Detectado en Sevilla el primer caso de un paciente infectado con covid y virus del Nilo Occidental
Los expertos se muestran preocupados por la época del año en la que se ha producido el primer caso de meningoencefalitis por la fiebre del Nilo Occidental, mucho antes de lo habitual, y piden más pruebas para descartar un falso positivo
Andalucía ha detectado el primer caso de un paciente infectado a la vez de covid y de virus del Nilo Occidental. Se trata de un hombre joven que ingresó con el coronavirus SARS-CoV-2 en el hospital sevillano Virgen del Rocío y al que, tras detectársele síntomas compatibles con la meningitis, similares a los que muestran los enfermos de fiebre del Nilo Occidental, se le practicaron las pruebas pertinentes. Los resultados han constatado que también estaba infectado con ese virus, según ha podido saber este diario. Es el primer caso registrado con esta doble infección de manera simultánea en la misma persona.
“La Dirección General de Salud de Andalucía ha confirmado el positivo por virus del Nilo”, explica el hematólogo Salvador Oyonarte, miembro del Comité Científico para la Seguridad Transfusional del Ministerio de Sanidad y gerente de la Red Andaluza de Medicina Transfusional, Tejidos y Células. “No hay constancias de otros pacientes y el afectado presenta un cuadro atípico. Es muy importante retroceder a la fecha de indicios de síntomas”, señala Oyonarte, quien matiza que “le gustaría tener más detalles” e incluso hacer más pruebas para constatar que “no se trata de un falso positivo por el virus del Nilo”.
Hasta que no se realicen más estudios no se puede aventurar que el enfermo hubiera sido afectado por la meningoencefalitis que provoca la fiebre del Nilo Occidental o si su debilidad al contraer la covid pudo hacerlo más propenso a desarrollar esa enfermedad. “Es difícil saberlo, se trata de una persona joven y no se puede establecer todavía ninguna relación, si fue primero el coronavirus, si le picó el mosquito mientras estaba en su casa…”, afirma. Lo que más llama la atención a los expertos es la época del año en la que se ha tenido constancia de la existencia de casos de virus del Nilo Occidental en humanos, algo excepcional y que suele venir precedido de enfermedades en otros animales, en especial aves o caballos.
“Me sorprende que sea tan pronto. Casos en humanos tuvimos en 2010 y 2016 y luego sucedió el brote del año pasado, que fue excepcional, pero siempre se han evidenciado más tarde”, señala Oyanarte. “El virus se desarrolla cuando empieza a haber muchos mosquitos y las temperaturas son más elevadas, pero las muestras de mosquitos no han crecido este año”, abunda Elisa Pérez, viróloga veterinaria en Centro de Investigación en Sanidad Animal (INIA-CISA). “No sabemos si es casualidad o es que se están haciendo más pruebas de control en los casos de pacientes con meningitis”, añade. “Lo que alarma es que se haya detectado antes en humanos que en animales”, advierte Pérez.
El paciente empezó a sentirse mal el 25 de mayo, explica Oyanarte. Comenzó a tener dolor de tórax que evolucionó sin fiebre, en un primer momento, haciendo pensar a los médicos que se trataba de una alergia estacional. Se le hizo un primer test de antígenos que dio negativo en covid, pero en cuanto tuvo fiebre se decidió aislarlo ante la posibilidad de que tuviera coronavirus. Se le practicó una PCR que dio positivo y posteriormente fue ingresado al desarrollar una neumonía. Al poco de ser hospitalizado, se le detectó la sintomatología neurológica y al estudiar el cuadro se confirmó que tenía el virus del Nilo Occidental. “Los resultados se confirmaron el 14 de junio y se han notificado hoy”, indica Oyanarte. “Han pasado demasiados días”, apunta.
El paciente permanece en la UCI. “Al conocerse el resultado de las pruebas se han activado inmediatamente todos los protocolos, así como las medidas de salud pública previstas en los mismos”, asegura la Consejería de Salud en una nota hecha pública esta misma tarde. “Además, las muestras clínicas recogidas se enviarán al laboratorio referente (Hospital Virgen de las Nieves de Granada) y al Centro Nacional de Microbiología”.
“Me sorprende que sea tan pronto. Casos en humanos tuvimos en 2010 y 2016 y luego el brote del año pasado, que fue excepcional, pero siempre se han evidenciado más tarde”
La existencia de este caso inusual la adelantaba horas antes Cristina Roca, infectóloga de Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, durante una conferencia en las XI Jornadas de Enfermedades Emergentes que se están celebrando en Barcelona.
El verano pasado, en pleno valle entre la primera y la segunda ola de coronavirus, se confirmó la existencia de un brote de meningoencefalitis por virus del Nilo que afectó a la ribera del Guadalquivir, en concreto a las provincias de Sevilla y Cádiz, y que se cobró la vida de siete personas y afectó a 71 —57 en el territorio de Sevilla y 14 en Cádiz—. El virus, transmitido por el mosquito del género Culex, un mosquito común en nuestro medio, provoca un 0,1% de muertes entre los infectados, un 1% de inflamación en las meninges y el cerebro [meningoencefalitis], un 20% de fiebre controlable y un 80% de casos asintomáticos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para erradicar la presencia del mosquito en el valle del Guadalquivir, la Junta de Andalucía puso en marcha un plan integral que incluía la fumigación a través de drones de las zonas afectadas. A mediados de marzo de este año, el Gobierno autónomo activó el Programa de Vigilancia y Control Integral de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental, que, entre otras medidas, establece un mapa de riesgos que se actualiza cada 15 días entre abril y noviembre, cuando las temperaturas empiezan a estar de forma permanente por encima de los 17 y 18 grados y comienza el período del virus en estos mosquitos. En función del nivel de riesgo del territorio, se adopta un tipo de medidas.
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