Nueve claves sobre la cumbre del clima: ¿por qué la COP28 se celebra en Dubái?
En la conferencia se hará el primer balance de la aplicación del Acuerdo de París, que mostrará que los planes climáticos de los países siguen siendo insuficientes
Emiratos Árabes Unidos acoge la cumbre del clima anual, conocida como COP28, desde este 30 de noviembre y hasta el 12 de diciembre (en principio, porque el final de estas conferencias siempre se suele retrasar). Estas son las claves de una cita que se celebra en la ciudad de Dubái y organizada bajo el paraguas de Naciones Unidas en la que los combustibles fósiles estarán en el punto de mira. Porque la organiza una de las principales naciones productoras de petróleo y gas y porque se espera que salga un llamamiento a abandonar esta forma de producir energía.
1. ¿Qué es una COP? Las siglas COP en inglés se refieren a la Conferencia de las Partes. Es decir, a la reunión —normalmente anual— de los casi 200 países que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La convención se adoptó en 1992 y establecía que los gases de efecto invernadero que emite el ser humano en su actividad cotidiana están tras el cambio climático. La convención, además, fijó que los firmantes deben reducir esos gases. Para desarrollar ese tratado se celebran las COP, en las que participan los delegados y ministros de los casi 200 países del mundo. La primera COP fue en Berlín en 1995 y la que ahora comienza en Dubái es la número 28.
2. ¿Por qué la COP se celebra en un país petrolero? En las negociaciones climáticas participan todos los países del mundo, desde los más grandes a los más pequeños, también aquellos cuya economía depende de los combustibles fósiles, como es el caso de Emiratos (el 29% de sus ingresos están vinculados al petróleo y el gas). Cada año la cumbre se celebra en una región del planeta y la de 2023 le tocaba a Asia. Emiratos Árabes Unidos se postuló y los países de la región lo aceptaron. Luego, el resto de las naciones que participan en las conversaciones climáticas también lo aceptaron. Muchos grupos ecologistas han criticado también que el presidente de esta cumbre —cuya designación corresponde al país anfitrión y que previsiblemente será respaldado por las naciones en la inauguración— sea Sultán al Jaber, quien además de ser el ministro de Energía, es el consejero delegado de ADNOC (Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi), la octava petrolera del mundo.
3. ¿Qué es el Acuerdo de París? La convención marco sirvió para que se aprobara en 1997 el Protocolo de Kioto. Luego, en 2015, se adoptó el Acuerdo de París, que obliga a todos los países que se sumen al pacto a acometer recortes de gases de efecto invernadero. La suma de todas esas reducciones debe ser suficiente para que se cumpla el principal objetivo: que el aumento de la temperatura media del planeta a final de siglo no supere los dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, que no rebase los 1,5. Ese es el límite que establece la ciencia para evitar los efectos más catastróficos de una situación que en estos momentos no se puede revertir. El planeta está ya en un calentamiento de unos 1,2 grados.
4. ¿Está encaminado el mundo hacia el cumplimiento del Acuerdo de París? No. Los estudios científicos —liderados por el IPCC, el grupo de expertos que asesoran a Naciones Unidas— y los diferentes organismos vinculados a la ONU advierten de que los países no están encaminados para cumplir esas metas de París. Aunque desde la firma del acuerdo en 2015 se han producido avances, los planes actuales llevan a un incremento de la temperatura de entre 2,1 y 2,8 grados porque los recortes de los gases de efecto invernadero son insuficientes. La concentración en la atmósfera de estos gases no ha dejado de aumentar y este 2022 han vuelto a marcar otro récord. Esto ha causado ya daños que serán “irreversibles” durante “siglos o milenios” y lleva a un incremento de la intensidad y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, como ha establecido el IPCC en su última gran revisión sobre la ciencia climática. Ese estudio advierte de que el cambio climático es “una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta” y de que la “ventana de oportunidad” que la humanidad tiene para asegurarse “un futuro habitable y sostenible para todos” se “cierra rápidamente”. Esto se traduce en que cada año que pasa sin que las emisiones caigan rápidamente es mucho más complicado cumplir la meta de los 1,5 grados.
5. ¿Qué son las NDC? La Contribución Determinada a Nivel Nacional, más conocida en la jerga de las negociaciones climáticas por sus siglas en inglés, NDC, son los planes de recorte de emisiones a los que se comprometen las naciones firmantes del Acuerdo de París. Las actuales NDC plantean los recortes hasta 2030 y son insuficientes (llevan a ese calentamiento de entre 2,1 y 2,8 grados). En la COP28 se debe hacer el primer balance oficial de los esfuerzos desde la entrada en vigor del Acuerdo de París. Saber en qué punto están los planes climáticos debe servir, entre otras cosas, para preparar la siguiente tanda de planes nacionales. Las nuevas NDC se presentarán en 2025 y abarcarán hasta 2035. Y lo que buscan los países más ambiciosos en la lucha contra el cambio climático es que en el balance ya se fijen las medidas que se deben adoptar para que el calentamiento se quede dentro de los límites de seguridad.
6. ¿Por qué están los combustibles fósiles en el punto de mira? El carbón, el petróleo y el gas son los principales responsables del cambio climático, ya que son la mayor fuente emisora de gases de efecto invernadero. Por eso la ciencia establece que el mundo debe desengancharse de estos combustibles. La principal alternativa son las renovables. Y de la COP28 se espera que salga un mandato para que se triplique la potencia renovable en el mundo, lo que supone pasar de los 3.400 gigavatios (GW) de 2022 a unos 11.000 en 2030. Pero no es suficiente con triplicar las renovables, también se necesita duplicar las tasas de eficiencia (consumir menos energía) y, sobre todo, trazar una ruta clara de abandono de todos los combustibles fósiles. Conseguir un llamamiento robusto a ese abandono, que podría incluirse en el balance, sería una señal para que luego las naciones lo incluyan también en sus planes climáticos.
7. ¿Qué son la captura y compensaciones de carbono? Para la mayoría de los expertos, es una solución residual que debe usarse solo en los procesos (por ejemplo, industriales) en los que no existe casi alternativa para eliminar sus emisiones, principalmente de dióxido de carbono. Para la industria fósil es una puerta trasera por la que seguir extrayendo y vendiendo carbón, petróleo y gas. La captura y almacenaje, una costosa técnica muy poco extendida, consiste en capturar las emisiones de una instalación y retenerlas para que no acaben en la atmósfera. A eso se le unen las compensaciones de las emisiones con, por ejemplo, bosques. En ambos casos el problema no se ataca de raíz. En la jerga climática, cuando se habla de la eliminación de los combustibles fósiles “sin disminuir” —unabated, en inglés— se está dejando abierta esa incierta puerta a la captura y el almacenaje.
8. ¿Quiénes son los principales emisores de gases de efecto invernadero? Según los datos oficiales de la ONU, en 2021 China fue el principal emisor de gases de efecto invernadero, con el 30% del total mundial. Le siguen a gran distancia EE UU (11%), India (7%), la UE (7%) y Rusia (5%). Pero si se atiende a las responsabilidades históricas, la cosa cambia algo. Si se toman como referencia todas las emisiones acumuladas entre 1850 y 2021, EE UU es el primero, con el 17%. Le siguen en esta clasificación China (12%), la UE (10%), Rusia (6%) e India (5%).
9. ¿Qué más se puede esperar de la cumbre de Dubái? Está claro que las responsabilidades de la crisis climática hay que buscarlas en el G-20. Paradójicamente, son otros los más afectados. Muchos de los países más vulnerables son precisamente los menos responsables de esta crisis y además tienen menos capacidades para hacer frente a sus efectos. En la anterior cumbre, celebrada en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, salió el compromiso de crear un fondo de pérdidas y daños para compensar a los países más vulnerables. Y de la cumbre de Dubái deber salir ya ese fondo, al que se espera que no solo contribuyan los países desarrollados.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.