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El presupuesto pasa el primer trámite y abre la carrera electoral

El Parlament rechaza la enmienda a la totalidad a las cuentas de toda la oposición salvo los comunes

Pere Aragonès, vicepresidente del Govern, en un momento de su intervención.
Pere Aragonès, vicepresidente del Govern, en un momento de su intervención.Albert Garcia (EL PAÍS)

Los primeros Presupuestos de la Generalitat presentados en tres años superaron ayer su primer trámite parlamentario al rechazarse todas las enmiendas a la totalidad presentadas por la oposición. Junts per Catalunya y Esquerra solo sumaron el apoyo previsto de Catalunya en comú en un prolongado debate en el que toda la oposición sí se encontró en una demanda común: la necesidad de convocar elecciones autonómicas cuanto antes.

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La reclamación más firme para que se convoquen elecciones la realizó el PSC, cuando su portavoz económica, Alícia Romero, acusó a los comunes de mantener la “agonía” del Govern con su aval a las cuentas. Las ocho abstenciones del grupo de izquierdas fueron esenciales en la votación de las enmiendas a la totalidad: solo reunieron 58 votos a favor —los de Ciudadanos; PSC; PP y la CUP— frente por los 65 votos en contra de Junts per Catalunya y ERC. El president Quim Torra ya no vota.

De poco sirvieron los esfuerzos del vicepresidente económico, Pere Aragonès, que puso la alianza con los comunes como ejemplo de lo que tiene que ser la política de ahora en adelante para alcanzar acuerdos en un tablero político cada vez más fragmentado y con menos posibilidades de obtener mayorías. “Diálogo, negociación, acuerdo”, subrayó como mantra. Ese ejemplo se convirtió en un nuevo intento de atraer los votos del PSC y la CUP, formaciones de las que dijo que, por su marchamo de izquierdas, deberían aprobar unas cuentas en las que “tres de cada cuatro euros” se destinan a partidas sociales.

Pero consciente de los discursos en contra a que continúe la legislatura, Aragonès se puso a la defensiva durante su discurso cuando señaló que los Presupuestos no los quieren quienes actúan por “electoralismo y solo quieren inestabilidad y electoralismo. Y el perjudicado no es el Govern sino la ciudadanía”. Es la misma fórmula que utilizó en la presentación del proyecto sosteniendo que la ley que ahora se empezará a tramitar en las distintas comisiones es imprescindible para gestionar la Generalitat de forma más desahogada, después de tres años sin renovarlas y basadas en una realidad económica, tanto por el lado de los ingresos como por el de los gastos, que ha mutado de forma considerable.

"No quieren las cuentas los que actúan por electoralismo y prefieren la inestabilidad", afirma el vicepresidente
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Su mano tendida, en todo caso, cayó en saco roto. Maria Sirvent, de la CUP, dijo que los Presupuestos eran un simple “cambio de cromos” con los del Ayuntamiento de Barcelona. La diputada rechazó dar su aval al considerar que los Presupuestos confirman el regreso al “pragmatismo” al no tener ningún “fin superior” como sucedía en 2017, cuando se argumentaba que eran básicos para el referéndum. Desde filas socialistas, en cambio, denunciaron que el Govern no ha querido negociar con ellos y que las líneas maestras no son de su agrado.

Ciudadanos denunció que el Govern está desconectado de la realidad y no ha contemplado el principio de prudencia en cuanto a los ingresos, que considera magnificados. Su diputado José María Cano reprochó a los comunes que no hayan logrado reducir la “mastodóntica” burocracia y una reducción de altos cargos para “vividores del procés” pese a ser el azote de “la casta”.

El debate no despejó la incógnita sobre si los grupos de la oposición los elevarán al Consejo de Garantías Estatutarias

Pasado el trámite, en el que también superó su primer trámite la Ley de Acompañamiento de Presupuestos, el Govern mantiene su calendario de aprobarlos el 18 de marzo. El debate no despejó la incógnita sobre si los grupos de la oposición los elevarán al Consejo de Garantías Estatutarias, con lo que todo el procedimiento podría prolongarse otro mes y demorar el calendario electoral. La sesión, eso si, fue un largo preludio de la agria campaña electoral que se avecina. El abanico de reproches fue amplio: Aragonès acusó a Romero de estar haciendo méritos para ocupar un buen número en la lista del PSC; Jéssica Albiach, líder de los comunes, culpó a los socialistas de practicar “electoralismo” y le espetó a la CUP que habían logrado más cosas que ellos en tres años.

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