Los Red Hot Chili Peppers celebran su vigésimo aniversario en Santiago
30.000 personas gozan con la música de la mítica banda estadounidense
Los Red Hot Chili Peppers dejaron anoche en Santiago un sabor agridulce, con un concierto que pese a su calidad y espectacularidad fue corto, y el empeño de la banda quedó eclipsado por un sonido insuficiente para un auditorio como el del Monte del Gozo.
En su única actuación en España dentro de la gira de su veinte aniversario, el cuarteto californiano ofreció algunos de sus míticos temas, y demostró por qué está considerado como una de las formaciones más influyentes de la música actual.
Sin embargo, los 80.000 vatios anunciados por la organización parecían muchos menos en las partes altas del recinto, donde la diversión parecía no llegar y la lejanía no fue sólo visual. Se escucharon muchos silbidos por ello.
Más cerca, los Red Hot no defraudan, y ante un despliegue de luces, pantallas sobre el escenario o fuegos artificiales como colofón, lo importante fue en todo momento la propia banda, que vino a Santiago, a participar en este Xacobeo 2004, sin acompañamientos ni coros.
Sin cumplir con la puntualidad tan reiterada por los organizadores, Red Hot Chili Peppers apareció a las 22.45 horas, al caer la última luz del sol. "Hola, cómo están?", preguntó el vocalista, Anthony Kiedis, mientras Flea, el bajo, y el guitarrista John Frusciante avanzaban los primeros acordes, acompañados de la batería de Chad Smith.
"Sorry about Bush"
Tras un comienzo suave, y después de que Frusciante se disculpara ante los miles de seguidores por el presidente de su país con un "Sorry about George Bush", el público y la banda tomaron ritmo a un tiempo, y el auditorio entró en calor con temas como Soul to squeeze o los más entonados Otherside y By the way, su último éxito, de 2002.
Los temas se intercalaron con fantásticos solos del veterano Flea y de Frusciante, el carismático guitarrista que antes que miembro de la banda -desde 1989- había sido su seguidor. Y mientras Smith también tuvo sus momentos para lucirse, Flea y Keidis - fundadores de la banda en 1984- demostraron por su parte que veinte años, no son nada: en forma para saltar y dar al público, venido de toda España, la entrega que merecen conciertos como éste.
Uno de los mejores momentos fue cuando sonó Californication, el tema que en 1999 encumbró internacionalmente a la banda, mientras que en otras canciones como Parallel universe los Red Hot demostraron que se puede hacer buena música mezclando toda clase de estilos.
Una magia que sin embargo acabó pronto, con unos fuegos artificiales que Flea y Frusciante acompañaron con sus cuerdas, y que puso fin a un concierto con otros inconvenientes. Se echó de menos una mejor organización en aspectos como la falta de cobertura en los teléfonos, o el número insuficiente de aseos y barras de comida y bebida. Problemas que se deberían subsanar en la próxima gran cita en el Monte del Gozo, el macro festival del 15 al 17 de julio, donde no serán sólo 30.000 personas para un concierto. Serán tres días con cuatro grandes recitales cada uno.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.