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Las infecciones de transmisión sexual se disparan en Barcelona

La gonorrea, la sífilis y la clamidia crecen entre un 20% y un 40% mientras que bajan los casos de VIH

Jessica Mouzo
Shigellosis
Un chico se hace la prueba de detección de ITS en el centro comunitario BCN Checkpoint, en BarcelonaCarles Ribas

Las infecciones de transmisión sexual siguen disparadas en Barcelona. Si bien el VIH ha caído (332 casos en 2018, un 10,5% menos que el año anterior), los casos de gonorrea, sífilis y clamidia continúan desbocados, sobre todo entre los hombres. La tasa de sífilis por cada 100.000 habitantes entre ellos está en 161,9 casos, un 158% más que en 2015. La gonorrea en el colectivo masculino también se ha cuadruplicado en ese mismo período (273,3 casos por 100.000 personas) y la clamidia se mantiene al alza en hombres y mujeres con una tasa de 163,7 casos. Los expertos alertan de que se ha perdido la percepción de riesgo.

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Barcelona registró 1.364 casos de sífilis y 2.470 de gonorrea en 2017. La mayoría, en hombres que tienen sexo con hombres. La clamidia también ha aumentado y crece un 73% entre 2015 y 2018 (2.687 infecciones). En este caso, no obstante, la mitad de los nuevos diagnósticos son mujeres.

La única infección de transmisión sexual (ITS) que se mantiene estable y, de hecho, ligeramente a la baja, es el VIH. El virus del sida afectó a 332 personas el año pasado, la mayoría (80%), hombres que tienen sexo con hombres. En 2017 se registraron 371 nuevos diagnósticos. Los casos de sida también se redujeron un 27%, de 51 a 37 casos en un año.

Con todo, el auge de las ITS no es nuevo. Tampoco único de Barcelona. Según el Ministerio, la gonorrea se quintuplicó en 10 años (8.722 casos en 2017). En ese mismo período, la sífilis creció un 155% (4.941 afectados en 2017).

“No podemos bajar la guardia en la prevención de la salud sexual y reproductiva”, insistió ayer la comisionada de Salud del Ayuntamiento de Barcelona, Gemma Tarafa. Estos microorganismos tienen una capacidad de contagio alta y, aunque disponen de un tratamiento antibiótico que suele funcionar muy bien, las cadenas de transmisión puede ser muy importantes. “Son de difícil control epidemiológico porque la gente no te suele decir quiénes han sido sus contactos sexuales”, apostilla Toni Trilla, jefe de epidemiología del Hospital Clínic.

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Los expertos consultados coinciden en que ha bajado la percepción de riesgo. “Todo el mundo sabe lo que son y no ven mayor importancia. Se ha perdido el miedo al contagio”, valora Trilla. Coincide Joan Colom, subdirector general de Drogodependencias de la Generalitat: “Es verdad que, igual que en Europa, existe una disminución de la sensibilización con medidas de protección, como el uso del preservativo. Pero también influyen otros factores, como la mejora de la declaración de los casos. Además, ahora la gente tiene más parejas y relaciones más frecuentes de las que podía haber hace años”.

“Se usa menos el condón por una disminución de la percepción de riesgo y una falta de campañas de promoción de su uso. Además, hay un cambio de conductas sexuales por el uso de aplicaciones móviles y el uso de drogas”, apunta el investigador Oriol Mitjà. Precisamente, el médico está inmerso en un ensayo clínico para encontrar, entre moléculas de antibióticos conocidos, alternativas terapéuticas contra la sífilis.

La llegada de la profilaxis pre-exposición (PrEP), el antirretroviral preventivo para evitar nuevas infecciones de VIH entre colectivos que tienen prácticas de riesgo (sin condón), también preocupa a los expertos. “Cualquier cosa que reduzca la percepción de riesgo requiere hacer una vigilancia selectiva de las ITS para ver qué pasa”, apunta Trilla. La PrEP no protege de otras ITS pero los estudios previos apuntan a que no habría un incremento de estas infecciones. “Si aplicamos la PrEP tal y como la entendemos, es una estrategia donde podemos hacer un seguimiento y analíticas a los potenciales usuarios. Si tuviese alguna, se detectaría rápido porque está controlado”, agrega Colom.

En lo que sí coinciden los epidemiólogos es en la necesidad de incrementar la educación sexual y los programas de prevención. Tarafa ha anunciado que reforzarán los programas de atención a la salud sexual y reproductiva en las escuelas y la formación a los profesionales que trabajan, a pie de calle, estas cuestiones con los jóvenes.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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