‘Mulas’, dobles fondos y maletas refrigeradas: así era la red que traficaba con angulas desde Asturias a China
La Justicia condena a prisión a los 13 integrantes de un entramado internacional que buscaba sacar ilegalmente miles de kilos de alevines vivos de esta especie amenazada escondidos en valijas a través de Marruecos
Mulas, un arsenal de maletas para esconder la mercancía procedente de Asturias, dobles fondos en el remolque de un camión, un gran alijo interceptado en la frontera con Marruecos y una nave en Algeciras con todo listo para preparar los envíos camuflados rumbo a China... Era 2018 y varios de los investigadores de la Guardia Civil que participaron en aquella operación, denominada Elver, la recuerdan como uno de esos casos en los que se consigue detener a casi todos los eslabones de la cadena. Los agentes formaban parte del Seprona, el servicio de protección de la naturaleza del instituto armado, y el alijo no era de droga sino de angulas, el alevín de la anguila europea (Anguilla anguilla). Seis años después, la sección de la Audiencia Provincial de Cádiz con sede en Algeciras ha puesto el colofón a esta historia: ha condenado a 13 personas por los delitos de contrabando y contra los recursos naturales. Los sentenciados son los ciudadanos españoles, marroquíes y chinos responsables de este viaje ilegal y muy lucrativo que comienza en los ríos de Asturias, pasa por Marruecos y acaba en China.
A dos de ellos la Audiencia les ha condenado a un año y nueve meses de cárcel. Delfín Jesús García Menéndez es el más conocido: se trata de un empresario asturiano que proveía las angulas a la red y que en 2023 fue de nuevo detenido e ingresó en prisión por traficar con esta especie en peligro, que no puede exportarse fuera de la Unión Europea. El otro era Hamid Aach, una de las mulas (como se conoce a los encargados de transportar las mercancías de contrabando). A los 11 restantes se les condena a un año y seis meses de prisión. Además, cada uno de los 13 miembros de la red deberá hacer frente a una multa de 641.280 euros, el valor estimado para los 427,52 kilogramos de angula viva aprehendidos en esta operación.
Los acusados dispondrían de infraestructura preparada para exportar potencialmente de forma ilegal “más de 4.200 kilogramos de angulas con un beneficio estimado superior a los 6.300.000 euros”, sostienen los magistrados en el fallo condenatorio en la que definen a la red como “una estructura criminal perfectamente diseñada en la que cada acusado desempeñaba un papel fundamental en el desarrollo de la actividad”.
La sentencia se ha dictado por conformidad, por lo que no se puede recurrir. Eso sí, el acuerdo alcanzado incluye que se libren del delito de grupo criminal —a pesar de que se les describe como tal en el fallo— y de que la mayoría evite la entrada en prisión al habérsele suspendido la condena bajo la condición de que no delincan en un plazo de tres años. Además, la lentitud en juzgarse el caso también ha jugado a favor de los condenados, que también han visto reducirse su condena por ese motivo. En cualquier caso, la sentencia supone un espaldarazo al trabajo del Seprona, que lleva años combatiendo el tráfico ilegal de esta especie en peligro de extinción.
Hasta ahora nadie ha logrado que la anguila europea se reproduzca en cautividad. Y esa es parte de su condena, ya que lleva a su contrabando. También pesa, y mucho, que se considere un manjar. En algunas zonas de Europa, como España, se come cuando son solo alevines (las angulas), pero en China —donde también es muy preciada— se consumen ya de adultas (las anguilas) y se paga entre 800 y 2.000 euros por cada kilo, según refleja la sentencia de la Audiencia Provincial de Cádiz, adelantada por La Nueva España y a la que ha accedido también EL PAÍS.
El entramado desarticulado había diseñado un “plan previamente deliberado y ejecutivo de acción cuyo objetivo era la exportación de la angula viva fuera del territorio nacional”. El plan era sacarlas por Marruecos en maletas acondicionadas y una vez que llegaran a China “serían liberadas en entornos controlados hasta su crecimiento a tamaño adulto”, cuando serían sacrificadas e introducidas en el mercado para su consumo, añade el fallo.
Bolsas con angulas, agua y oxígeno
Delfín Jesús García y dos de sus colaboradores —Pablo Álvarez Pérez y César Manuel Tamargo Cantera— “actuaban como proveedores de la angula, previo concierto con parte de la organización ubicada en China”. Una vez hacían el acopio de todas las angulas, las trasladaban a un domicilio de Algeciras, donde estaba otra parte de la organización: “los acusados de origen chino Cuiping Bao, Quiang Wang, Minfeng Li, Zhiqiang Lin y Wenshui Chen, quienes se encargaban del control de las mulas y del control de las entradas y salidas de la angula transportada por los acusados asturianos”. Además, ellos eran los responsables de preparar las bolsas con angulas, agua y oxígeno “para posteriormente introducirlas en maletas de grandes dimensiones, cargarlas en vehículos con gran capacidad”.
El destino de esas furgonetas y remolques con las maletas eran los puertos de Algeciras y Tarifa, donde a través de las mulas se pasarían a Marruecos. De esta parte de la operación se encargaban los ciudadanos marroquíes Omar Bouchaouni, Hamid Aach, Ahmed El Bakkali Tahiri e Hichan El Bakkali Tahiri. Les asistía para lograr pasar los controles el trabajador portuario Tarik Arrochdi Echaki. La única pieza de la red que no ha podido ser identificada y detenida es la formada por los responsables del entramado en China.
En el transcurso de la operación policial, se sorprendió a uno de los acusados intentando sacar desde Algeciras hasta Tánger un camión con 14 maletas de viaje con 129 kilos de angulas. Además, en una nave de Algeciras se localizaron otros 301 kilogramos de angula viva, diverso material para su conservación de las angulas y su preparación para la exportación ilegal, además de 367 maletas de grandes dimensiones.
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