Una actriz negra gana por primera vez el máximo galardón de Broadway

Alcanzó la fama por interpretar a la mujer de Bill Cosby en los años 80, pero Phylicia Rashad ha hecho historia esta pasada noche. Se ha convertido en la primera mujer de raza negra que gana el premio Tony (el mayor reconocimiento de los teatros de Broadway) a la mejor actriz protagonista en una obra dramática. En A Raisin in the Sun interpreta a un ama de casa que se enfrenta a la segregación en un barrio blanco de Chicago. Su compañera de reparto, Audra MacDonald, también negra, se ha llevado el galardón a la mejor intérprete de reparto: ya lleva cuatro, siempre como secundaria.

Los Tony, que se conceden anualmente el primer domingo de junio, llegaban este año a su 58ª edición rodeados de polémica. Una durísima carta del defensor del lector de The New York Times sobre cómo tres grandes conglomerados empresariales se repartían sistemáticamente los premios traía de cabeza a todo Broadway. Quizá por ello la gran favorita, el musical Wicked, producida por una de esas grandes compañías, se ha ido casi de vacío: tan sólo tres premios, entre ellos el de mejor actriz en un musical (Idina Menzel). En su lugar, la gran vencedora, con cinco premios, ha sido la reposición de Assasins, un musical de Stephen Sondheim, el gran nombre de la escena norteamericana. Por el escenario de esta obra desfilan los asesinos de varios presidentes norteamericanos, precisamente en el día en que EE UU llora a Ronald Reagan.

Pero quizá la cara más fotografiada de la noche haya sido la del australiano Hugh Jackman, un hombre de teatro que ha saltado a la fama con la serie de películas de La patrulla X y firme candidato a ser el nuevo James Bond. Jackman no sólo ha sido el presentador de la ceremonia, sino que también ha ganado el premio al mejor actor en un musical por The boy from Oz.

En uno de los años donde el palmarés ha quedado más repartido, el tony a la mejor obra dramática ha sido para I am my own wife, de Doug Wright, que ya se llevó el Pulitzer; su protagonista, Jefferson Mays, ha sido premiado como mejor intérprete dramático. Como mejor musical ha resultado elegida Avenue Q, una controvertida sátira de Barrio Sésamo en el que las marionetas ya no enseñan a contar hasta diez sino que hablan de amor, sexo (gay), dinero y ambición.