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La Fura dels Baus desafía a 'El gran macabro'

El grupo teatral catalán estrena en La Monnaie de Bruselas su versión de la 'anti ópera' de Ligeti

Macabro, grotesco y cruel. Así es el universo fantástico creado por el dramaturgo belga Michel De Ghelderode (1898-1962), alias creativo bajo el que se escondía Adhémar Adolphe Louis Martens, de quien Jean Cocteau llegó a decir que era el diamante negro que remataba el collar de poetas que colgaba del cuello de Bélgica. Un acerado diamante que trataba en sus obras de los límites de la experiencia humana. Límites como la degradación o la muerte, de la que va una de sus obras más conocidas La balada del gran macabro (1934), en la que el compositor húngaro György Ligeti (1923-2006) se inspiró para componer su única ópera, calificada por él de "anti ópera", El gran macabro, el último desafío lírico del grupo teatral catalán La Fura dels Baus, que se estrena en el Teatro Real de la Monnaie de Bruselas el 24 de marzo en un montaje coproducido por Liceo de Barcelona, donde se presentará en noviembre de 2011, la English National Opera y la Ópera de Roma.

Como grupo teatral bicéfalo, La Fura dels Baus puede abordar a la vez proyectos diversos. Así, mientras Carles Padrisa ultima la puesta en escena de El ocaso de los dioses, la última jornada de la tetralogía wagneriana que se estrenará el 29 de abril en Florencia, en el marco del festival Maggio Musicale, antes de llegar al Palau de les Arts de Valencia; Àlex Ollé, el otro codirector del grupo, se ha responsabilizado de El gran macabro.

Entre lo obsceno y lo absurdo

Con la muerte como protagonista principal, y dando rienda suelta al absurdo y la obscenidad que subyacen en el texto en el que se basa el libreto, Ollé apela al surrealismo para trasladar a la escena la ópera. Una muñeca de inmensas dimensiones tendida sobre el escenario es la escenografía única, obra de Alfons Flores, en la que el director de escena sitúa la acción. El miedo a la muerte de Claudia, personaje inventado para esta versión y convertida en la gigantesca muñeca, es el punto de partida de la trama, la historia de la condenación de la humanidad a la que ha venido a destruir un ángel exterminador, Nekrotzar.

La ambigüedad de la trama, que por su pretendida absurdidad tanto puede ser vista como una farsa como la condena inminente de la civilización, favorece la opción surrealista adoptada por Ollé, quien hace aparecer todos los personajes de la ópera del interior de la muñeca, como si las fantasías y demonios de Claudia cobraran vida en el momento en que siente que su vida está amenazada.

Eclecticismo sonoro

Desde una obertura escrita para bocinas hasta homenajes al clasicismo, pasando por citas distorsionadas de algunos de los grandes compositores del pasado, como Beethoven o Verdi, o el uso de sonidos propios de la gran ciudad, la ironía y el equívoco se erigen en los grandes protagonistas de El gran macabro. La ópera, que el compositor quiso que se cantara en la lengua de cada uno de los países en que fuera puesta en escena, será interpretada en la versión de La Fura dels Baus en inglés, lengua franca elegida antes la diversidad de nacionalidades de los coproductores: belga, británico, español e italiano.

El estreno mundial de El gran macabro tuvo lugar el 12 abril de 1978 en el Teatro Real de Estocolmo. Llena de diálogos, Ligeti reescribió el libreto y la partitura de la ópera en 1997 para hacerla, dijo, más comprensible para el público. La nueva versión, en la que el texto hablado se redujo al mínimo, se estrenó en el Festival de Salzburgo el mismo 1997.

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