche y anunció que en 2010 el grupo volverá a España para actuar en otras dos ciudades.
Antes ni siquiera de comenzar a tocar, la banda irlandesa parece estar arrasando en esta gira que durará más de dos años. De momento están agotadas las localidades para los siguientes cinco conciertos (dos en Milán, otros dos en París y uno en Niza) y los de Dublín, en donde hay tres previstos a finales de julio, donde desde hace tiempo está puesto el cartelito de sold out. Estarán en Europa hasta finales de agosto y después iniciarán la gira americana en donde la venta anticipada parece que también está haciendo estragos.
Babelia
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