Un tesoro fotográfico abierto al público

La mejor colección pública de fotografía de España, la del Ayuntamiento de Alcobendas, va a contar por vez primera con una sala permanente para sus fondos. Será inaugurada este martes con una la muestra No tengo Tiempo. Premios Nacionales en la Colección de Fotografía de Alcobendas. “Queremos que esta exposición sirva para reivindicar a muchos fotógrafos con talento que no tienen el reconocimiento que hubieran tenido si hubiesen sido, por ejemplo, americanos”, señala Rosario Tamayo, concejala de Cultura.

“Esto que está haciendo el ayuntamiento de una ciudad madrileña como Alcobendas debería ser obligación del Museo Reina Sofía, el más importante de arte contemporáneo del país”, se queja Gervasio Sánchez, uno de los premios nacionales. “Me parece preocupante su escaso interés en la fotografía”.

“Esta exposición es un paseo por lo mejor de lo mejor de la creación fotográfica española”, entiende José María Díaz-Maroto, que hasta el mes pasado y durante los últimos doce años ha sido el conservador de la colección. Él ha sido, además, el encargado de seleccionar las imágenes que finalmente se muestran entre las que hay varias “piezas icónicas” de la historia de la fotografía española.

Algunas aparecen en este reportaje. Un ejemplo es la conocidísima parada del seminarista ante de la cámara de Ramón Masats. O el torero con cordero que inmortalizó en 1975 Pablo Pérez Mínguez, imagen que fue portada de la mítica revista Nueva Lente. El toque irreverente de “esta modernez”, entiende Díaz-Maroto, pasó desapercibido ante la ya moribunda censura franquista.

Uno de los puntales de la Movida madrileña fue Barbara Allende, conocida como Ouka Leele. Su obra Sobre la dialéctica pero en verde chillón (1982). “Me gustaba enrollarme con los títulos. Quiero que el pie de la foto funcione como un mapa que guíe al espectador, que le muestre el camino”.

Esta foto de 1982 era originalmente un retrato en blanco y negro de una amiga suya y su hermana pequeña. Pero, en lo que acabó convertido en una seña de identidad, Ouka Leele enriquecía sus fotos llenándolas de color. “En esa época yo estaba saliendo de una enfermedad gorda y podía pasarme meses pintando una foto”, explica la autora. “Después de haber probado con todo, finalmente opté por las acuarelas líquidas de la marca española Vallejo. Son las mejores. ¿me dejas que lo diga?”.

La Colección de Fotografía de Alcobendas nació en 1994, el mismo año en que empezaron a otorgarse los Premios Nacionales de Fotografía. En la actualidad cuenta en sus fondos con unas 900 imágenes de 170 autores. La colección nació con La Gitanilla, obra del primer galardonado, Gabriel Cualladó. Esta es una de las 42 fotografías presentes en la muestra que se inaugura este martes y que permanecerá abierta hasta el 16 de mayo.

“Me alegro de que Alcobendas apueste por la fotografía española sin importarle la edad, la tendencia o el estilo”, añade Gervasio Sánchez. En la exposición está presente un retrato de Sofía (junto a Alia), una niña de Mozambique a la que empezó a retratar en 1997 para su proyecto Vidas Minadas y a la que sigue haciendo fotos todavía hoy. Sofía tiene hoy 37 años y un rato antes de hablar con El PAÍS había enviado a Sánchez un mensaje con fotos de sus hijos. En 2022 se inaugurará una exposición coincidiendo con el 25 aniversario del proyecto.

Hasta ahora estos fondos fotográficos municipales no podían verse en Alcobendas más que una vez al año en el lugar en el que se custodian durante la celebración de la Noche en Blanco. “Estamos muy ilusionados con que los vecinos, que son los verdaderos dueños de esta colección, disfruten de ella y que Alcobendas vaya de la mano con la fotografía como marca”, señala Tamayo.