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Batlle exhibe mano dura contra la venta ambulante ilegal en Barcelona

El Ayuntamiento y la Generalitat dedican 100 policías a “erradicar” el top manta

En vídeo, declaraciones del teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle.
Rebeca Carranco

Cada día, de las nueve y media de la mañana a las diez de la noche, y “sine die”, un centenar de agentes de policía —entre mossos, guardia urbana y policía portuaria— patrullarán el paseo de Joan de Borbó y otras zonas estratégicas de Barcelona para “erradicar” el top manta. Esa es la medida que puso en macha este lunes el concejal de Seguridad, el socialista Albert Batlle, para acabar con la venta ambulante ilegal en la ciudad. Decenas de manteros se miraban a lo lejos el dispositivo, a la espera de encontrar un hueco para colocarse de nuevo.

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El nuevo concejal de Seguridad ha empezado su mandato con determinación. Uno de sus objetivos son los vendedores ambulantes ilegales, de quienes se han quejado amargamente los comerciantes, asegurando que les provocan unas pérdidas de 65 millones según la patronal de pequeños y medianos comercios, PIMEC.

Barcelona es “capital del comercio de proximidad”, defendió este lunes Batlle en declaraciones a los medios de comunicación, a mediodía, con el dispositivo antimanteros ya en marcha y flanqueado por Guardia Urbana, Mossos y policía portuaria. Los vehículos policiales se fueron arremolinando a las diez de la mañana en el paseo de Juan de Borbó. A esa hora aún no habían llegado las decenas de vendedores que desde hace meses, los últimos con más intensidad, ocupan el flanco derecho del paseo frente al mar, sin dejar apenas espacio libre.

Los policías se bajaron de los vehículos y empezaron a patrullar. No hizo falta nada más, los manteros ni siquiera se acercaron al paseo. Algunos de ellos ya sabían de antemano que habría un dispositivo policial porque ya les habían dicho que a partir del lunes no podrían colocarse allí. Un pequeño grupito se miraba a lo lejos, desde la parada de metro de la Barceloneta, el despliegue policial.

“Si no podemos ponernos, tendremos que vender de otra manera, quizá caminando”, decía un joven senegalés que no perdía la oportunidad de enseñar un pareo por si aparecía algún comprador ocasional. “Estoy normalmente en Madrid, pero ahora en verano voy a Barcelona. Se vive mejor, hay más turistas y playa”, contaba. Confía en que la policía se canse después de dos o tres días patrullando y puedan colocarse de nuevo. Si eso no pasa, quizá se dedique a vender agua o latas de refrescos o alcohol, dice. También contempla desplazarse a otra ciudad costera vecina de Barcelona. Porque comer, dice, tendrán que comer. “Ya nos hemos pronunciado muchas veces”, zanjó el portavoz del Sindicato de Manteros, Laminer Sarr, sobre la política municipal de expulsarlos del espacio público.

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La eterna batalla

No es la primera vez que los políticos, apoyándose en la policía, se conjuran para erradicar el top manta. Algo que hasta ahora no han logrado. El fenómeno afecta a varios municipios costeros catalanes, como El Vendrell, Sitges o Roses, y cada uno aplica su propia política para hacerle frente, incluso valiéndose de seguridad privada. En Barcelona, fuentes policiales calculan que en la actualidad trabajan un millar de vendedores ambulantes ilegales.

La alcaldesa Ada Colau ha sido acusada en diversas ocasiones de pasividad. Con los socialistas al frente de la delicada área de Seguridad, la intención es transmitir una imagen de mano dura con este tipo de comercio. En las últimas semanas se han producido incidentes aislados entre manteros y guardia urbana, que les han requisado el material.

El objetivo del nuevo dispositivo es, sin embargo, evitar ese tipo de actuaciones y que la presión policial sea suficiente para prevenir que se coloquen en los puntos estratégicos en la ciudad. Liderado por la Guardia Urbana, los Mossos le dan apoyo por si hay problemas de orden público, y tiene una vocación de “movilidad”: que los policías se puedan desplazar a otros puntos de la ciudad si detectan que hay actividad por parte de los manteros.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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