Boleros, mariachis y pop melódico
Luis Miguel ofrece en Madrid un recorrido musical por 25 años de carrera
Casi tres años después de la gira 33, Luis Miguel ha regresado a Madrid para dar el primero de los dos conciertos que ofrece en el Palacio de Deportes, en donde ha realizado un recorrido musical por 25 años de carrera, sin que faltaran boleros, mariachis, canciones románticas y pop melódico.
Luis Miguel celebra con esta gira los veinticinco años de la publicación de su primer éxito, Me gustas tal como eres. Por eso el cantante quiso ofrecer cuatro conciertos en uno, con una primera parte muy bailable con todos sus temas más pop, otra con esos clásicos boleros que ha sabido hacer suyos y que le han proporcionado cifras millonarias de ventas, una tercera dedicada a la canción mexicana y una última a sus primeros éxitos.
Vestido, como siempre, elegantemente de negro, con corbata de lunares y camisa de blanco nuclear a juego con su lustrosa dentadura, Luis Miguel apareció, cual estrella que es, en mitad del escenario y con el público en pie brindándole una gran ovación. Eso sí, veinte minutos tarde.
Para abrir el recital, acompañado por ocho músicos y dos coristas, eligió, Qué nivel de mujer a la que siguió Con tus besos y un grito de "vamos Madrid", que puso al público en pie. Los primeros veinte minutos fueron un popurrí frenético de canciones bailables como Dame tu amor, Sol, arena y mar o Suave, todas ellas acompañadas por ese ya clásico golpe de pecho con el que el cantante muestra cariño a sus seguidores y enloquece a los más fans. "Qué barbaridad Madrid, qué belleza de público. Han pasado tres años desde la última vez y no puede ser que pase tanto tiempo", dijo desde el escenario.
Vena romántica
Luego, ya más tranquilo y dispuesto a explotar su vena más romántica, recuperó su repertorio bolerístico, con piezas clásicas del género, que el ha sabido llevar a su terreno, como No me platiques más, Contigo en las distancia, La distancia, No se tú, Inolvidable, El día que me quieras, Es la historia de un amor, Por debajo de la mesa, Nosotros, Perfidia, Bésame mucho o Amor, amor.
Tras retirarse unos minutos, regresó al escenario con chaleco, camisa negra y cinturón charro, y acompañado por un cuerpo de mariachis, de blanco inmaculado, para cantar México, Échame a mi la culpa y, por supuesto, La bikina, inevitable en sus conciertos.
Para terminar, volvió al pop de clásicos del género en español, como Cuando calienta el sol o Ahora te puedes marchar, y éxitos de sus primeros años, como Decídete o Somos muchachos de hoy, y para los bises regresó al tono festivo de piezas como Vuelve, Será que no me amas o Cómo es posible que a tu lado.
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