El ‘Toconao’ alertó de la pérdida de carga a los centros de salvamento españoles y lusos a la vez, según Portugal

El Centro de Control del Mar de Portugal recibió a las 5.18 horas del 8 de diciembre una notificación del barco Toconao en la que informaba de la caída al océano de seis contenedores de mercancías debido al impacto de una ola, ocurrido 45 minutos antes de lanzar el aviso. El carguero, que se encontraba a 40 millas náuticas de Viana do Castelo, en el norte del país, comunicó en simultáneo a los centros de salvamento marítimo de España y Portugal el percance, según informaron a EL PAÍS fuentes del Ministerio de Economía y Mar de Portugal. El aviso, según esta versión, fue dirigido al Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Finisterre.

La alerta del buque de bandera liberiana estaba más motivada por la seguridad marítima que por la ambiental. En su información a los portugueses aseguraron que la mercancía de los contenedores no era peligrosa, pero que estaban preocupados por el riesgo de colisión con alguna embarcación. Los pellets, que se utilizan para la fabricación de plásticos, son pequeñas bolitas de polietileno reforzadas con un aditivo para hacerlos resistentes a la luz.

El mismo 8 de diciembre, el Centro de Control del Mar de Portugal informó a su entidad homóloga en España —citan la Dirección General de Marina Mercante— y a la a Agencia Europea de Seguridad Marítima del incidente. Por su parte, la capitanía marítima de Viana do Castelo envió una lancha para inspeccionar el área del incidente sin encontrar rastro de la carga, según explicó a este diario el capitán de fragata Rui Miguel Serrano da Paz el pasado lunes.

En los días posteriores, el litoral portugués no recibió vertidos sospechosos que pudieran estar relacionados con los contenedores del Toconao, aunque el capitán Serrano da Paz asegura que no fueron informados del tipo de mercancía perdida por el buque. El Ministerio de Economía y Mar señala que se reforzó la vigilancia en la zona aunque, por el tipo de corrientes marinas del invierno, consideran difícil que los pellets viajen de regreso hacia la costa portuguesa.

El vertido ha obligado a declarar a Galicia, Cantabria y Asturias en nivel 2 de alerta y ha desatado una polémica política entre el Gobierno estatal y la Xunta de Galicia sobre la falta de diligencia en la actuación contra el vertido de microplásticos, que afectan al menos a 70 playas gallegas. La Fiscalía de Medio Ambiente ya ha abierto diligencias para investigar lo ocurrido.