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Sara Baras triunfa en su primera actuación en China

El espectáculo 'Sabores (para mi madre, Concha)' logra unas ovaciones prácticamente inéditas entre el público de Shangai

La bailaora española Sara Baras y su compañía de flamenco se estrenaron esta noche en China con su espectáculo Sabores (para mi madre, Concha), con el que desperaron tal apasionamiento en el público de Shangai que lograron una entrega y unas ovaciones prácticamente inéditas allí.

"Ha sido muy emocionante", ha declarado Sara Baras, tras abandonar el escenario, "si es que, hasta cuando aplaudían, estaban haciendo el compás por bulerías, y durante un montón de tiempo además", ha confirmado la bailaora y coreógrafa, tras un final de fiesta apoteósico que puso al público en pie durante un cuarto de hora.

La audiencia local, habitualmente más tímida, se dejó prender con verdadera veneración desde los primeros compases que la compañía puso en escena. Las cerca de 2.000 personas que abarrotaron hoy el Gran Teatro de Shangai se mostraron tan absorbidas por el flamenco que la sala parecía palpitar, con la respiración contenida, incluso en los momentos más profundos e intensos del espectáculo, como un soberbio Martinete que la bailaora hizo resonar entre un sentido silencio.

El espectáculo, broche de la participación española en el Festival Internacional de las Artes de Shangai, dentro del Año de España en China, obtuvo un éxito tan arrollador que la directora del propio festival, muy emocionada, les pidió que regresaran en 2008, probablemente con Carmen.

Baras, que había actuado antes en Japón, Hong Kong y Taiwán, ha destacado que, en general, los asiáticos "alucinan con la cultura española y, más, con el flamenco, donde los sentimientos están por encima de todo y la cosa no está tan ordenada y tan perfecta, sino que el corazón manda también".

El público de Shangai se deshizo en aplausos, sobre todo ante Baras y los bailaores José Serrano y Luis Ortega, con el espectáculo "más especial" de la compañía, según la coreógrafa, que lo dedica a su madre y maestra, en "un recorrido por los distintos palos del flamenco, pero acordándonos de los maestros, de la tradición". La sucesión de tangos, seguirillas, zambras, alegrías, martinetes, deblas, tarantos, tanguillos, romances, jaleos, rondeñas y bulerías dejó una honda impresión en algunos espectadores, como la joven Duan Muyun, estudiante de flamenco desde hace meses, que ha declarado a EFE que "ha sido una experiencia inolvidable, nunca olvidaré esta noche". "Para nosotros es un hito", ha declarado la profesora de flamenco Wen Qingqing, que esperó junto a una veintena de alumnas a que la bailaora saliese del teatro, para saludarla y pedirle que pasase por su academia a darles una clase.

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