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Ya es precampaña en el Parlament

Ciudadanos intenta rentabilizar una moción de censura que nació muerta, a las puertas del 10-N

Lorena Roldan, durante su intervención en el Parlament.
Lorena Roldan, durante su intervención en el Parlament.Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

La precampaña electoral del 10 de noviembre empezó hace tiempo, aunque se inauguró formalmente este lunes en el Parlament, con el debate de la moción de censura presentada por Ciudadanos. Cataluña será el tema central de la campaña y poco importaba a la formación naranja que la iniciativa naciese muerta si a cambio podía ganar protagonismo mediático para rebatir unas encuestas nada halagüeñas y a las puertas de conocerse la sentencia del procés.

Lorena Roldán, la candidata, estuvo arropada todo el día por sus mentores políticos. Albert Rivera e Inés Arrimadas volvieron a la cámara, esta vez a la tribuna de invitados, desde donde siguieron todo el debate. Ciudadanos nació hace 13 años para combatir el nacionalismo catalán y entraron entonces en el Parlament con tres diputados. Ahí siguen, ahora combatiendo el independentismo, con un discurso más que intenso y 36 diputados. Nunca una victoria electoral como la de 2017 sirvió para tan poco.

“Los problemas reales de los catalanes”, repiten los dirigentes y los cuadros del partido para justificar su discurso y reivindicarse como la única formación útil, aunque Roldán dedicó buena parte de la hora y media de su primera intervención a arremeter contra el gobierno independentista por tierra, mar y aire, y menos tiempo a desgranar los diez “ejes” de su gobierno alternativo.

Y todo ello adobado con las especias habituales: “adoctrinamiento” (escuela catalana), “aparato de propaganda” (TV3), “chiringuitos en el extranjero” (oficinas de la Generalitat), entre otras. Frente a eso, la receta constante de la regeneración, de “levantar alfombras”, de realizar auditorías, de la necesidad de “recuperar la convivencia” y la máxima de que “el mal avanza cuando los buenos no hacen nada”.

Roldán adobó su discurso con  las habituales especias antisecesionistas

El propio servicio de prensa de Ciudadanos contraprogramó a la candidata en mitad de su intervención y convocó unas declaraciones de Rivera en los pasillos del Parlament. Su tirón mediático nada tiene que ver con el de la protagonista del día y el líder no desaprovechó el enjambre de micrófonos para lucir el perfil moderado inaugurado este fin de semana: apelación al constitucionalismo, a Pedro Sánchez, al PSOE y al PP, a los pactos de Estado y a otras cuestiones ajenas a la moción, pensadas más para el espectador del otro lado del Ebro.

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El presidente del grupo parlamentario, Carlos Carrizosa, abrió el debate en su función de telonero de la candidata, porque así lo dice el reglamento parlamentario, con su contundente oratoria y sus calculadas frases para los cortes de voz radiofónicos, como “golpe a la democracia” para referirse al procés. Este lunes acuñó la expresión "amartillamiento de los cristales de nuestras sedes", insinuando una similitud entre la realidad catalana y la tristemente célebre noche de los cristales rotos que sufrieron los judíos en la Alemania nazi de 1938.

El Govern tampoco alteró su discurso habitual. Es más, se jactó sin repartos de banalizar la moción. Quim Torra desdeñó a la candidata y no tomó la palabra. En su lugar intervino la portavoz Meritxell Budó, quien, por si no había quedado más que claro, proclamó que sería “intencionadamente breve”.

La consejera arremetió contra Ciudadanos, lo calificó como el partido de “la Cataluña real de las cero alcaldías” y recurrió a las acusaciones recurrentes del independentismo que se trataba de un partido “nacido para atizar el conflicto y romper la convivencia”. “Esto no es un bar ni un plató de televisión, es el Parlament”, insistió Budó para reprochar al partido de Rivera y Arrimadas su estilo de hacer política.

El Govern desdeñó al partido de “la Cataluña real de las cero alcaldías”

Y en medio, el PSC, como casi siempre. Miquel Iceta subió unos decibelios, tanto el tono de voz como el contenido de su intervención ante una “moción fallida y oportunista”. Luego se enganchó con la candidata a cuenta de la aritmética institucional y le recordó su participación en la Vía Catalana de la Diada de 2013 organizada por la ANC.

La mañana dio para mucho más fuera que dentro del hemiciclo, incluso para un supuesto encontronazo entre Miquel Iceta y la candidata del PP por Barcelona Cayetana Álvarez de Toledo. El gabinete de prensa socialista negó que se produjera una discusión en los pasillos, algo que no cuadraría con el talante de Iceta. Al parecer lo que sucedió es que la dirigente del PP se cruzó con él y le pidió que el PSC volviera al constitucionalismo. “El PSC está en el constitucionalismo desde siempre, incluso antes que algunos”, le replicó. Y cada cual siguió su camino.

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