Muere a los 88 años la escritora escocesa Muriel Spark

La novelista escocesa Muriel Spark, cuyas novelas, sucintas e irónicas, la convirtieron en una de las escritoras británicas más admiradas de la segunda mitad del siglo XX, murió el jueves a los 88 años de edad en un hospital en Toscana, Italia, según ha informado este sábado el alcalde de Civitella della Chiana, Massimiliano Dindalini. El funeral se ha celebrado hoy en la citada localidad, donde residía desde hace años.

La escritora, nacida en Edimburgo en febrero de 1918, comenzó escribiendo poesía tras la Segunda Guerra Mundial y publicó su primera novela, The Conforters, en 1957. No fue hasta 161, con la publicación de The Prime of Miss Jean Brodie, cuando Spark alcanzó fama mundial. Entre sus obras publicadas en español figuran El banquete, La imagen pública, Merodeando con aviesa intención, Una mujer al volante, Muy lejos de Kensington, Las señoritas de escasos medios y El único problema.

Tiempos de escasez

The Girls of Slender Jeans, considerada por muchos su mejor novela, fue publicada en 1963, y narró sus experiencias como una adolescente pobre que intentaba convertirse en escritora. "Me estaba muriendo literalmente de hambre", declaró en una ocasión. "Fue horrible. No tenía nada que comer". En esa época de miseria, el novelista Graham Greene donaba a la escritora 20 libras mensuales. "No propago la fe católica pero, de cierta divertida manera, mis libros sólo pueden haber sido escritos por una persona de fe católica", declaró en 1997 al periódico The Sunday Telegraph.

De padre judío y madre anglicana, Spark se casó a los 19 años con el maestro Sydney Oswald Spark y tuvo un hijo, Robin. Ambos se afincaron en Rodesia, en la actualidad Zimbabue, pero se divorciaron tras seis años de matrimonio. Muriel Spark regresó a Londres en 1944 y trabajó en una oficina de contraespionaje para la secretaría de Relaciones Exteriores antes de ingresar al mundo literario como poetisa y crítica literaria. Spark obtuvo en 1993 el título de dama del Imperio británico, recibió en 1992 el premio T.S. Eliot y en 1997 el de Literatura Británica.