Alejandro Sanz deslumbra en A Coruña en el arranque de la gira de 'No es lo mismo'

Alejandro Sanz ofreció anoche en A Coruña un recital de humildad, inusual en estrellas como él, y también una lección de versatilidad propia de un músico que ha sabido innovar y que no se conforma con ofrecer a sus eternos seguidores lo que esperan de él.

La gira No es lo mismo arrancó en el Coliseum de la ciudad gallega con un concierto en el que el cantante madrileño no se limitó a recordar éxitos y hacer cantar al público; también sorprendió con ritmos nuevos, una escenografía elegante y cuidada y, sobre todo, con el protagonismo de sus músicos.

Algunos de sus más conocidos temas, que ya forman parte de la historia del pop español, y las canciones de su nuevo disco se intercalaron durante dos horas sin que los cambios hicieran al personal -11.000 espectadores- decaer en ningún momento. Con Labana, un canto a Cuba no exento de crítica al castrismo, o con Try to save your song, en la que uno de los componentes cubanos de la orquesta acompañó con rap a Alejandro Sanz, el público se entusiasmó y bailó, y no parecía echar de menos las canciones más esperadas de la noche. Incluso con los clásicos el concierto tuvo un aire nuevo, distinto al de la última gira española del cantante, en 2001 con El alma al aire.

Hubo momentos para la emoción, especialmente cuando el cantante interpretó en esta ciudad gallega Sandy a orilla do mundo, la canción que escribió para la arena de las playas afectadas por el fuel del Prestige, mientras en la pantalla la figura de un hombre seguía la letra con gestos de pena y acababa con las manos y la cara llenas de chapapote.

Con trece años de carrera a sus espaldas pero fresco como si acabase de empezar, Alejandro Sanz se despidió con la fuerza de No es lo mismo, la canción que da nombre a su último trabajo, que tras un año en el mercado ha vendido más de dos millones de copias en el mundo, sin olvidar cuatro nominaciones a los Grammy latinos.