_
_
_
_

Las sinceras confesiones de un viejo pirata

Iván Ferreiro revienta la Riviera madrileña en la primera de sus dos noches para el recuerdo

Se confesó Iván Ferreiro delante de una Riviera madrileña que llena dos noches seguidas. Pero llena como no ha llenado ninguna estrella foránea en sus últimas visitas. Se confesó, aunque la sinceridad se pone en duda con su último disco, Mentiroso, mentiroso, un álbum que ofreció de forma gratuita en su web con 65.000 descargas en una semana.

Y es que el antiguo líder de Los Piratas, con una voz que se reconocería entre diez mil, dio un recital lleno de pasión, risas y canciones cargadas de intenciones. Sin memoria pirata, sin guiños al pasado. Un verdadero barba roja siempre mirando al siguiente botín. Y Ferreiro ya lo tiene. Si en sus últimos vídeos era caracterizado por actores como Oscar Jaenada, es porque el gallego tenía claro que para verle había que pasar por taquilla. Y la gente pasó, y en masa según los desbordes del aforo. Nadie negó una entrada para oír sus nuevas canciones. Y así arrancó con su banda de cinco piezas. Con Toda la verdad, Mentiroso, mentiroso, De mi un panadero, Jet Lag, o Canción del no.

Y la música fue fluyendo con la gente entregada en temas como Fotogramas, la soberbia Canciones para el tiempo y la distancia o la pianística e irónica Rocco Sigfredi. Y le daba igual solo que acompañado, o ceder el escenario a Ángel, Pablo o Toni, clavando Sentimentiras. Y se esperaban amigos que tal vez aparezcan el viernes. Esos amigos que dejó en Buenos Aires cuando en 2005 ideó ese proyecto llamado Laboratorio Ñ, y que juntó para componer en una casa a sus amigos; Juan Aguirre y Eva Amaral (el dúo Amaral), Xoel López (cantante de Deluxe), Pereza o Quique González.

Ese mismo año en el que aparecía i>Canciones para el tiempo y la distancia. Su primer trabajo tras abordar todos los barcos, y que recuperó en directo con El viaje de Chihiro, Son preciosos nuestros besos o Estrella de la muerte, dejando claro que había vida después de ser corsario.

Pero quedaban canciones, tantas que se fue hasta treinta y una, demasiadas para recordar otras corridas con más pases. Él se mostró algo tímido, vestido en camiseta azul y vaqueros, habló poco, pero no dijo de más. "Gracias por venir todos, es un honor estar con vosotros". Y en esas recuperó canciones de su nuevo disco, Magia, Personalidad múltiple o de Las siete y media (2006) como Días azules con la que se despidió, no hasta siempre, sólo hasta mañana. Con lleno, con algunos que repiten y otros que se estrenan, en las sinceras confesiones de un viejo pirata. Una cosa clara: el indie español goza de buena salud.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_