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La Eurocámara da su visto bueno final a la ley de biodiversidad en plenas protestas del campo

El Partido Popular Europeo había llamado una vez más a tumbar la Ley de Restauración de la Naturaleza, que busca recuperar los ecosistemas en una Europa donde el 81% de los hábitats terrestres y acuíferos están en mal estado

Reglas fiscales Europa
Sesión del pleno del Parlamento Europeo en EstrasburgoRONALD WITTEK (EFE)
Silvia Ayuso

La Eurocámara ha dado este martes su visto bueno final a la Ley de Restauración de la Naturaleza, la principal legislación europea en materia de biodiversidad que, en el último año, ha sido protagonista de un duro pulso político por los intentos del Partido Popular Europeo (PPE) de tumbarla. Pese a un nuevo llamamiento de última hora del líder de los conservadores, Manfred Weber, a votar otra vez en contra del texto que estaba ya acordado con los Estados, y en un ambiente especialmente tenso por las protestas agrícolas en toda Europa a menos de cien días de las elecciones europeas, los eurodiputados han decidido ratificar de forma definitiva una normativa que busca restaurar para 2030 al menos el 20% de las áreas terrestres y marítimas de la UE, donde el 81% de los hábitats terrestres y acuíferos están en mal estado.

“La UE tiene la primera ley de Restauración de la Naturaleza en sus 70 años de historia”, ha celebrado el ponente de la normativa, el socialista César Luena, que ha recordado que “la restauración de los ecosistemas es fundamental para luchar contra el cambio climático, atajar la crisis de biodiversidad y proteger la seguridad alimentaria”. Constituye, ha subrayado en rueda de prensa, la segunda pata fundamental del Pacto Verde europeo, tras los compromisos para la reducción de emisiones para luchar contra el cambio climático: “No hay un planeta B y no hay un plan B, solo el Pacto Verde”, ha recordado desde Estrasburgo poco después del voto, que según Luena da a la UE además “credibilidad internacional” en sus esfuerzos por liderar la lucha ambiental global.

También el presidente de la comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara, el liberal francés Pascal Canfin, ha celebrado una “noticia excelente para la protección de la naturaleza y la soberanía del continente (…) a pesar de las fake news” sobre la legislación, que ahora solo necesita la ratificación proforma del Consejo de la UE —es decir, de los Estados, porque los embajadores ya la aprobaron en noviembre— para poder entrar en vigor.

Tal como se preveía, el resultado de la votación ha sido bastante ajustado: tras rechazarse unas enmiendas presentadas en el último momento por el grupo ultra ECR —donde sesiona Vox—, finalmente 329 eurodiputados han votado a favor de la LRN, frente a la oposición de 275 y la abstención de otros 24. Una votación que ha hecho saltar de sus escaños para celebrar el resultado a muchos representantes de los grupos parlamentarios de izquierdas y centro que habían condenado la última maniobra del PPE para descarrilar la ley —tal como han intentado durante todo el proceso— como una acción “populista” e “irresponsable” que, afirmaron, no buscaba más que “seguirle el juego” a la ultraderecha, alineada desde el principio contra esta normativa.

El futuro de la LRN llevaba un año pendiendo de un hilo, sobre todo desde la victoria, a comienzos del año pasado, de un partido agrícola en las elecciones regionales en Países Bajos, que dio la primera pista del descontento del campo con políticas europeas. A partir de ahí el PPE, que hasta entonces había negociado activamente el texto de la ley de biodiversidad, se autoproclamó el defensor de los agricultores y dio un giro de 180 grados hasta llamar a “tumbar” la normativa, algo que intentó reiteradamente durante los votos parlamentarios de la primavera y verano pasados. No lo logró, si bien, sí consiguió rebajar significativamente el texto legal: para que este lograra pasar la barrera de la Eurocámara, donde también un grupo de liberales votaron en contra en su momento —y también hoy, pese a que la líder del grupo Renew, Valérie Hayer, había llamado a apoyarlo este mismo martes—, el texto fue sensiblemente reducido con la inclusión, entre otros, de un “freno de emergencia” a la ley en caso de urgencia alimentaria, así como mayores flexibilizaciones y rebajas de las condiciones para su cumplimiento.

Una vez superada la barrera parlamentaria, en noviembre fue acordado el texto legislativo de compromiso entre los Estados —entre ellos 12 países gobernados por conservadores— y la Eurocámara. Por ello, el voto ahora realizado debía ser básicamente protocolario, ya que todo estaba negociado. Pero el PPE, que no ha querido comprometerse en ningún momento a su aprobación, decidió el lunes en Estrasburgo que su grupo se opondría una vez más en la votación final de este martes, pese a que algunos diputados de sus propias filas anunciaron su intención de no seguir la línea fijada por Weber (25 de ellos han acabado este martes votando a favor de la ley en el hemiciclo, ninguno de ellos españoles, que han seguido la pauta del alemán).

El comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginjus Sinkevicius, presente en la votación en Estrasburgo, ha sostenido que el resultado del voto es “una declaración clara de que el clima y la naturaleza van de la mano”. El responsable europeo, uno de los más atacados por Weber el año pasado —le llegó a acusar de “hacer campaña para Pedro Sánchez”— ha asegurado que esta ley “no va de restaurar la naturaleza solo por la naturaleza misma, sino para garantizar un entorno habitable que garantice el bienestar de las generaciones actuales y futuras”. En un mensaje a los agricultores que el lunes volvieron a manifestarse, de manera por momentos bastante violenta en Bruselas contra las políticas europeas, y que han hecho del Pacto Verde una de sus principales dianas, Sinkevicius ha subrayado que la votación a favor de la LRN “permitirá que la naturaleza de Europa se recupere, también en beneficio de la economía y del futuro de la producción de nuestros agricultores”.

Por su parte, Luena se ha mostrado “convencido” de que los planes de restauración de los países contemplarán “al milímetro” las necesidades del sector primario, por lo que ha pedido “tiempo” para que agricultores, pescadores y ganaderos “se den cuenta de que esta ley no es un problema, es una solución (…) cuando vean que la ley ayuda, que es buena, que soluciona problemas, hablaremos de otra manera”, ha confiado.

Los eurodiputados ratifican el endurecimiento de delitos medioambientales

El Parlamento Europeo ha consolidado también otro paso clave en la defensa del medio ambiente, la lucha contra los crímenes medioambientales, al ratificar el acuerdo alcanzado con los Estados para ampliar la lista de estos delitos hasta un total de 18, desde el comercio ilegal  de madera, una de las principales causas de deforestación en algunas partes del mundo, al reciclaje ilegal de componentes contaminantes de barcos o graves violaciones a la legislación sobre productos químicos. 

Con una votación contundente — 499 votos a favor, 100 en contra y 23 abstenciones—, los eurodiputados validan además que la  nueva normativa incluya el denominado “delito cualificado”, como los incendios forestales a gran escala o la contaminación generalizada del aire, el agua y el suelo, que conlleva la destrucción de un ecosistema y es, por tanto, “equiparable al ecocidio”. 

La directiva endurece además las penas de cárcel —de hasta 10 años— y multas previstas para este tipo delitos ambientales, considerados la cuarta mayor actividad criminal del mundo y, junto al tráfico de drogas, armas y de seres humanos, una de las principales fuentes de ingresos del crimen organizado. 

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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