Científicos españoles reclaman medidas “urgentes” para evitar contagios por mala ventilación en interiores
Virólogos, sanitarios y técnicos dirigen una carta a los gobiernos central y autonómicos para que se actúe para frenar infecciones en lugares de riesgo por la inhalación del coronavirus
Ha pasado más de un año desde el inicio de la pandemia y en todo este tiempo la ciencia nos ha dado muchas herramientas para combatir al coronavirus, como la evidencia de que los interiores son muchísimo más peligrosos que el aire libre. O el papel determinante de la ventilación. Pero un grupo de más de 100 científicos y sanitarios cree que no se emplea lo suficiente este conocimiento. “A pesar de la claridad de las conclusiones científicas, la implantación de estas medidas está siendo extraordinariamente lenta, y muchas veces se realiza de forma parcial o incorrecta”, escriben en una carta dirigida a las autoridades españolas, tanto central como autonómicas, adelantada por EL PAÍS.
Los firmantes de la carta inciden en la importancia de combatir los contagios producidos al respirar partículas de virus suspendidas en el aire (aerosoles), una de las tres vías posibles de infección del coronavirus reconocidas por la ciencia, junto con el contacto directo con las gotitas producidas por un contagiado y las superficies contaminadas (menos probable). “Dada la gravedad de la situación, creemos que es urgente aprovechar el conocimiento disponible e impulsar desde las administraciones las medidas de prevención necesarias para reducir el riesgo de contagio de COVID-19 por inhalación. Tenemos el convencimiento de que los beneficios serán enormes”, insisten en la misiva.
Creemos que es urgente aprovechar el conocimiento disponible e impulsar desde las administraciones las medidas de prevención necesarias para reducir el riesgo de contagio de COVID-19 por inhalación
El texto está firmado por virólogos como Adolfo García Sastre (director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes), Antonio Alcamí y Margarita del Val (CBM-CSIC); sanitarios como Julio Cobo (jefe de Urgencias del Hospital La Paz), Santiago Moreno (jefe de Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal) y David Jiménez (jefe de Neumología del Hospital Ramón y Cajal); expertos en Salud Pública como Jeffrey Lazarus (ISGlobal), Ildefonso Hernández (exdirector general de Salud Pública) e Ignacio Rosell (secretario del comité de expertos de Castilla y León); especialistas en salud ambiental como María Cruz Minguillón (IDAEA-CSIC), Luis Reynoso (presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo), Isabel Marín Rodríguez (presidenta Sociedad Española de Sanidad Ambiental) Stella Moreno (presidenta de la Asociación Española de Aerobiología), Xavier Querol (IDAEA-CSIC), Ismael Sánchez (presidente de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral); y otros científicos como Juan José Badiola (director del Centro de Enfermedades Transmisibles Emergentes), el inmunólogo Alfredo Corell (Universidad de Valladolid), el experto en mecánica de fluidos Javier Ballester (Universidad de Zaragoza) y José Luis Jiménez, catedrático de Ciencias Ambientales de la Universidad de Colorado.
Estos científicos plantean una serie de medidas, centradas en ocho líneas de actuación que deben ponerse “en marcha cuanto antes”. “Creemos que todavía se está a tiempo de garantizar un despliegue generalizado de las medidas de prevención disponibles”, apuntan los firmantes. La carta se centra en las pruebas científicas que señalan el importante papel que tienen en los contagios los aerosoles, esas partículas con virus que quedan en suspensión y que pueden respirarse por otra persona. Para combatir este modo de infección se debe usar mascarillas, mantener la distancia física y ventilar interiores, pero hay aspectos importantes que ni se aplican por parte de las autoridades españolas ni se explican en detalle a la población para que pueda protegerse.
La primera de las actuaciones que reclaman se centra en el uso de las mascarillas, completamente interiorizado por la población, pero señalan lagunas: la necesaria retirada de aquellas que no sirven, la necesidad de que se exijan en los lugares de trabajo y concienciar sobre la importancia de la incorrecta colocación al dejar demasiados huecos al ajustarlas: “Estimamos que los defectos en el uso real de mascarillas están reduciendo su eficacia a menos de la mitad, lo que se traduce en una enorme cantidad de contagios que podrían evitarse”. A continuación, la carta reclama que se tome en serio una de las medidas más obvias (y que se conoce desde hace un año): trasladar todo lo posible al exterior, donde las posibilidades de contagio se reducen a una vigésima parte.
Además, los expertos reclaman mayor incidencia en la ventilación de interiores: que se informe sobre ella para recordar a la población que debe hacerse de forma continua. Como complemento, apuntan a dos tecnologías: por un lado, se cuenta con los medidores de CO₂, que permiten conocer si un lugar está convenientemente ventilado. Por otro, se dispone de diversas tecnologías de limpieza de aire, “pero existe confusión sobre su eficacia, recomendaciones de uso y posibles riesgos”, que las autoridades deberían aclarar. Para ello, sería necesario desarrollar criterios, procedimientos y normativas. Los expertos, además, reclaman se preste especial atención a las necesidades de los centros educativos, por su vulnerabilidad. Y, por último, piden que se comunique de manera eficaz las ideas básicas sobre la transmisión de la covid y las medidas de prevención. “Es imprescindible que la población comprenda la lógica de las normas que se dictan desde la administración y sea capaz de razonar cuál es el comportamiento idóneo en cada situación”, explican, para que la ciudadanía sea capaz de protegerse al saber cómo se produce una situación de riesgo.
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