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Las cicatrices de la pandemia más allá de la salud: golpe a la economía, el empleo y la igualdad

Un informe de Naciones Unidas muestra los efectos en cascada que ha provocado la covid y las medidas para frenarla, más allá de la salud, e incluso allí donde no ha llegado el virus

Daños colaterales coronavirus
La pandemia provocó el colapso del sistema sanitario en Guayaquil (Ecuador) en abril y al mes siguiente se iniciaron una serie de disturbios. En la imagen, un niño mira el ataúd de una de las muchas personas de la ciudad portuaria que murieron en sus casas.STRINGER (Reuters)
Miguel Ángel Criado

Hasta hace dos meses Samoa, isla polinesia en mitad del océano Pacífico, se había librado del coronavirus. Cero casos hasta marzo de 2022. Pero eso no la ha salvado del desastre. Las medidas tomadas muy lejos de allí acabaron con el turismo (que representaba el 55% de su economía) y redujeron al mínimo el comercio (sus exportaciones de copra y aceite de coco suponían más del 10% de su PIB), sumiendo al país en una profunda crisis económica y social. El caso de Samoa muestra cómo la pandemia de la covid, pero también las medidas para contenerla, ha provocado enormes daños colaterales que van más allá de la salud. Ahora, un informe impulsado por Naciones Unidas muestra los efectos en cascada desatados en los últimos dos años. Sus autores creen que hay unas cuantas lecciones a aprender para mitigar los riesgos de quiebra del sistema en el futuro.

La semana que viene la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Desastres (UNDRR, en sus siglas en inglés) celebra en Bali (Indonesia) una conferencia cuyo objetivo es el mismo que da nombre a esta oficina. La elección de Bali, polo turístico de este país del sudeste asiático, es significativa. Localmente, el flujo de turistas se secó durante todo 2020 y buena parte de 2021. A escala nacional, este fue el país más poblado (273 millones de habitantes) en el que el sistema sanitario colapsó.

Indonesia es uno de los cinco casos de estudio que forman parte del informe Repensando los riesgos en tiempos de la Covid-19 elaborado por investigadores de la Universidad de Naciones Unidas (UNU) y la UNDRR. Los otros cuatro son el Bazar de Cox (Bangladés), donde se refugian casi un millón de rohinyás, la región de Sundarbans (India), zona de manglares que ha tenido que lidiar con la pandemia y los efectos de un ciclón a la vez, Marítima (la región costera de Togo, en África) que ha vivido un explosivo fenómeno migratorio por culpa de la covid, y Guayaquil, el principal puerto de Ecuador y cuyas imágenes de cadáveres de contagiados dieron la vuelta al mundo.

Michael Hagenlocher es investigador de la UNU en el campo de la gestión de riesgos sistémicos y principal autor del informe. Sobre la selección de estos cinco lugares, Hagenlocher dice que “en conjunto brindan una descripción general integral de los riesgos e impactos sistémicos y en cascada relacionados con la pandemia, pero no son, por diseño, representativos de un grupo particular de países”. Su objetivo, añade, “era comprender mejor cómo se manifiestan los riesgos vinculados a la pandemia en diferentes contextos y entornos, y qué lecciones podemos aprender de ello”.

“Los efectos directos de la pandemia se produjeron principalmente en la salud humana y los sistemas de salud, mientras que los efectos en cascada, por ejemplo, en los medios de subsistencia, el empleo o la educación, se debieron a las medidas de restricción implementadas”
Michael Hagenlocher, investigador de la Universidad de Naciones Unidas

Entre esas lecciones que deja el coronavirus está el hecho de que la pandemia y algunas de las medidas tomadas para contenerla han tenido efectos en cascada que han atravesado toda la sociedad. De hecho, como dice Hagenlocher, la investigación muestra que “los efectos directos de la pandemia se produjeron principalmente en la salud humana y los sistemas de salud, mientras que los efectos en cascada, por ejemplo, en los medios de subsistencia, el empleo o la educación, por nombrar solo algunos, se debieron principalmente a alguna de las medidas de restricción implementadas para reducir una mayor propagación de la enfermedad, salvar vidas y reducir el riesgo de colapso del sistema de salud”.

El coronavirus y, de nuevo, las medidas para frenarlo no han castigado a todos por igual. Lo ha hecho de forma diferente según la riqueza, la raza o el lugar donde se vive. Pero esta diferencia es especialmente acusada según el género. Globalmente, las mujeres suponen el 70% del personal sanitario, porcentaje que se eleva al 90%, si se incluye el sector de la asistencia social. Estuvieron en la primera línea de defensa. En cuanto a las niñas, el informe destaca cómo el cierre de las escuelas en sitios como el Bazar de Cox y Sundarbans, provocó el aumento de los matrimonios con menores y el trabajo infantil.

Himanshu Shekhar es investigador del Instituto para la Seguridad Ambiental y Humana de la UNU y coautor del informe. “En India [Shekhar es indio] las escuelas estuvieron cerradas dos meses y aquí, la escuela no solo te da educación, también te da protección social”, recuerda. Comida, ropa, seguridad, freno al trabajo infantil... funciones que dejaron de cumplir los centros escolares. Shekar investigó sobre el terreno el caso de la región de Sundarbans. Aquí y en el conjunto de la India, los más de medio millón de fallecidos (cifra oficial) “se concentraron en los que trabajan fueran y aportaban el principal ingreso del hogar”.

En muchas partes del mundo, las escuelas no son solo centros de enseñanza, también ejercen un papel clave de protección social. En la imagen, escolares de Sundarbans, en India.
En muchas partes del mundo, las escuelas no son solo centros de enseñanza, también ejercen un papel clave de protección social. En la imagen, escolares de Sundarbans, en India.Polina Schapova

Shekhar también estuvo en Guayaquil (principal ciudad de Ecuador y gran puerto latinoamericano). La eligieron por tratarse de un entorno urbano y su conexión internacional portuaria. Aquí, y en todo el país, se produjo una serie de estallidos sociales y una generalizada falta de adherencia a las normas en los primeros meses de la pandemia. Aunque lo que quedó en la retina de millones de personas fueron los cadáveres tirados en las calles de personas fallecidas por covid o los que morían a las puertas de los hospitales y que nadie recogía.

“En Guayaquil se produjo una combinación de factores”, dice Shekhar. Pero antes de fijarse en el coronavirus, cree obligado mirar hacia atrás: “En todo el país y a nivel municipal se impuso una política de austeridad hace cinco años que debilitó el sistema de salud. No había suficientes hospitales ni suficientes camas”, añade. A eso se suma un diseño deficiente, ideado para un uso ocasional. También el pánico de los primeros meses tuvo su papel, sobrecargando todo el sistema hasta que colapsó.

El caso la región togoleña de Marítima ejemplifica cómo las medidas contra el coronavirus, más que el virus en sí, generan una serie de efectos que tienen que ver con la salud. Este país al norte del golfo de Guinea está saliendo relativamente bien parado de la pandemia. Desde comienzos de 2020, apenas han tenido 37.000 casos y unos 270 fallecidos, para una población total de más de 8,2 millones. Sin embargo, la covid ha acentuado una tendencia que venía de atrás: la migración de los más jóvenes del campo a las ciudades de la costa. Esto está vaciando los campos y complicando la producción agrícola.

Los cinco casos estudiados en profundidad proceden de países cuyos sistemas de salud y protección social están lejos de los niveles europeos. ¿Qué pueden aprender entonces los habitantes del primer mundo? Para los autores del informe, esta es la principal lección de la pandemia, la interconexión de todo el sistema. “Todos somos parte de una red global, no importa donde estés, al final acabas afectado”, dice Shekhar. Como recuerda Hagenlocher, “antes de la pandemia, no había mucha conciencia de que riesgos, como las inundaciones, las sequías o los brotes regionales de enfermedades, pueden tener efectos colaterales en las sociedades de todo el mundo. Solo cuando la Covid comenzó a propagarse y afectar nuestra vida diaria, se hizo completamente visible el verdadero alcance de cómo las interdependencias en nuestro mundo altamente interconectado están causando impactos en cascada dentro y entre las sociedades”.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Criado
Es cofundador de Materia y escribe de tecnología, inteligencia artificial, cambio climático, antropología… desde 2014. Antes pasó por Público, Cuarto Poder y El Mundo. Es licenciado en CC. Políticas y Sociología.

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