Mejor las películas que las leyes

Primero fue el Derecho, que estudió en Granada; pero al final fue el cine, su verdadera pasión. José Luis Dibildos Alonso, nacido en Madrid el 9 de abril de 1929, dejó pronto a un lado los libros de leyes y se entregó a una afición que acabó convirtiendo en su vida. Apenas abandonada la facultad, Dibildos debutó como guionista en Hombre acosado, de Pedro Lazaga. Ahí comenzaría una fructífera carrera que, como autor, le llevaría a colaborar asiduamente con el dramaturgo Alfonso Paso.

De aquella época destacan los guiones de Felices Pascuas (1954), en la que participó Juan Antonio Bardem; Camino Cortado y Sierra maldita, ésta última galardonada por el Círculo de Escritores Cinematográficos con el premio al Mejor Argumento Original.

A continuación, Dibildos escribió, en colaboración con el escritor catalán Noel Clariso, otros tres guiones: Viaje de novios, en 1956; Las muchachas de azul y Ana dice sí. En 1956, ante la dificultad de sacar adelante sus propios proyectos, Dibildos funda su propia productora: Agata Films, responsable de las más de 40 películas que desde entonces produjo, muchas de ellas basadas en guiones propios.

Tras el fallido intento dramático de Lola, espejo oscuro en 1965, una adaptación de la novela homónima de Fernández Flórez que dirige el debutante Fernando Merino, Dibildos vuelve a las comedias que escribe con diferentes colaboradores y dirigen José María Forqué, Fernando Merino o Javier Aguirre.

En 1971 fue nombrado presidente del Grupo Sindical de Productores Cinematográficos y de Uniespaña e inventa lo que la crítica denomina la tercera vía: comedias con un cierto trasfondo social que vuelve a escribir en colaboración con José Luis Garci o nuevos directores como Roberto Bodegas y Antonio Drove.

De Delon a Cela

De todas sus películas, las que mayor aceptación han tenido son El tulipán negro, un remedo de La Pimpinela Escarlata protagonizada por un jovencísimo Alain Delon, y Llanto por un bandido, (1963), dirigida por Carlos Saura. Las que tienen que servir, Soltera y madre en la vida, Españolas en París o Tocata y fuga de Lolita fueron otros títulos posteriores que en la década de los 70 atrajeron el interés del público.

En 1982 lograría su mayor éxito al producir La colmena, basada en la novela homónima de Camilo José Cela, con la que obtuvo el Oso de Oro a la mejor película en el Festival de Berlín de 1983. Su última película la produjo en 1985: A la pálida luz de la luna, que sería a la postre su definitivo adiós al cine.

En los últimos años, la profesión le rindió diversos homenajes en reconocimiento a su labor de pionero. Así, en octubre de 1998 la Seminci de Valladolid le dedicó un ciclo, en colaboración con la Filmoteca Española y TVE, que se cerró con la entrega de la Espiga de Oro del festival. El broche final lo pondría, el 3 de febrero de 2001, el Goya de Honor con el que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España reconoció a un emocionado Dibildos "toda una vida dedicada al cine".