Ingeniero multidisciplinar para problemas muy complejos

El 1 de febrero, falleció de cáncer en La Jolla (California), a los 69 años, el ingeniero aeronáutico Juan Carlos Lasheras, profesor de los departamentos de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial y de Bioingeniería de la Universidad de California en San Diego. Era miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de EE UU y académico correspondiente de la Real Academia de Ingeniería de España. Brillante científico multidisciplinar, contribuyó a la solución de importantes problemas en los ámbitos de la ingeniería aeroespacial y la ingeniería biomédica.

Lasheras, valenciano que pasó su juventud cerca de la base aérea de San Javier (Murcia), donde su padre era coronel meteorólogo, empezó sus estudios en la Escuela de Ingenieros Aeronáuticos en Madrid, graduándose entre los mejores de su promoción. Pasó dos años en la cátedra de Propulsión de Carlos Sánchez Tarifa, de tipo multidisciplinar, y logró una beca Guggenheim para realizar los estudios de doctorado en Princeton bajo la dirección de Irv Glassman, científico muy reconocido en el ámbito de la combustión.

Fue en Princeton donde Lasheras demostró su gran destreza para abordar con experimentos simples la solución de problemas complejos relevantes. El impacto de su trabajo en combustión de gotas multicomponentes y emulsiones llamó la atención de la empresa Shell, que le contrató en 1981 para dirigir su grupo de combustión en el centro científico de Ámsterdam.

En 1983, volvió a EE UU como profesor en el Departamento de Ingeniería Mecánica en la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. Su investigación se centró en problemas fluidomecánicos de interés en la ingeniería aeroespacial, como la estructura y estabilidad de chorros generados en los turborreactores, y en la dinámica y fragmentación de gotas y burbujas en chorros multifásicos. En 1991, fue nombrado catedrático del Departamento de Ciencias Mecánicas y Aeroespaciales en La Jolla, donde continuó su actividad fluidodinámica previa, ampliada a otras áreas, como la absorción del dióxido de carbono por el océano y la dispersión de contaminantes en la bahía de San Diego.

Maestro, mentor excepcional y comunicador brillante, tenía el don de saber explicar en términos simples lo esencial de problemas muy complejos

Maestro, mentor excepcional y comunicador brillante, tenía el don de saber explicar en términos simples lo esencial de problemas muy complejos, lo que le permitía facilitar la comunicación entre los médicos, biólogos e ingenieros que conformaban los equipos multidisciplinares que dirigía.

Aunque pasó toda su vida profesional en el extranjero, mantuvo un vínculo estrecho con España. Sus numerosos estudiantes y colaboradores españoles ocupan ahora puestos académicos en universidades americanas y españolas, incluyendo las cátedras de Mecánica de Fluidos de la Universidad de Granada y de la Escuela de Ingenieros Aeronáuticos de Madrid. Siempre atendió gustoso los requerimientos que le hicieron instituciones españolas para proporcionar su consejo y colaboración en cuestiones académicas o científicas. Deja un legado extraordinario, tanto por el impacto de sus contribuciones científicas como por los innumerables estudiantes y colaboradores que se beneficiaron de su consejo.

Amable Liñán es ingeniero aeronáutico y miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Pedro García Barreno es médico y miembro de la Real Academia Española.

Pedro García Barreno es médico y miembro de la Real Academia Española.

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