Descubierta en Perú la ciudad más antigua de América
Se trata de Caral, a 200 kilómetros de Lima (Perú), con una antigüedad de más de 4.600 años
Caral, cuyos restos están a unos 200 kilómetros al norte de Lima, era una metrópoli de gran poder hace 4.600 años, casi un milenio antes que cualquier otra ciudad americana conocida, según las pruebas efectuadas con radiocarbono.
"Es sorprendente. Conocíamos Caral desde hace casi cien años, pero la ausencia de cerámica, y otros datos que nos faltaban, no nos habían permitido darnos cuenta de la antigüedad de este lugar", ha explicado Jonathan Haas, que ha dirigido la investigación.
Haas, antropólogo del Field Museum de Chicago (Estados Unidos) dará a conocer sus descubrimientos en un artículo que publicará el viernes la revista Science y en el que han participado otros arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima) y de la Universidad de Illinois (EE UU).
Plataformas de piedra de más de 600 metros, muros de hasta 20 metros de elevación, pirámides de más de 150 metros de planta y un complejo sistema de riego indican que Caral "era un inmenso complejo en una de las civilizaciones más tempranas de América", según Haas.
Las pruebas de radiocarbono para determinar la antigüedad han demostrado que las bolsas de junco trenzadas para transportar materiales en la construcción de la ciudad datan al menos de 2.627 años antes de Cristo.
El hecho de que los juncos sean una planta anual con una duración limitada permite que la datación de las pruebas de carbono sea extremadamente exacta y demuestra que Caral es la más antigua de las grandes ciudades encontradas hasta ahora en América.
"No eran exactamente incas los pobladores de Caral. Podríamos denominarlos preincas", según el arqueólogo. Los incas crearon la civilización que se asentaba a lo largo de los Andes cuando llegaron los primeros españoles hacia 1532, en un gran imperio que se extendía desde Ecuador a Chile, con Cuzco como capital.
Caral posee algunos de los mayores edificios encontrados en el valle de Supe, con plataformas en las que caben dos estadios de fútbol y construcciones de cinco plantas.
La basura hallada en algunos habitáculos revela que fueron utilizados como viviendas, y se han encontrado las plazas circulares en las que se desarrollaba buena parte de la vida social.
¿Dónde está la cerámica?
Uno de los grandes enigmas de Caral, ha explicado Jonathan Haas, ha sido la ausencia de cerámica entre los restos, lo que hacia dudar de que se tratara de una gran ciudad.
"El problema es que la cerámica no había sido todavía descubierta en Perú cuando Caral se convirtió en un gran asentamiento", opina el antropólogo.
Caral tira por tierra la creencia de que las civilizaciones complejas solo pueden florecer en un período en el que exista la cerámica, que permite el almacenamiento del grano.
Esta ciudad no poseía grano de ningún tipo, usado como moneda en muchas partes del mundo, pero cultivaba plantas mediante un sistema de irrigación.
"La planificación que requiere el regadío y la gran cantidad de mano de obra necesitada para construir una ciudad indican que Caral era el centro de un estado con gran poder", señaló el arqueólogo.
Winifred Creamer, arqueóloga de la Universidad de Illinois que ha participado en los estudios, ha señalado que los habitantes de Caral y del valle de Supe usaron probablemente un tipo diferente de moneda, el pescado seco.
Los sistemas basados en el intercambio de grano han sido comunes en todo el mundo, pero el pescado seco pudo cumplir esta misión hasta que hubo maíz disponible.
Según Haas, el descubrimiento de la ciudad más antigua de América es de gran trascendencia para la arqueología andina y obligará a revisar buena parte de las ideas que existían sobre las culturas americanas.
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