Clapton abre su gira europea en el Palau Sant Jordi de Barcelona

Slow Hand. Mano Lenta ya no es ningún niño. A punto de cumplir 59 vuelve a lo más profundo del blues. Con sus canas y sus camisas de Armani resulta casi imposible relacionar su imagen, la que ayer imnotizaba a más de 18.000 personas en el Palau Sant Jordi de Barcelona, con la que mira vidriosamente desde las fotografías de los años 70, los días de Cocaine y Layla. Dos de los temas ya clásicos del guitarrista que repasó durante el concierto de ayer. Sobre el escenario, clásicos y blues, mucho blues.

Clapton inauguró ayer en Barcelona su gira Europea. Durante cerca de dos horas de concierto repasó gran cantidad de clásicos del blues como Hoochie Coochie Man de Willie Dixon y When you got a good friend de Robert Johnson. A las 21.30 horas, Clapton salió al escenario acompañado del que fuera el quinto beatle en la grabación Let it be, y del resto de su banda. Clapton cogió su guitarra eléctrica -que sólo abandonó para tocar Change the world- y arrancó el concierto con Let it rain.

En el concierto, basado en su último disco en directo y en Me and Mr. Jonson, dió un repaso a su dilatada trayectoria musical, que incluye temas ya clásicos de la historia del rock como Key To The Highway, Tears In Heaven, Badge, Bell Bottom Blues, Change The World, Layla, Wonderful Tonight, After midnight o Cocaine.

Vender su alma al diablo

El concierto coincidió con la aparición ayer de su nuevo trabajo, Me and Mr. Jonson, una revisión de 14 de los 29 temas grabados por el mítico bluesman Robert Johnson que, según la leyenda, vendió su alma al diablo a cambio de su destreza con la guitarra y que en tan sólo dos sesiones de grabación en un par de hoteles del sur estadounidense sentó las bases de lo que desde entonces se ha conocido como blues. Clapton sólo interpretó tres temas de este nuevo disco dejando el protagonismo a sus propios grandes éxitos.

Lejos de los fuegos de artificio que acompañan a otros grupos y músicos del rock, Clapton se ha presentado en Barcelona con un espectáculo totalmente austero, en el que los auténticos protagonistas son los miembros de su banda y sus manos. Al final del concierto volvió a su orígenes con la música de Cream y con un guiño al blues moon de Elvis Presley.