La UE da el primer paso para rebajar la protección del lobo
Solo España e Irlanda se han opuesto a una medida que los defensores medioambientales advierten será nefasta para la recuperación del animal y sienta un precedente hacia otras especies en peligro
Los días en que el lobo contaba con la máxima protección en Europa parecen estar contados. Los Veintisiete han aprobado este miércoles con una sólida mayoría —solo España e Irlanda se han opuesto— la propuesta de la Comisión Europea para rebajar la calificación del lobo de “estrictamente protegido” a “protegido”, con el objetivo de flexibilizar la gestión de las poblaciones de la especie en Europa y, por lo tanto, su caza.
La propuesta debe ser formalmente ratificada a nivel de Consejo de la UE y previsiblemente será aprobada de manera protocolaria (sin votación ni discusión) en el Consejo de Competencia de este jueves, dado que es la primera cita de ministros europeos posible. El cambio de postura con respecto a esta especie icónica ha sido muy criticada por organizaciones medioambientales que califican la decisión de política y hasta populista, en vez de estar basada en criterios científicos. Sus detractores temen también que, pese a las aseveraciones de la Comisión de que solo se tocará el estatus legal del lobo —la posición oficial de Bruselas es “el lobo y solo el lobo”—, esta maniobra abra la puerta a futuras revisiones de otras especies protegidas, como el oso o el castor.
Una vez que la UE dé su visto bueno final al cambio, este jueves, la iniciativa será elevada al Comité Permanente del Convenio de Berna, el foro internacional que deberá decidir sobre si finalmente rebaja la protección de lobo, en una reunión prevista para comienzos de diciembre en su sede en Estrasburgo. Requiere para ello la mayoría de los 50 Estados signatarios del convenio de Berna, un tratado internacional clave para la protección de la fauna, la flora y los hábitats naturales de Europa que acaba de celebrar su 45 aniversario.
Fuentes comunitarias aseguran que esto saldrá adelante ahí, ya que, recuerdan, más de la mitad de dichos miembros son los Estados europeos que hoy han dado su visto bueno a la reducción de la protección del lobo. Si se aprobara la reducción de la protección, la pelota volvería a Bruselas, donde se tendría que modificar el estatus del lobo en la Directiva de Hábitats. Algo a su vez bastante factible —en vista del posicionamiento actual de los Veintisiete—, puesto que se necesitaría solo una mayoría simple del Parlamento Europeo, que ya se pronunció ampliamente a favor en una resolución hace dos años, y la cualificada de los Estados miembros que este miércoles se ha logrado cómodamente, agregan las fuentes.
El cambio propuesto por la Comisión a finales del año pasado ha sido aprobado este miércoles en una reunión a nivel de embajadores en la que solo España e Irlanda han votado en contra. Bélgica, Chipre, Eslovenia y Malta se han abstenido —lo que en este tipo de votaciones, por mayoría cualificada, equivale a un no— y el resto se han posicionado a favor de la iniciativa de la Comisión Europea, según confirman varias fuentes diplomáticas.
El voto decisivo ha sido el de Alemania, que ha cambiado su abstención por un voto a favor de rebajar el nivel de protección del lobo. En un intento de matizar una posición cuanto menos controvertida —los Verdes forman parte de la coalición de Gobierno en Berlín— Alemania pidió durante la reunión de embajadores que se incluyera en el texto un “recital” —una especie de preámbulo— especificando que la propuesta se refiere exclusivamente al lobo y que no se podrá cambiar el estatus de otros animales, según fuentes conocedoras de la reunión. Además, ha especificado que se debe garantizar en el futuro la coexistencia entre el lobo y el pastoreo. La presidencia húngara de turno se negó a retocar el texto legal, pero la Comisión hizo una declaración oral —”el lobo y solo el lobo”, se comprometió— que sirve como compromiso aunque, como señalan los críticos, no es legalmente vinculante, con lo que no se garantiza, advierten, de que esta votación no vaya a abrir una caja de Pandora.
Países que han votado “sin ambigüedad” a favor de la propuesta, como Francia o Italia, defienden que la modificación solo proporciona una “flexibilidad adicional” que permitirá tratar los casos más difíciles de la coexistencia lobo-comunidad en aquellos Estados que lo necesiten. Algo que ello no excluye, señalan fuentes diplomáticas, que los Estados miembros puedan mantener estándares más estrictos si así lo desean.
La Comisión también ha celebrado la decisión, que considera constituirá un “paso importante para responder a los desafíos que suponen una población de lobos creciente a la par que se mantiene el objetivo superior legal de lograr y mantener un estatus de conservación favorable a las especies”, ha dicho un portavoz tras conocer el resultado de la votación de los embajadores.
La Comisión decidió plantear en diciembre del año pasado rebajar el estatus de protección del lobo después de recabar “datos recogidos recientemente de las poblaciones loberas” que indicaban, señaló, que estas se han incrementado “considerablemente” en las últimas dos décadas. El último informe apunta a que existen en toda la UE unos 20.300 lobos, 900 más que los que se detectaron en 2022. Hay ejemplares en todos los países miembro, excepto en Irlanda, Chipre y Malta.
Unos argumentos que no convencen a las más de 300 ONG que, en vísperas de la votación, escribieron a los embajadores europeos instándoles a rechazar la “propuesta de debilitar la protección del lobo” y a apostar, por contra, por “intensificar los esfuerzos para lograr la coexistencia con grandes carnívoros como lobos u osos”. La petición venía acompañada por la firma de cientos de miles de ciudadanos que también se oponían a rebajar el estatus de protección del lobo.
“La decisión de hoy no solo mina décadas de esfuerzos de conservación, también representa un revés significativo para lo que había sido celebrado como uno de los mayores éxitos conservacionistas de la UE: el regreso del lobo tras su casi extinción”, han lamentado organizaciones como WWF, Client Earth o BirdLife en un comunicado conjunto. También para el eurodiputado socialista César Luena, la decisión es un claro “error”. “Los datos y la ciencia defienden mantener el estatus de protección actual y las medidas de coexistencia”, ha recordado el socialista, miembro de la Comisión de Medio Ambiente y que la víspera participó en un encuentro con ONG en la Eurocámara en la que ya se advirtió que este precedente puede también afectar a otras leyes aprobadas para reforzar la protección del medio ambiente.
En la cita, se debatió también el impacto negativo que este giro provocará previsiblemente en la imagen internacional de la UE en la materia. “La decisión de rebajar el estatus de protección del lobo envía una señal desastrosa y vergonzosa desde Europa a solo unas semanas de la crucial Convención sobre Diversidad Biológica COP 16″, señala al respecto la responsable de biodiversidad de WWF, Sabien Leemans. “¿Cómo le podemos pedir a otras regiones que protejan su biodiversidad y convivan con especies como tigres, leones o elefante si no somos nosotros capaces de vivir con el lobo? Enviamos un mensaje vergonzoso: predicamos al mundo sobre conservacionismo mientras desmantelamos uno de nuestros mayores éxitos en la materia en décadas”, ha lamentado.
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