Montmeló se instala en Pamplona
Los toros de Núñez del Cuvillo cierran los Sanfermines con una carrera muy limpia y veloz.- Cinco heridos con contusiones
Dejen paso que hay prisa. La característica de los encierros de este año ha sido su velocidad y limpieza y el último también ha cumplido la norma. Los toros de Núñez del Cuvillo han puesto hoy punto y final a las emocionantes mañanas de San Fermín con una carrera más propia del circuito de Montmeló que de las calles de Pamplona. Desde la apertura del portón de los corrales del Gas, los astados han imprimido un ritmo explosivo que han mantenido durante todo el encierro. El parte definitivo indica que no hay heridos por asta y sólo cinco con contusiones.
En todo momento, la manada ha ido muy compacta y sin dejar resquicios para que los mozos se intercalaran y pudieran fintar y sortear a los toros, que hacían amagos de barrer los laterales de la calle, pero preferían seguir unidos hacia la plaza.
El único resquicio
A pesar del ritmo atropellado, los toros han superado sin mayores problemas el ángulo recto que se forma en Mercaderes con Estafeta. Ya en esta calle, los astados han disminuido la velocidad por el cansancio y la caída de un toro negro ha provocado que el grupo se separara. Ha sido la única ocasión para que los corredores más avezados se introdujeran entre los animales.
Los mansos han seguido guiando al resto de toros hacia el coso a gran velocidad. En el tramo de Telefónica, antes de llegar al callejón, se han producido numerosas caídas por la aglomeración de mozos. Nada ha impedido que la manada llegara a la plaza y el último toro entrara en los chiqueros dos minutos y treinta y siete segundos después de la salida.
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