Los 'Miuras' rompen su fama de nobles y protagonizan un encierro tenso y largo

A las 8.00 horas la manada ha salido algo lenta de los corralillos de Santo Domingo con dos toros en cabeza y con dificultades de los astados a la hora de superar el portón de acceso a la calle.

Los primeros metros de la cuesta se han corrido sin dificultad, al igual que en el primer contacto con los corredores, aunque ya entonces se registraron las primeras caídas de los mozos, una tónica que siguieron durante su veloz paso por la Plaza del Ayuntamiento.

En la calle Mercaderes se han vivido los primeros momentos de auténtico peligro, cuando uno de los toros ha arremetido contra la parte izquierda de la calzada, poco antes de llegar a la curva con la calle Estafeta, y ha embistido a quien ha encontrado a su paso.

Ya en la curva, como es habitual, tres de los astados han dado con su lomo contra la valla y han caído al suelo, donde han formado un montón del que se han levantado dos de ellos, aunque el tercero ha permanecido con las patas atrapadas en los maderos, lo que ha dificultado durante varios segundos su incorporación a la carrera.

Tensión en la Estafeta

Esto ha dividido a la manada quedara dividida, con dos toros descolgados que protagonizaron numerosos momentos de tensión por toda la calle Estafeta.

Los dos de Eduardo Miura han embistido en repetidas ocasiones contra corredores y público que, en la pared, esperaba el paso de la manada, se han vuelto sobre sus pasos, y han caído al suelo y, ayudados con mucho esfuerzo por pastores y mozos, han retomado la carrera que,

sin embargo, han vuelto a interrumpir para hacer de nuevo por los corredores, uno de los cuales ha llegado a quedarse sin camiseta tras la embestida de un toro, que la ha llevado colgando del asta durante unos metros.

Mientras cuatro de los bureles han hecho el tramo de Telefónica y del callejón sin problemas y han entrado en la plaza para ser conducidos a chiqueros, los dos rezagados han seguido creando peligro en su camino, con derrotes contra el vallado por parte de uno de ellos mientras su hermano, con los cabestros, avanzaba hacia el callejón, lo que ha hecho que algunos mozos se encontraran de pronto encerrados entre los dos animales, y esto formara un pequeño montón en Telefónica.

Ya en la plaza de toros, uno de los dobladores ha vivido un momento de apuro cuando uno de los toros ha ido hacia él y ha consiguido arrancarle el capote, aunque finalmente pudo salir ileso de sus astas y, junto a sus compañeros, conducir a este último hasta chiqueros.

Cinco corredores han sido trasladados a hospitales de Pamplona como consecuencia de las heridas y lesiones. Aunque los toros crearon numerosos momentos de peligro por sus embestidas, no hay heridos de asta.

Pasado el encierro, navarros y visitantes aprovechan las últimas horas de fiesta hasta que a medianoche se entone el Pobre de mí, que pondrá fin a los primeros Sanfermines del siglo. Ya han empezado a retirarse las vallas de protección en las calles, señal inequívoca de que ésta ha sido la última carrera.