'La Virgen y el niño' de Boticelli bate el récord de subasta del autor italiano
La pintura se adjudicó a un cliente europeo que se mantuvo en el anonimato por más de un millón de libras por encima del precio estimado
El cuadro La Virgen y el niño de Sandro di Filipepi, más conocido como Botticelli (1445?-1510), ha marcado un récord mundial para el artista al subastarse en la casa Christie's de Londres por 3.816.000 libras (más de 5,5 millones de dólares), muy por encima del precio estimado. El lienzo, que posee el magnetismo estético propio de la obra del artista, uno de los más influyentes del Renacimiento, es una versión de uno de los encargos más importantes que recibió en su madurez, el retablo de la iglesia de San Bernabé, que fue instalado en 1488 y actualmente se expone en la galería de los Uffizi de Florencia.
En una animada puja, La virgen y el niño se adjudicó a un cliente europeo que se mantuvo en el anonimato por más de un millón de libras por encima del precio estimado, fijado entre 1,5 y 2,5 millones de libras. El cuadro, de delicadas líneas, muestra a la Virgen con el niño en brazos, sosteniendo una granada, con un jardín al fondo que se aprecia a través de una estructura de piedra.
Otra estrella de la puja, dedicada a maestros clásicos, fue La batalla entre Carnaval y Cuaresma, del belga Pedro Breughel II (1564/5-1637/8), que se remató por 3.256.000 millones de libras, por debajo del precio máximo estimado de 3,5 millones. El cuadro, uno de los pocos atribuidos únicamente al artista, sin la participación de su taller, presenta el contraste entre la época de Carnaval, con sus excesos en comida y bebida y diversión, y el ayuno y penitencia de la Cuaresma.
Cifras millonarias
El martirio de San Lorenzo, de José de Ribera El Españoleto, nacido en España en 1591 y que en su juventud se trasladó a vivir a Italia, fue otra de las grandes obras de esta selecta subasta, y se adjudicó por 1.352.000 libras, de un precio estimado de entre 1 y 1,5 millones de libras. Pintado en Italia, posiblemente para la iglesia romana de San Lorenzo en Lucina, el cuadro, con clara influencia de Caravaggio, había pertenecido a un príncipe ruso exiliado en Florencia a principios del siglo XIX, Anatole Demidoff.
La obra, de 206 por 155 centímetros, refleja el martirio de San Lorenzo, que fue ajusticiado en una parrilla en el año 258 tras desafiar a las autoridades que le pidieron que entregara los tesoros de la iglesia. También se vendió, por 1,8 millones de libras, un magnífico óleo de Pedro Pablo Rubens (1577-1640) titulado San Miguel sometiendo a Lucifer, un estudio para una escultura de la iglesia de la abadía de San Miguel en Amberes (Bélgica), donde yacen los restos de la madre y el hermano del artista. La escultura, que elaboraría su amigo Hans van Mildert, se expone actualmente en la iglesia de San Trudo en Brabant del norte (Holanda). Este boceto de Rubens, de pincelada fluida y una extraordinaria cualidad tridimensional, tenía un precio estimado de entre 1,2 y 1,8 millones de libras.
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