El PSC y Junts per Catalunya cierran un acuerdo en la Diputación de Barcelona

El PSC y JxCat cerraron este viernes un pacto para gobernar juntos la Diputación de Barcelona, que será presidida  por un socialista. El Consejo nacional del PSC decidirá este lunes su candidato y la hipótesis más probable es que el cargo recaiga en la alcaldesa de L’Hospitalet, Nuria Marín. Este es el primer acuerdo de calado que han alcanzado socialistas y neoconvergentes en un pacto que evoca a la antigua sociovergencia. El acuerdo se ha alcanzado después de semanas de negociaciones a varias bandas entre los partidos.

La Diputación de Barcelona, una de las instituciones más anheladas por los partidos políticos catalanes por su gran capacidad económica —cerca de 1.000 millones de euros de presupuesto— se constituirá el próximo jueves. La Corporación cuenta con 51 diputados y ERC y el PSC quedaron empatados a 16; Junts per Catalunya logró siete; los comunes, cinco; Ciudadanos, cuatro; PP, dos y Tot per Terrassa, uno. PSC y neoconvergentes suman 23 escaños y les faltan tres para lograr la mayoría absoluta.

El acuerdo, suscrito por David Bonvehí, líder del PDeCAT, y Salvador Illa, secretario de organización del PSC, contempla un plan de acción para el mandato en el que quieren priorizar la asistencia y la cooperación. El pacto prevé que las dos formaciones mantendrán criterio propio en asuntos ajenos a la institución en una alusión implícita al procés. La alianza pone en evidencia una vez más la distancia entre Junts per Catalunya y ERC, socios del Govern aunque sí que han pactado en la Diputación de Girona.

Los dos grupos que suman 23 diputados, tres menos de la mayoría. Un acuerdo entre los socialistas, la fuerza más votada en las principales ciudades del área metropolitana, y Esquerra Republicana hubiera tenido una mayoría mucho más amplia, 32 diputados. Una alianza muy difícil de tejer dados los desencuentros entre las dos fuerzas políticas después del episodio del Ayuntamiento de Barcelona, que será gobernado finalmente por Ada Colau con alianza con el PSC —y no por Ernest Maragall con los comunes— y del “no” de los republicanos a la designación de Miquel Iceta como senador autonómico. Fuentes de la dirección del PSC, sin embargo, achacaron la imposibilidad de llegar a un pacto con los republicanos “porque los enfoques eran diferentes”. Las mismas que destacaban que Junts es una fuerza que también tiene una amplia representación en el territorio. Con todo, se exploraron otras fórmulas como la de socialistas con comunes y con el apoyo de los cuatro diputados de Ciudadanos, al estilo de la combinación que se fraguó para la investidura de Ada Colau como alcaldesa de Barceona. Una combinación que, al parecer, no agradó ni a los comunes ni al partido naranja.

Los socialistas confían en que su candidato o candidata salga elegido por mayoría simple en la segunda votación el próximo jueves, día en el que se constituirá la Diputación. Y confían, también, en poder llegar a acuerdos a lo largo de la legislatura con el resto de los partidos. A diferencia de otras administraciones, como la autonómica y la municipal, los mandatos de la Diputación suelen ser más de gestión y no tienen la carga política de ellas.

Las reacciones al pacto por parte de Esquerra Republica no se hicieron esperar y Sergi Sabrià, su portavoz, en su línea de Twitter, dijo: “Tomamos buena nota”. Otras voces de ERC se añadieron a las críticas, así como la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie. Estas voces se preguntaban cómo JxCat había podido pactar con un partido que apoyó el 155.

En el documento que recoge las bases del acuerdo entre socialistas y Junts, las dos fuerzas se comprometen a desarrollar conjuntamente políticas de apoyo, cooperación y asistencia a los municipios, buscando la eficiencia. Las políticas tendrán, según el pacto, la finalidad de mejorar la cohesión territorial y social ya “avanzar hacia la equidad en la prestación de servicios municipales en todo el territorio”.