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Las reservas de agua del Guadalquivir se disparan en 13 puntos porcentuales en solo siete días

La mala situación que se vive por la sequía prolongada se alivia en Andalucía y, en menor medida, en Cataluña, gracias a las lluvias de Semana Santa

Decenas de personas pasean por el Puente Romano, este lunes en Córdoba, tras la crecida del río Guadalquivir causada por las lluvias de Semana Santa.Foto: Chencho Martínez | Vídeo: EPV

La borrasca Nelson ha pasado por agua la mayoría de las procesiones de Semana Santa en Andalucía, pero ha aliviado la situación de sequía que se vive en gran parte de la comunidad. En los últimos siete días, las precipitaciones han aumentado en más de 1.043 hectómetros cúbicos las reservas de agua embalsada en la cuenca del Guadalquivir. Esto supone que la reserva ha aumentado en casi 13 puntos porcentuales. Este lunes los pantanos del Guadalquivir estaban al 43,01% frente al 30,29% de hace justo siete días. Hay que retroceder hasta la primavera de 2021 para encontrar unas reservas por encima del 40% en esta cuenca. En Cataluña, otro de los puntos negros de la sequía, las lluvias también dan un respiro, pero no tan grande como en el caso del principal río de Andalucía.

Dos personas pasean cerca del embalse del Gergal, este lunes en Sevilla. Foto: Joaquín Corchero (Europa Press)

Las precipitaciones han supuesto un alivio para las reservas de gran parte de los pantanos andaluces, que estaban bajo mínimos, y permiten alejar el horizonte de duras restricciones que preveía la Junta de Andalucía si no llovía antes del verano. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, ha confirmado este lunes que “este verano ya no va a hacer necesario traer barcos cargados de agua”. Esta era una de las medidas extremas cuyo coste se había incluso llegado a repartir con el Ministerio de Transición Ecológica en la última reunión que Moreno mantuvo con su titular, Teresa Ribera, el pasado 22 de febrero y que el Gobierno andaluz había previsto a finales de enero si no llovía durante 30 días hasta el verano.

Otra de las consecuencias más a corto plazo de las precipitaciones y que Moreno ha destacado es que el embalse de Sierra Boyera, el primero en secarse con la sequía en marzo del año pasado y que ha obligado a los 80.000 vecinos que se abastecían de él a no poder beber agua del grifo durante 11 meses por el mal estado de las aguas del pantano de La Colada del que se estaban surtiendo de forma alternativa, ya está en condiciones de volver a surtir de agua a las comarcas de Los Pedroches y El Guadiato. “Estamos haciendo análisis y si todo es positivo, esas personas tendrán agua 24 horas al día·”, ha señalado.

Con todo, desde la Administración regional, piden cautela. Serán los comités de sequía provinciales, que tienen previsto reunirse en los próximos días, los que decidan qué medidas concretas adoptar una vez se haya analizado también la información sobre las escorrentías, según ha señalado este lunes el portavoz del Gobierno andaluz y consejero de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Ramón Fernández Pacheco. “La sequía es un problema estructural y lo que puedo garantizar es que no vamos a bajar el pistón de las inversiones hidráulicas”, ha señalado el dirigente popular. Más de medio millón de andaluces sufren restricciones en el uso del agua desde principios de año, las más importantes en Campo de Gibraltar, en Cádiz, y en La Axarquía y Costa del Sol, en Málaga. Los recursos hídricos en la cuenca hidrográfica Guadalete-Barbate, que surte a casi un millón de gaditanos y cuyas reservas estaban al 14,5% de su capacidad en enero.

Tras las lluvias de esta última semana, la totalidad de los embalses gaditanos rozan el 30%, según ha confirmado Fernández Pacheco. El embalse de los Hurones, que abastece a casi un millón de habitantes de Cádiz, comenzó a desembalsar agua la tarde de este pasado domingo, tras sobrepasar el 92% de su capacidad. Todo ello pese a que arrancó el año al 34% en una cuenca que llegó a ser de las más vacías del país. El desembalse de los Hurones afecta de forma directa a la acumulación del Guadalcacín, el más grande de la provincia, gracias a sus 800 hectómetros cúbicos y que este lunes aún se encuentra en un escaso 18.31%, según datos de la Red Hidrosur, de la Junta de Andalucía. En total, la decena de pantanos de la provincia (que comprende dos cuencas) está ya al 28,9%, después de alcanzar el 14,5% en enero, informa Jesús A. Cañas.

La subida del pantano de los Hurones ya ha llevado a los ayuntamientos de Medina Sidonia y de Chiclana de la Frontera a aliviar las medidas de sequía de las ciudades, afectadas desde hace meses por bajadas de presión o, directamente, cortes nocturnos (como en el caso de Medina). En Cádiz también se adoptarán medidas en función de lo que dictamine la comisión de sequía. De hecho, el Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana se ha limitado a explicar que seguirán “con lo aprobado en la última comisión”. “Hasta que no se convoque nuevamente otra, no sabremos qué es lo que se va a aprobar y que propuestas pueden llevar, ya que dependemos de la Junta”, han remachado desde la institución.

Precisamente la provincia de Cádiz, y en concreto en Grazalema es donde más agua se ha recogido durante la Semana Santa, con 478 litros por metro cuadrado, seguidos de los 274 de Cardeña (Córdoba) y los 260 de Cazalla de la Sierra (Sevilla). “En la capital sevillana, se recogieron unos 117 litros, cuando lo normal en todo el mes de marzo suelen ser 36″, contextualiza un portavoz de la AEMET, informa Victoria Torres.

Las cuencas intracomunitarias cuya gestión depende de la Junta de Andalucía, también han acaparado agua embalsada: la Mediterránea Andaluza ha recibido 316 hectómetros cúbicos, el 27,3% de su capacidad; la demarcación del Guadalete-Barbate está al 27,1 y la del Tinto-Odiel-Piedras-Chanza, también ha llegado al 43% del total de su capacidad. Unas cantidades que, como en el caso de la demarcación del Guadalquivir se incrementaran una vez acumúlen las escorrentías y el agua desembalsada. En lo que va de año hidrológico —que empezó el pasado 1 de octubre― las reservas han aumentado cerca de 2.003 hectómetros, pasando de los 1.470 que había entonces hasta los 3.472 actuales, una cantidad, no obstante que se encuentra 1.000 hectómetros cúbicos menos que la media de los últimos 10 años.

Las últimas lluvias han permitido que los embalses de Málaga tengan un respiro. Este lunes se encuentran 23,6% de su capacidad con 144 hectómetros cúbicos, cifra que se espera siga subiendo durante los próximos días gracias a las escorrentías, que aumentarán los niveles. El total de agua embalsada supone 30 hectómetros más que la semana anterior, pero 80 menos que hace un año, de ahí que la situación siga declarada de excepcional sequía con escasez grave. El pantano de La Viñuela, el más grande de la provincia, sigue presentando el peor registro de todos (15,95%) pero, al menos, supone casi el doble que hace unos días.

Embalse de La Viñuela, tras las lluvias de los últimos días, en la comarca de la Axarquía (Málaga), este lunes.
Embalse de La Viñuela, tras las lluvias de los últimos días, en la comarca de la Axarquía (Málaga), este lunes. García-Santos

Desde febrero, el consumo de agua en la provincia está limitado a 160 litros diarios por habitante en todo el territorio malagueño y la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural lo ratificó en la orden publicada el pasado Miércoles Santo en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA). En el documento también se mantiene la prohibición del llenado de piscinas a excepción de las ubicadas en hoteles, campings, clubes deportivos y las de uso sanitario o se llenen con agua de mar.

Los buenos datos han animado a los regantes. Desde Feragua, la federación que aglutina a los regantes andaluces, su presidente, Pedro Parias, ha pedido a los órganos gestores que regulan las cuencas que revisen las dotaciones de agua para dar un respiro a aquellos agricultores que soportan restricciones incluso del 100%. De nuevo, desde la Junta han apelado a la prudencia: “No cabe duda de que se trata de una mejoría, pero hay que ver si es de carácter leve o nos permite tomar alguna decisión más esperanzadora para los andaluces”, ha señalado el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz. Desde la CHG, su presidente, Joaquín Paez, sí es un poco más optimista y esta mañana en declaraciones a RNE ha adelantado que las dotaciones respecto al año pasado, que fueron 385 hectómetros cúbicos, van a mejorar mucho, aunque sin llegar a la normalidad. A falta de que se celebre la Comisión de Desembalse, prevista para finales de abril, se estima que se podrían desembalsar entre 1.000 y 1.100 hectómetros cúbicos, aunque dependerá de las temperaturas que se registren en las semanas que vienen.

Cataluña recupera el verde

Las tormentas de marzo en Cataluña han resucitado el verde de los campos, el blanco de las montañas y el murmullo del agua bajando del arroyo. La comunidad, que declaró la fase de emergencia el pasado febrero ante la peor sequía del último siglo, ha vivido un marzo pasado por agua en el que ha llovido más que la media histórica y en el que se ha roto la tendencia seca que se alargaba ya más de tres años. Desde que el pasado 9 de marzo arreciara la primera tormenta, han caído más 100 litros por metro cuadrado sobre algunos puntos de las cabeceras del Ter y el Llobregat, los dos principales ríos que abastecen Barcelona. Sus caudales han experimentado una exponencial subida y con la llegada de las últimas tormentas en Semana Santa por momentos se han llegado a multiplicar hasta por 20. Los embalses de este sistema hidrológico, sin embargo, solo han aumentado algo menos de tres puntos porcentuales: han pasado del 14,8% el 8 de marzo, antes de las lluvias, al 17,5% hasta las 17.00 de este lunes. Pero las reservas en el sistema Ter-Llobregat seguirán subiendo los próximos días, aunque no llueva, gracias a esta crecida de los ríos.

Las gráficas de la Agencia Catalana del Agua (ACA), el máximo órgano en gestión hídrica de la Generalitat, ponen cifras a la mejora ambiental: el río Ter, que abastece los dos mayores embalses de Cataluña: Susqueda y Sau, bajaba esta mañana, tras la tormenta del domingo, más de 20.000 litros por segundo a su paso por el municipio de Masies de Roda (Girona), antes de penetrar hacia los embalses. A principios de mes, el agua que corría en ese punto no llegaba a los 2.000 litros por segundo. Esto quiere decir, según los expertos, que el terreno ya está mejor preparado y el agua que cae ahora “es más efectiva”. Es decir, que ha llovido y nevado sobre mojado, lo que facilita que el agua de lluvia no se quede en la tierra seca y boscosa. El Govern anunció hace dos semanas una polémica tala de árboles en la laderas de algunos ríos precisamente para aumentar “las escorrentías de agua” (que el agua se filtre por la tierra con mayor facilidad) hacia ríos y acuíferos.

Dos personas pasean cerca del embalse de Sau, en la comarca de Osona, que se encuentra al 7,81% de su capacidad, este lunes en Girona.
Dos personas pasean cerca del embalse de Sau, en la comarca de Osona, que se encuentra al 7,81% de su capacidad, este lunes en Girona.massimiliano minocri

Por lo pronto, las lluvias han provocado que el embalse de Sau, el segundo con mayor capacidad de Cataluña (165 hectómetros) y considerado la zona cero de esta sequía, haya pasado del 1% al 5% en apenas 20 días. El embalse de Baells (el tercero con mayor capacidad, 109 hectómetros), ha mejorado sus reservas más de tres puntos porcentuales desde el día 9 (del 19,1% al 22,7% a mediodía de este lunes).

A pesar de que los recientes episodios de lluvias, la Generalitat anunció la pasada semana que no rebajará el nivel de emergencia de las 239 localidades donde fue declarada a comienzos de febrero. “La sequía sigue siendo intensa y debemos continuar haciendo los esfuerzos por superarla”, afirmó la vicepresidenta del Govern, Laura Vilagrà, en la rueda de prensa posterior a la Comisión Interdepartamental de la Sequía.

La ACA insiste desde hace meses en que las lluvias para recuperar las reservas de los embalses (a principios de mes incluso bajaron del 15%) tienen que ser “en todo el mapa y constantes, durante varias horas, para acumular litros de forma persistente que pasen de los terrenos colmados a ríos y embalses”. En sus cálculos internos, estiman que serían necesarios unos 300 litros por metro cuadrado durante un mes “de forma general”. Sobre todo en los Pirineos y Prepirineo orientales, los más castigados por la sequía.

Aproximadamente la mitad del agua consumida actualmente ya en la comunidad procede de las plantas desaladoras y regeneradoras (potabilizadoras de aguas residuales). El Govern trabaja a contrarreloj para mejorar esa capacidad en los próximos meses especialmente con el horizonte marcado en noviembre, cuando tiene previsto poner en funcionamiento una gran planta regeneradora ¬¬en el río Besòs (Barcelona). En un contexto en el que ya se han reservado una partida de 30 millones para traer agua desde la desaladora de Sagunto, cualquier aumento de las reservas es bienvenida para estirar al máximo las reservas.

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