El Grand Palais rompe moldes y reúne a 150 artistas de la calle
Una exposición muestra en París 300 obras de artistas graffiteros
El Grand Palais rompe moldes hasta el próximo 26 de abril con una muestra única en su género, presentada como primicia mundial, que reúne 300 obras de 150 artistas de grafiti callejero seleccinados por el arquitecto Alain-Dominique Gallizia. Aristócrata italiano desde hace siete generaciones, arquitecto de estrellas y VIP, Gallizia empezó a acumular, más que coleccionar las obras que ahora expone para "reparar una tremenda injusticia y rehabilitar a artistas tan poco reconocidos", según explicó a Efe.
Comprometido a no vender ninguna obra, el arquitecto aspira entre otros objetivos a hacer viajar su colección por todo el mundo y prestarla a toda institución, museo o ciudad que lo desee.Cita nombres de eventuales candidatos donde vería bien la muestra, como los Museos Guggenheim de Nueva York y Bilbao, aunque asegura ser un simple "particular" y que no ha contactado para esta gira planetaria que prevé para su colección.
Gallizia aspira a que ciudades como París, que tienen muchos espacios con muros abandonados, puedan servirse del TAG (Tag and Graff) para llenarlos de colores, de arte y de cultura, como promueven ya municipios, entre ellos el de Múnich (Alemania). "Las ciudades lo necesitan, debería haber una colaboración para poner en marcha este tipo de diálogo; tiene que haber un reconocimiento común, que la gente comprendan que es arte y se encuentre un espacio común", consideró.
Sería una manera, añadió, de dar color a ciudades como París, "donde todo es negro, la gente viste de negro, los coches son grises, blancos o negros, salvo los azules de EDF Gas de Francia o los amarillos de Correos", y donde a los arquitectos, como él ha comprobado, no pueden utilizar el color. Gallizia evocó su lejano origen español, procedente de un miembro de la corte de Carlos V que contrajo matrimonio en Italia con una vieja gran familia del Piamonte, y no ocultó su desdeño para con los prejuicios burgueses que durante décadas y aún ahora desprecian el Street Art .
Él lo descubrió en sus propias construcciones, cuando encontraba sus muros y empalizadas llenos de creaciones "fulgurantes", pero también durante su actividad paralela en una asociación humanitaria que ayuda a personas sin hogar. Su primer encargo fue para un artista que pintaba la palabra amor allá por donde pasaba.
De ahí surgió la idea de encargar a otros artistas pintar para él sobre ese mismo tema, que como puede verse en el Grand Palais hasta el próximo 26 de abril "no ha dado lugar a ningún desbordamiento, sino a creaciones extremadamente púdicas, nada hard>/i>", destacó. Gallizia no seleccionó las obras que 'colecta' sino a sus autores, "por su talento, su importancia, su personalidad", y les invitó a pintar para él, de preferencia en sus talleres de Boulogne-Billancourt, un barrio chic de París. Allí tomaron refugio creativo veteranos estadounidenses, como Toxic (1965), próximo al colectivo Hollywood Africans; artistas europeos como el italiano BO130 (1971) o el francés Psyckoze (1969), y algunos representantes de países emergentes como el brasileño Nunca (1983).
Corea e Irán, "país donde si te encuentran pintado un TAG te cortan las manos" figuran también en la muestra, comentó. El resultado de esta rara conjunción de Arte Salvaje, que Gallizia espera que sea cada vez más internacional, es una "una huella comparativa de un movimiento mundial que nunca antes había sido hecha, una "referencia del último arte contemporáneo de finales del siglo XX". Un arte que "no solo es gratuito", sino que sus autores -destacó- pagan por hacer; pues pagan multas y pintura, y a veces pagan con la vida, en busca de lugares de gran visibilidad o de grandes superficies por pintar, como los túneles ferroviarios, Gallizia dijo haber preparado la exposición con la ayuda de sus amigos y clientes, algunos tan conocidos como el actor Gérard Depardieu, que promete visitar la muestra el próximo sábado, adelantó.
Babelia
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