Díaz Ayuso eclipsa a Almeida en La Paloma
Los actos de patrona oficiosa de la capital obligan a algunos políticos a hacer un parón en su éxodo vacacional
— Alcaldesa, a ver si nos arreglas las calles que están destrozadas, llenas de baches.
— Pero si esa es la nueva presidenta de la Comunidad. Ella no arregla las aceras.
La anécdota se vivió ayer durante los actos de celebración de la Virgen de la Paloma, en el que la nueva presidenta regional atrajo los focos y las miradas de los centenares de personas que fueron a venerar a la patrona oficiosa de la capital. Isabel Díaz Ayuso apareció radiante y sin ganas de soltar prenda sobre el nuevo ejecutivo que dará a conocer tras su toma de posesión el próximo lunes. Ayer se filtró que el próximo consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras será el expresidente regional, Ángel Garrido, tras su paso a Ciudadanos.
Isabel Díaz Ayuso se bajó del coche oficial y no paró de recibir felicitaciones por su reciente investidura. Muchas personas querían hacerse fotos con la nueva líder regional, mientras sus compañeros de partido la acompañaban. Junto a ella estaba el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que, pese a atraer a más de un curioso, quedó relegado por su compañera de partido a un segundo plano.
La nueva presidenta no quiso desvelar quiénes serán los integrantes de su gobierno. Y ello pese a que los periodistas se lo preguntaron hasta en dos ocasiones por los nombres. Ella tan solo sonrió: “No, todavía no”. Añadió que el fichaje de Garrido sería positivo para la Comunidad de Madrid. “El momento de los políticos y las caras ya ha pasado y ahora lo que toca es pensar qué es lo mejor para los madrileños”. La nueva presidenta ya le puso deberes a su consejero. Tendrá que ampliar la línea 3 del metro hasta metrosur, desde Villaverde Alto hasta Getafe. También deberá mejorar la situación actual del servicio, que acumula un altísimo número de quejas por los retrasos, las averías, los problemas de aire acondicionado y calefacción, la falta de maquinistas, los convoyes y estaciones con amianto... Además, Garrido será el encargado de poner en marcha una de las promesas electorales del PP, como es la gratuidad de los abonos transportes para los mayores de 65 años.
Díaz Ayuso hizo ayer borrón y cuenta nueva y no recordó las declaraciones del pasado abril, cuando calificó de “puñalada” el paso de Garrido a Ciudadanos.
La presidenta regional rechazó hablar en su primer acto oficial sobre el posible trato de favor de Avalmadrid y la deuda que contrajo su familia. “Es deleznable tener que hablar de mi casa, de mi propia casa. Tan solo se trata de embarrar el campo. Estoy tranquila y solo me demuestra que la izquierda tiene muy mal perder”, afirmó con enfado.
Ángel Garrido recogió el encargo y adelantó que analizará cómo se encuentra el metro económica y financieramente para que vuelva a ser “una referencia nacional e internacional”. A ello se unirá “la exigencia de puntualidad a Renfe” en las Cercanías de Madrid —“no puede ser que un madrileño no sepa cuando va a venir el próximo tren”, criticó Garrido— y un plan de movilidad para los próximos 10 años en el que intervengan todos los agentes sociales. “Nunca he temido por vetos. Creo que ya es tiempo de olvidar las siglas. Somos un grupo de personas que tienen que trabajar los próximos cuatro años para los madrileños”, afirmó el futuro consejero de Transportes.
Junto a Garrido estuvo en todo momento el líder de su formación en Madrid, Ignacio Aguado, que defendió la bajada de los impuestos prometida por el futuro Ejecutivo regional frente a “los sablazos fiscales del PSOE de Pedro Sánchez”.
Los políticos, incluidos la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís y los líderes de la oposición en el Ayuntamiento, Pepu Hernández (PSOE) y Marta Higueras (Más Madrid), acudieron a pie a la ofrenda floral situada en las puertas de la iglesia de La Paloma. Una vez que depositaron las flores, rodearon el templo y entraron por la puerta trasera para estar más cerca del altar y del cuadro de la virgen. Todos, menos algunos como Garrido y Aguado. Aprovecharon ese trayecto para marcharse y no estar en la misa.
Los que se quedaron permanecieron hasta el final para ver como el bombero Felipe García, de 35 años y 17 como profesional, bajaba el cuadro de la virgen, cuyo peso ronda los 100 kilos. El primero en besarlo fue el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. Le siguió la presidenta regional, el alcalde de Madrid, la vicealcaldesa,... Eso sí, a diferencia de otros años, ninguno de ellos confesó qué le habían pedido a la virgen. A la salida por la parte trasera de la iglesia, con un calor sofocante, un hombre con una pancarta increpó a Almeida, al que le pidió vivienda social para todos los madrileños. El servicio de seguridad de la propia iglesia lo apartó. Los políticos, que en parte rompieron su descanso estival por el acto de ayer, terminaron los actos tirando cañas de cerveza en un bar cercano, muy conocido por sus caracoles. Fieles a la tradición.
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