La Seminci echa a rodar en torno a Gonzalo Suárez y la defensa del cine español

La Seminci ha echado una vez más a rodar. Y ya van 53. La gala inaugural de la 53 Semana Internacional de Cine de Valladolid se ha convertido, en torno a la figura de Gonzalo Suárez, en una exaltación y reafirmación del cine español, a quien, en palabras de su director, Javier Angulo, pretende mostrar en esta edición su apoyo "cerrado y convencido".

El escritor y realizador español ha recibido esta noche de manos del reciente Premio Nacional de Narrativa 2007, Juan José Millás, y de Carmelo Gómez un galardón conmemorativo por cuarenta años de oficio que serán durante esta semana objeto de revisión en forma de ciclo.

En palabras de Carmelo Gómez, Gonzalo Suárez, que "no se ha casado ni con épocas ni con nadie" ha sido el artífice de "aventuras maravillosas que hemos compartido muchos", fruto de una imaginación "sin límites" que ha dado veinte largometrajes, cinco cortos y una serie de televisión.

"Las mejores mentiras son las que salen del corazón", ha respondido el homenajeado ante la presencia de personalidades como Basilio Martín Patino, Carlos Saura, Imanol Arias, Candela Peña, Antonio Dechent, Juan Diego Botto, María Valverde, Carmelo Gómez o Elías Querejeta, al que se le ha hecho entrega de la Espiga de Honor.

El padrino del festival vallisoletano, Imanol Arias, ha leído durante el acto de inauguración en nombre de la organización una carta dirigida al público donde se advierte de que el certamen seguirá apostando por el cine de autor pero que experimentará "un nuevo giro" con las premisas de una decidida "defensa del cine de calidad y sensibilidad a los problemas del ser humano y de la sociedad".

La gala de inauguración se acerca a Jordania

Jordania ha abierto esta 53 edición de la Seminci con Capitán Abu Raed, de Amin Matalqa, galardonada con el premio del Público a la Mejor Película Extranjera en Sundance y seleccionada por su país para los Oscar en la modalidad de Mejor Película de Habla no inglesa. La cinta aborda, a través de la figura de un empleado de la limpieza que trabaja en el Aeropuerto Internacional de Amán (Jordania), la lacra de los malos tratos.