Mills vuelve a los orígenes
El dj ofrece una sesión de house y hip hop que calienta la tarde del Sónar
Ya está, el Sonarvillage no puede estar más lleno. El Sónar de Día es un éxito. A reventar, más de mil personas no dejan de bailar al son de The Wizard, alias del magnífico Jeff Mills, factótum de la música electrónica que se daba el gustazo de volver a sus orígenes (cóctel de house, hip-hop y funky). El público, entregado. Desde Mallorca al londinense barrio de Kensington, desde Tahití a Eslovenia, la audiencia del Sónar disfruta.
Muchos ya son veteranos y se muestran orgullosos de ello. Carlos, barcelonés, admite que acude al festival de música avanzada desde la segunda edición. Por el contrario, Patrick, un escocés panocha enfundado en una camiseta del Celtic dice recordar que esta es su tercera vez. Los motivos son comunes: "¡This is fucking great man!" resume Andy, canadiense. Preguntados sobre el sentido del festival y su futuro, varios asistentes apuntan que "es un fesitval muy grande para ser tan pequeño", aunque prefieren que siga así.
El Sónar de Noche es otra cosa, no tiene el mismo ambiente, reivindican. Aunque algunos, cómo Pol, prefieren la escena nocturna de la Fira2, ya que "el Sónar de Día es para calentar". Otra cuestión es la crisis. Los 140 euros del abono global "no son caros si esperas durante un año para que vuelva el Sónar", señala Carlos. Los británicos son de la misma opinión y además suman otro argumento: Barcelona, su clima y su vida nocturna. Entre el público la crisis no es una preocupación, el Sol sí.
Perdi, de la banda Rominger, que ya ha actuado en SonarComplex, indica que "la gente tiene ganas de divertirse". A pesar de ser de la bandas que ha abierto el festival asegura que las sensaciones con la gente "son muy buenas", con un buen feedback. Gerard, un desarrollador de software para móviles que acude cada año a esta cita electrónica, asegura que "es el mejor Sónar de los últimos cinco años". El porqué es el cartel, "pensado para los amantes de la electrónica", remacha.
"La gente necesita música, quizás más música"
Probablemente, Jeff Mills sea uno de los dj's más influyentes de los últimos tiempos. Esta tarde ha puesto a bailar a la peña bajo un sol de justicia en el recinto diurno del festival, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, y el sábado será uno de los que cerrarán la noche en el Sonarpub, en el recinto de Fira de Barcelona. Habitual del festival, cuyos organizadores le reciben como a un amigo, Mills es bajo y delgado, pero sobre el escenario se crece hasta el punto de que consigue que miles de personas sigan su ritmo como si fuera un auténtico gurú. Pocos minutos antes de que comenzara su actuación, explica sus ideas sobre el estado de la música electrónica en la actualidad.
Pregunta: ¿Considera que estamos en un momento de innovación en la música electrónica o por el contrario cree que estamos estancados?
Respuesta: Hay que tener claro que la evolución de la música electrónica siempre ha sido lenta pero sostenida. La cuestión es que hay mucha gente haciendo muchas cosas al mismo tiempo y eso hace difícil canalizarlo todo en una sola dirección. Hace falta tiempo para ir situándose y también perspectiva para saber dónde se está exactamente. No es algo preocupante.
P: ¿No cree que la música electrónica a vece parece que se alimente de su propio pasado?
R:Es fácil percibir cuando la música evoluciona y cuando no. Quizás sí se pueda dar la impresión de que se está cómo hace unos años. Pero yo no me preocuparía. La clave es la paciencia, sobre todo.
P: ¿Cree que en estos momentos de crisis global se tendría qué hacer otro tipo de música? ¿Ha notado que el público pida otras cosas?
R: Todavía no. Sí veo que la gente necesita música, quizás más música. Es cierto que la gente siempre tiene la necesidad de escapar. Creo que en los próximos años esta necesidad irá creciendo, y que tendrá más significado.
P: ¿Y por qué venir a Sónar? ¿Qué hará aquí?
R: Pues tengo ganas de subirme ahora y de hacer hip-hop y house que es lo que siempre he hecho. Hace ya 25 años que empecé en esto y hoy me apetece hacer cómo hacía en los primeros días.
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