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Bienvenidos a la estación Airbnb en Lavapiés

Un grupo de alumnos de un taller de arte urbano renombra la parada para denunciar la turistificación del barrio

Victoria Torres Benayas
Un turista usa la estación de metro Airbnd, esta mañana.
Un turista usa la estación de metro Airbnd, esta mañana.AÏDA GÓMEZ

Unas 12.500 personas transitan al día por la estación de Lavapiés de la línea 3 del Metro de Madrid, en la plaza del mismo nombre del castizo barrio de Embajadores. Ninguna de ellas ha advertido de que la parada ya no se llama como lo venía haciendo desde 1936. Tampoco el personal ni los gestores del suburbano se han dado cuenta de que alguien le cambió el nombre el pasado viernes por estación Airbnb. Seis días después, el cartel, que tapa el original con su misma tipografía y color amarillo, sigue ahí.

El mismo alguien que ha dado el cambiazo al nombre de la parada también ha retocado, ya dentro en la estación, los iconos del cartel de uso preferente, que ya no son ancianos ni minusválidos ni mujeres embarazadas ni bebés, sino hombrecillos arrastrando maletas, familias de turisteo y parejas haciéndose fotos.

Cartel de
Cartel deA. G.

Pero no ha sido un alguien, sino 12 álguienes: Mariana, Santiago, Sara, Pilar, Olga, Salomé, Isabel, Kelsey, Marcelo, Rosa, Alberto y Marillina. Son los alumnos de un taller de arte urbano que el último día del curso decidieron aplicar lo aprendido y salir a hacer la calle, el nombre del curso celebrado en La Casa Encendida e impartido por la artista madrileña Aïda Gómez. El objetivo de esta intervención en el espacio urbano es "denunciar la gentrificación y la turistificación que sufre esa zona y todo el centro de Madrid", que ven cómo la población es expulsada poco a poco del meollo de la ciudad y es suplantada los turistas que acuden en masa a los pisos de alquiler, una ciudad vacía de vida local y convertida en decorado para selfies.

Detalle del cartel.
Detalle del cartel.A. G.

"Estamos realmente impresionados de que esté aguantando tanto, que no lo hayan quitado y que haya resistido a la lluvia. Creo que es tan sutil que pasa desapercibido", confiesa Gómez, que ayudó a sus alumnos a llevar a cabo la acción, hecha "con papel y cinta de doble cara". "Que sea discreto ayuda mucho a su permanencia", opina el experto Guillermo de la Madrid, autor del blog Escrito en la pared y creador de Madrid Street Art Project, desde el que promueve talleres, intervenciones y safaris de arte urbano por Madrid.

"Tiene un punto artístico, aunque no sea tan visual como una pintada, y otro punto de activismo. Se hace a través de la señalética y consiste en trasformar, usando el mismo formato y letra, un contenido informativo en una expresión artística y en una crítica social", describe De la Madrid. Dentro del arte urbano, este movimiento, mezcla de arte y activismo, se llama artivismo y en Madrid lo practica desde hace años Dosjotas. Ambos artistas, junto con Aly Calle, Ampparito y José Luis Gacitúa, inauguraron el miércoles una exposición en Espacio Vista llamada Asuntos Exteriores y que se puede ver hasta el 12 de diciembre. "Son artistas que trabajan mucho en esta línea de transformar señales y de denunciar el control y el poder, con la idea de juego muy presente", detalla el experto.

En Madrid, lo de rebautizar estaciones lo empezó a hacer Redretro en 2006 y en distintas campañas el colectivo ha actuado en multitud de estaciones, que han pasado de Canal a Banal, de Callo a Callaos, de Palos de la Frontera a Palos en la Frontera, de Plaza de Castilla a Playa de Pastilla, de Tirso de Molina a Tieso de Molina.... También "hubo otras acciones mucho menos delicadas y más de activismo", recuerda el experto, contra el patrocinio de la estación Sol Vodafone de 2013 a 2016, que entre otros sabotajes fue transformada en Pollafone Sol. En 2012, esta estación fue la primera patrocinada en la historia de Metro de Madrid al ser rebautizada a golpe de talonario como Sol Galaxy Note.

La estación de Chueca, convertida en Clueca por Redretro.
La estación de Chueca, convertida en Clueca por Redretro.

"A mí esto del naming comercial que hemos sufrido me da mucha rabia porque toda la vida hemos ido de concierto al Palacio de los Deportes y ahora tenemos que ir al Wizink Center", se queja Gómez, que ya se quedó con las ganas de hacer algo contra Vodafone Sol. La idea de la estación Airbnb "fue de los alumnos, no les gusta en qué se ha convertido la plaza de Lavapiés que, con la apertura del Ibis, ya es de uso preferente para turistas". Cuando lo estaban colocando, una señora los pilló. "Pero se lo explicamos todo y le encantó". 

En el curso, esta madrileña nacida hace 33 años en Vallecas, que se considera una street worker y que pide reflexionar sobre el concepto hacer la calle, intentó "transmitir a los alumnos que la calle les pertenece y que están en su total derecho de hacer uso del espacio público". "En todas las intervenciones que realizamos usamos materiales fáciles de quitar, en caso de que a alguien le moleste nuestra intervención", aclara a los que acusan a los artistas urbanos de vandalizar la ciudad.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha y que lleva "ocho años haciendo la calle por el mundo", su última acción en Madrid ha sido plantarse en Preciados embutida en una bolsa gigante para reírse del consumismo en pleno black friday. Tras leer este artículo, Metro de Madrid informa de que van a retirar los carteles a lo largo de este jueves. Los que hacen la calle ya están pensando en ampliar su acción a otras zonas que también sufren el mismo problema.

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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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