Vida de un pícaro contada (casi) por sí mismo
Se reedita la biografía 'Vida de Manolo', de Josep Pla, 70 años después de su traducción al castellano
A Josep Pla le fascinó aquel escultor de inteligencia formidable que era capaz de perorar sobre la escultura griega y, acto seguido, comerse una ensalada con los dedos. Manolo Hugué (Barcelona, 1872-Caldes de Montbui, 1945) nació pobre en las callejuelas de la Barcelona de finales del XIX y, sin formación académica, llegó a ascender hasta convertirse en un escultor deslumbrante que se codeó con Apollinaire y Picasso. Su vivo ingenio y su conversación inteligente lo coronaron como un personaje muy popular en la escena cultural barcelonesa de principios del siglo XX.
Alguien tenía que contar la vida de aquel pícaro moderno, debió de pensar Pla. Tras más de cinco años de amistad, en 1927, el periodista ampurdanés se reunió con Hugué para recoger su vida, contada por él mismo, en la biografía Vida de Manolo, publicada en catalán en 1928 y cuya traducción al castellano se reedita por primera vez después de 70 años. "Es probablemente una de las mejores biografías españolas del siglo XX, junto a la del torero Juan Belmonte, de Manuel Chaves Nogales", señala por teléfono desde Barcelona el filólogo Jordi Amat (Barcelona, 1978), autor del prólogo y responsable de la edición del texto.
Un tipo inolvidable
Tras los pasos de Manolo, Pla describe la vida de las clases pobres en el casco antiguo de Barcelona a finales del XIX, la vida bohemia de la vanguardia artística de París a principios del XX y, sobre todo, la personalidad de un pícaro fascinante, sumamente inteligente y de una gran profundidad humana, según explica Amat. "La persona de la que se habla aquí, sin que hubiese hecho en su vida una sola escultura, sería uno de los mozos más inolvidables de nuestro tiempo, uno de los hombres menos grises, más intencionados, de un relieve más acusado", advierte Pla en el prefacio.
La admiración que sentía Pla por Hugué era enorme. "El escultor es un dialéctico formidable y tiene una conversación sencillamente deslumbrante. La burla y la profundidad, lo pintoresco y lo trágico, toman en su conversación un relieve, un color, un interés inigualado. La gesticulación, como siempre entre nosotros, es brutal. La riqueza vital os deja anonadados".
Para escribir las memorias de Hugué, Pla se reunió con el artista durante el mes de julio de 1927 en la localidad francesa de Prats de Molló, en los Pirineos, cerca de la frontera. Allí el escritor guió los encuentros para, según sus palabras, "provocar unas conversaciones rutilantes y sintéticas y dejar pasar las cosas entre unas preguntas intencionadas y la sinceridad del artista".
Al escribir el texto, Pla tuvo muy presente la considerada mejor biografía de todos los tiempos, Vida de Samuel Johnson, de James Boswell, que leía con devoción. "Pla ve en Hugué a su Johnson", añade Amat, que recuerda que un ejemplar del libro de Boswell se conserva en la biblioteca personal de Pla en su museo de Palafrugell.
Mucho más que un personaje
La biografía se publicó en catalán en 1928, en la editorial La Mirada, de Sabadell (Barcelona). El texto aumentó la popularidad de Hugué, aunque quizá no de la manera prevista. "Mucha gente no se tomó en serio el libro y se quedó con la anécdota, con el perfil bufo del personaje, y pensaron que era un payaso y poco más", lamenta Amat. "Es cierto que es un libro divertido pero con una gran carga de profundidad", matiza.
El libro, con una tirada inicial de 600 ejemplares, se vendió bien. Dos años después lo tradujo al castellano el crítico Juan Chabás, próximo al círculo de José Ortega y Gasset y colaborador de Revista de Occidente. Su versión, sin embargo, incurrió en algunos errores e imprecisiones.
Aun así, la mayor modificación del texto la ejerció el propio Pla en 1947, cuando, tras la muerte del escultor en 1945, amplió el texto hasta duplicar su extensión con reflexiones sobre la obra del autor. "Completa la parte de la vida que no estaba escrita, pero sin las conversaciones de Hugué, lo que resta frescura al original", considera Amat. La Vida de Manolo que ahora publica Libros de Asteroide recupera, según el filólogo, la unidad de tono y la concisión del texto original.
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