El rock duro de 'Slayer' triunfa en la primera jornada del Festimad
Los estadounidenses Pearl Jam, plato fuerte del festival, cerrarán la cita hoy ante 20.000 espectadores
El metal de los estadounidenses Slayer y Devil Driver, y el rock progresivo de los ingleses Anathema, han hecho vibrar a más de 10.000 personas en la primera jornada del Festimad 2007 en el Estadio de Butarque de Leganés (Madrid), dentro de una programación exclusiva para los amantes de los sonidos más duros.
El Festimad 2007 abrió sus puertas al público en el Estadio de Butarque de Leganés a las 16.00 de ayer viernes, minutos después de que 30 grafiteros madrileños batieran el Récord Guiness de la mayor longitud pintada de graffitis en 24 horas, al plasmar sus obras sobre una tela de 600 metros de largo y dos de ancho.
El grupo madrileño novel La Suite F fue el encargado de inaugurar los 100.000 vatios de sonido instalados para la ocasión con su fusión de punk y funk, cuando una cantidad de público aún escasa se congregaba en el terreno de juego del Estadio de Butarque.
Frente al escenario, el espacio dispuesto para el público se escindía en dos mitades con unas vallas metálicas en forma de cruz, instaladas "para facilitar la asistencia sanitaria en caso de desmayos", según fuentes de la organización.
Los siguientes sobre el escenario, aún con poco más de unos centenares de espectadores en el estadio, fueron Tao Te Kin, una joven formación madrileña que se entonó conforme avanzaba su actuación, hasta ofrecer un tramo final del concierto a un nivel muy aceptable, con temas como Deniego o Utopíate, que trajeron ecos de Hérores del Silencio y Sistem Of A Down.
Enemy Of Myself, que han editado su primer disco este año, demostraron que cuentan para el futuro del hardcore madrileño, con temas como Bye little Eye o Straight to Hell, mientras los numerosos participantes en el certamen de fotografía Fotomad buscaban puntos de vista originales para retratar el ambiente del festival.
Grupos de renombre
Una mayor expectación se respiraba cuando la primera banda de renombre internacional, los ingleses Anathema, entró en escena, con su característico rock progresivo y atmosférico, marcado por elementos poco usuales en el género del metal como los teclados y la distorsión de voz con helio.
El público, en su mayoría de estética heavy -predominaban el pelo largo, los pantalones vaqueros ajustados y las camisetas negras con logotipos de grupos referentes del género-, se rindió ante el honesto virtuosismo de la banda de Liverpool, compuesta por dos parejas de hermanos: Daniel y Jamie Cavanagh, y John y Lee Douglas, junto con Les Smith, el teclista.
Anathema, que trazó un giro drástico en su carrera al pasar del death metal a un sonido progresivo y atmosférico con su álbum Eternity, confirmó que Pink Floyd es una de sus fuentes de inspiración al culminar su directo con una versión de Dumb (del legendario álbum The Wall), muy respetuosa con la original salvo por una parte final, de corte heavy.
La banda Devil Driver, un grupo norteamericano formado en 2003 con la unión del vocalista de Coal Chamber con otros músicos, calentó motores antes del cabeza de cartel de la jornada, con su speed metal a ritmo vertiginoso.
El delirio colectivo llegó con los esperados Slayer, que en su segunda visita al Festimad ofrecieron un recital de riffs de guitarra junto con las desgarradas y apocalípticas letras de su líder Tom Araya, todo ello sobre la acelerada percusión del batería Dave Lombardo, de vuelta en el grupo después su marcha en el año 1990.
Tras algunos de los temas más recordados del álbum Blood Reign, y nuevos éxitos del último trabajo de Slayer (Christ Illusion) como Jihad o Cult, los madrileños Migraine pusieron punto y final a una primera jornada del Festimad en la que el público ocupó la mitad del aforo del Estadio de Butarque.
Babelia
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