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Siete de cada diez españoles rechazan las corridas de toros

Casi la mitad de la población asegura tener una gran cercanía con los animales, según un informe de la Fundación BBVA

Protestas contra las corridas de toros
Un grupo de personas participa de la Iniciativa Legislativa Popular contra la tauromaquia al Congreso de los Diputados, el 17 de febrero.J.J. Guillén (EFE)
Matías Helbig

La relación con los animales ha cambiado radicalmente en España. Más del 70% de la población rechaza las corridas de toros, la caza deportiva, y el uso de seres vivos en fiestas locales y circos, según revela el informe Percepciones de la naturaleza y los animales, realizado por la Fundación BBVA. Si bien el repudio a estas actividades está muy extendido en la sociedad, la relación de cercanía entre animales y la visión instrumental de la naturaleza está atravesada por variables como la orientación ideológica, la edad, el nivel de estudios y la religión. El 45% de la población asegura tener un alto nivel de cercanía con los animales, pero la empatía para con estos se incrementa entre las mujeres, los jóvenes, las personas con estudios de segundo y tercer grado y con un bajo nivel de religiosidad.

Durante los últimos 15 años el vínculo entre seres humanos y otras especies se ha estrechado. La proximidad entre personas y animales ha aumentado “especialmente en las facetas sensitiva-emocional y relacional”, detalla el estudio. En 2008, la opinión media sobre la semejanza en las experiencias de placer y dolor de los animales y los humanos se ubicaba ―en una escala en la que 0 representa completo desacuerdo y 10 acuerdo absoluto― en 6,9 y 5,7, respectivamente. En 2025, los valores medios respecto de esta misma pregunta aumentaron hasta 8,4 y 6,7.

La sensibilidad hacia los animales varía según la actividad en la que se los emplea. El mayor consenso de rechazo se encuentra en la confección de abrigos de piel: el 84% de los españoles lo considera totalmente inaceptable. En la misma línea, el uso de animales para el desarrollo de productos cosméticos “suscita un rechazo transversal”, sostiene el informe. En este caso, quienes muestran una oposición más extrema son las mujeres, las personas no religiosas y que se definen ideológicamente de izquierdas, y aquellas que manifiestan una visión no materialista sobre la naturaleza.

Es precisamente en esta actividad y en los eventos de entretenimiento con animales donde la opinión pública ha evolucionado con mayor contundencia hacia el rechazo. Quince años atrás, la investigación con el fin de obtener artículos de belleza tenía un valor de aceptación medio de por sí bajo, un 2,8, que se ha reducido hasta 1,3 en esta última consulta. En el caso de la actividad circense, en 2008 la aceptación rozaba un valor de 4, mientras que ahora está en 1,4. En lo que se refiere a la tauromaquia, hace 20 años el valor medio de aceptación era de 2,7. Hoy es de 1,8, y movilizaciones como la Iniciativa Legislativa Popular No es mi Cultura, que presentó el lunes 17 de febrero 715.606 firmas para pedir al Congreso de los Diputados que derogue la ley que contempla las corridas como patrimonio cultural, según el informe, expresan una tendencia.

Sin embargo, cuando los españoles son preguntados por la producción de alimentos de base animal o sobre la presencia de seres vivos en la experimentación científica, solo el 14% y el 19%, respectivamente, se han declarado en desacuerdo. Más de la mitad, en ambos casos, lo considera aceptable. Entre los que más adhesión demuestran en la investigación con animales se encuentran los hombres, quienes tienen un mayor nivel de religiosidad, y quienes se identifican ideológicamente con la derecha.

Cambio cultural

Las percepciones de hoy tienen su origen en los últimos años de la década de los sesenta del siglo pasado. Los movimientos contraculturales impulsaron una transformación evidente en la relación con los animales y la naturaleza en general. Estos colectivos junto al desarrollo de los estudios científicos medioambientales han concienciado sobre la importancia de la biodiversidad y el bienestar animal, produciendo un cambio de perspectiva que se refleja en los movimientos animalistas de la actualidad y la implicación cada vez mayor de la ciudadanía en defensa de sus derechos. De ahí que países como España hayan aprobado la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales.

A este proceso de transformación sociológica y política, se suma la presencia cada vez más numerosa de animales de compañía en los hogares, algo con un impacto especialmente alto en España: entre los años 2019 y 2021, con una fuerte influencia de la pandemia, se registró un incremento de mascotas del 40%, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía. El informe indica que la convivencia con mascotas es algo habitual entre quienes expresan mayor empatía con todo tipo de animales. Muchos, incluso, consideran a sus mascotas como “miembros de la familia”.

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